miércoles, 6 de enero de 2010

VOLVAMOS A SER RADICALES Y DEJEMOS LA UNIÓN CÍVICA



Aquí junto al dirigente de Balvanera, Alfredo Zaldívar


Nuestro partido, al igual que la política en general, ha confundido la búsqueda de consenso con terminar constituyendo una "clase política " cuya única finalidad parece haber sido atender las demandas del mercado y postergar los reclamos sociales. Desde esa visión civilista, todos los espectros políticos parecieron estar unidos a efectos de administrar la crisis, aceptar el estado de cosas, y convalidar una democracia que no gobierna para el pueblo.
La Unión Cívica nació como respuesta al régimen que postergaba a las mayorías y miraba a Europa encandilada esperando un guiño para saber qué era lo que debía hacer. En esa construcción, se buscó mejorar la "calidad institucional", y empezar a establecer un gobierno nacional que mirase a la América como su espacio de inspiración y desarrollo.
Pero ese consenso pecó de ingenuidad, puesto que buscó intergrar a todas las corrientes políticas y, bajo la figura de Bartolomé Mitre, terminó por crear un puente con el régimen,integrando a Julio. A. Roca al esquema de transformación.
La Unión Cívica terminó siendo el nuevo rostro del antiguo régimen. Fue Leandro Alem quien observó esta realidad y lideró al movimiento de rebelión que quiso devolverle a la Unión Cívica los estandartes que habían dado origen y , sobre todo, su sesgo transformador.
Así nació la Unión Cívica Radical, el único movimiento de la Argentina que hizo una revolución para cambiar la realidad.Así renació el sueño de una patria grande, inspirada en San Martín y Bolívar, y todos los emancipadores de la Revolución de Mayo y la declaración de independencia del 9 de Julio.
El radicalismo de Alem creía que consenso no significaba hacer concesiones, dejando de lado los principios en pos de supuestos objetivos superiores. Los ideales y los principios son en sí mismos objetivos superiores.
Nuestro partido político se disgregó en otras expresiones, y sufrió un revés y desestimación pública,porque en su último gobierno, el de la Alianza, gobernó igual que el régimen neoliberal y postergó sus principios.Fue la Unión Cívica, en donde todos, incluso Cavallo,podían integrar sus filas, en aras de mostrar un consenso con los mercados.
Para que la Unión Cívica vuelva a ser radical, debemos retornar a las fuentes, recordar por qué se luchó en la Revolución del Parque, y entender que solo retomando los principios que motivaron aquella rebelión, podremos ser nuevamente considerados por la sociedad para ser alternariva a este gobierno, que simula defender lo nacional pero que en su política petrolera, minera, gasífera y pesquera, deja en claro que es un simulacro del régimen.
Llamamos a todos los que son, fueron, o quieran ser radicales, a retomar las banderas por las que se constituyó nuestro partido.No es hora de preguntarnos dónde ha estado cada uno,sino de preguntarnos si queremos volver a ser la lucha contra el régimen y la causa de los desposeídos.
La Sociedad es compasiva .Entiende y perdona.Pero no soporta los simulacros.Seamos una verdadera alternativa y, sobre todo, auténticos radicales; entonces la sociedad nos brindará una nueva oportunidad.


RADICALES DE LA CAPITAL FEDERAL


ALFREDO ZALDIVAR

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