miércoles, 29 de abril de 2009

EL PADRE ELEODORO FIERRO: UN HOMBRE DE FE. UN RADICAL AUTÉNTICO



Por Enrique Pereira (DICCIONARIO RADICAL)

FIERRO, ELEODORO, por Rolando Villagra-Fernando Micca
FIERRO, Presbítero Eleodoro de San Pedro Nolasco (1840-1911) Tuvo una importante actuación en la UCR de Córdoba, integrando el grupo de fundadores del Partido.Participó en la dirección de la revolución radical de Córdoba de setiembre de 1891.
Fue miembro de la Convención Nacional y en 1906 era presidente del Comité Provincial, año en que dispuso y realizó una amplia campaña de reorganización.
En el diario “ La Mañana” de Córdoba del lunes 8 de agosto de. 2005 se publica una magnífica nota del Sr. Rolando Villagra, con abundante información sobre el presbítero Fierro, cuyo texto es el siguiente: “
“A CIENTO CATORCE AÑOS DE LA FUNDACIÓN DE LA UCR Los radicales de Fierro. El radicalismo de Córdoba celebró el viernes pasado un nuevo aniversario de su creación de la mano de los «Cívicos» encabezados por el presbítero Eleodoro Fierro. Época de revoluciones, luchas armadas y durísimas disputas por el poder cimentaron el surgimiento de este partido.Rolando Villagra - Especial para LA MAÑANA .”“Hace ciento catorce años, más precisamente el 5 de agosto de 1891, se creaba en esta ciudad la primera liga secreta de carácter político, por inspiración del presbítero Eleodoro Fierro, quien abrazó, desde sus comienzos, la causa popular de Leandro N.Alem y de los “Cívicos”.“En esa época luchaban contra la corrupción del régimen imperante, durante el gobierno de Eleazar Garzón, reemplazante de Marcos Juárez, en esta provincia.”“La lucha, en el orden nacional, era contra el presidente Carlos Pellegrini , quien había reemplazado al renunciante Miguel Juárez Celman, con motivo de la revolución de 1890” .“Este sacerdote, en la época en que la Santa Sede aún permitía la participación ostensible del clero en confrontaciones partidarias, fue , por sobre todas las cosas, un luchador incansable contra las injusticias sociales y políticas de aquel entonces.”“Así siendo cura de Sobremonte, por ejemplo, en 1873 , entró en problemas con el gobierno de Córdoba y con las autoridades eclesiásticas, por haber apoyado abiertamente las acciones e incursiones armadas de los opositores de Taboada e Ibarra, quienes gobernaban despóticamente la provincia de Santiago del Estero.”“Más tarde, ya en la ciudad de Córdoba, fue un recio opositor al régimen vigente a través de diversas publicaciones, especialmente en “La Carcajada” de Armengol Tecera, órgano de propaganda contra la candidatura de los Juárez, constituyendo éste, como acostumbraba llamarse, un semanario “jocoserio, burlesco, literario y de costumbres”.“Por estas actuaciones recibió también severos cuestionamientos de las autoridades eclesiásticas y políticas.”
“Profesor de castellano en el Colegio Nacional de Monserrat, por designación en 1881 del entonces Rector doctor Filemón Posse, fue igualmente profesor de Teología Dogmática y Teología Moral en la Facultad de Ciencias Sagradas de la Universidad Nacional de Córdoba, por designación del Rector don Alejo Carmen Guzmán.”“Al producirse la revolución del 90 -como ya se ha dicho- opositor de los Juárez desde un primer momento, abraza con pasión la causa de la Unión Cívica y es parte activa en el movimiento revolucionario del 21 de mayo de 1891 que estalló aquí en Córdoba para derrocar al gobernador Eleazar Garzón (“Botón Bumbula” como lo llamaban los adversarios). Garzón, aparte de no haber contribuido a pacificar los espíritus, como correspondía, después de la renuncia de los Juárez, había creado nada menos que un nuevo club o “asociación de hombres corajudos” con garantías policiales, llamado “La Cadena”.“El objeto de esta «asociación» era el de “conservar el orden amenazado” (que en la práctica no era nada más que una suerte de intimidación) a quienes festejaban la caída de los Juárez o realizaban manifestaciones de júbilo en favor de los “cívicos” en las calles y plazas de la ciudad.“En una palabra, las libertades públicas quedaban de esta forma conculcadas, pues se prohibían hasta las simples manifestaciones de personas que profesaban un credo político distinto al gobierno.““Para colmo, esta flamante“fuerza ciudadana”así nacida - “horda de forajidos” como los llamaba el presbítero Fierro en el “Sol de Mayo” - instalaba sus seccionales próximas a los comités opositores.”“Quieren vigilarlos y quitarles la calle”,dice Emilio Sánchez en “Del pasado cordobés en la vida argentina” (Biffignandi 1968, pág.310),aunque sólo obtuvieron como resultado continuos incidentes callejeros, hechos de sangre, vejámenes y las persecuciones, especialmente al periodismo opositor.”“Para empeorar esta situación se había producido la renuncia del prestigioso ministro de Gobierno, don Felipe Díaz, por discrepancias con el gobernador, uncionario aquel que había posibilitado el triunfo de la oposición en varios departamentos del interior de la provincia, sobre la base de elecciones limpias.”“Por tales causas se preveía que tarde o temprano, indefectiblemente, Córdoba se precipitaría sin remedio a un alzamiento armado contra el régimen gobernante.”“Así, ya cerrados los caminos de la legalidad institucional, un día antes de lo previsto, es decir, el 21 de mayo de 1891, estalla la revuelta cívica en Córdoba, complementaria de la Revolución del Parque.”“Este alzamiento armado fue dirigido en su gran mayoría por dirigentes políticos, como Juan M. Garro -candidato luego a la Vicepresidencia de la Nación por la Unión Cívica Radical- Pedro C. Molina, Manuel Vidal Peña, el mismo presbítero Eleodoro Fierro - el cual se pone al frente de un acantonamiento y otros, tanto o más ilustres, que se confunden con artesanos y estudiantes, cuyos nombres, citados en las crónicas de la época, alcanzaron después relieves históricos.”“Eran cerca de 350 hombres, con muy escasa preparación militar, dirigidos por el ex comandante Bello a quien lo secundaban los capitanes Espinosa, Estrada, Balcarce y el subteniente Tornquist. Se pensaba atacar al gobierno sobre la base del factor sorpresa pero una lamentable delación involuntaria de una hermana de José Buteler, casada con un comisario,hizo adelantar el estallido para esa día y no parael día posterior. (Véase Alfredo Díaz de Molina, “La oligarquía argentina”,pag. 576 a 624, cap.III).”“Por su parte, los gubernistas se encontraban bien atrincherados, esperando a los insurgentes, en lo que era la Casa de Gobierno, la Catedral, la Botica Alemana (Independencia y San Jerónimo), el Palacio de Justicia (Deán Funes y Rivera Indarte) y en la Plaza San Martín, con 350 vigilantes, 80 soldados y 45 bomberos, al mando del teniente coronel Pedro Toscano, comandante del cuartel del 10º de línea.”“Convertidos algunos hogares en cantones revolucionarios, la lucha en las casas y calles de Córdoba, duró doce horas, con la rendición de los focos rebeldes y con el saldo trágico de 23 muertos y 171 heridos.(Díaz de Molina op.cit. pág. 592).”“ Tras la derrota, comienzan los arrestos y las persecuciones a los opositores.”“Alem, en la sesión del Senado Nacional del 30 de mayo, con relación a esos sucesos decía: “Esa provincia, que desde hace 14 años no goza de libertades públicas, vejada, humillada, vilipendiada, sin ninguna esperanza de reconquistar sus derechos por la vía recta, porque el acceso a los comicios, que es el punto fundamental del régimen republicano para que el pueblo tome participación en la vida pública, está herméticamente cerrado, ha llegado así a ese extremo, a esta última razón de los pueblos oprimidos” (Del Mazo Gabriel “Historia del radicalismo” T.1 pág. 78).”“Córdoba comenzaba, pues, a inscribirse así en la historia de las grandes luchas populares por la recuperación moral y política de Argentina.”•”Además, por primera vez los “cívicos”, bajo el santo y seña “Córdoba por Alem”, utilizaron escarapelas y banderines con la divisa blanca y punzó.”“Luego de la revolución”“ Sobre las cenizas aún calientes de la revolución que diera tantas vidas en su holocausto, la Unión Cívica se recompone, cierra sus filas y se estructura orgánicamente.”“Carlos Melo en “Los Partidos Políticos Argentinos”, (ed. del boletín de la Facultad de Derecho, nº 3, año VI- 1942, pág. 26 y 27) ha sostenido que uno de los efectos de la Revolución del 90 ha sido introducir en la República la organización de los partidos políticos de los Estados Unidos de Norteamérica.”“Fue Hipólito Yrigoyen quien propuso la idea de una “Convención” para elegir la fórmula presidencial en Rosario, sobre la base de delegados popularmente elegidos de la Capital y de las provincias en número igual al de su representación en el Congreso Nacional.”“Por otra parte, en Córdoba, el 2 de julio de 1891, la Unión Cívica rechaza el “acuerdo” entre Mitre y Roca, el que significó consolidar nuevamente un poder fraudulento por un cuarto de siglo más en la República, aprobando, en consecuencia, la posición intransigente del Comité Nacional, “actitud radical “ como se la anuncia permanentemente.”“Las reuniones se sucedían principalmente en la casa de Manuel Vidal Peña (ubicada en la calle Rivera Indarte entre 9 de Julio y Avenida Colón), concurriendo allí lo más granado del movimiento en su vertiente política.”“Se estaba preparando la recepción y los festejos por la llegada de Alem a Córdoba, anunciada para el mes de setiembre y la proclamación del nuevo binomio presidencial, en donde Juan Garro iba a conseguir la candidatura a la Vicepresidencia de la Nación, el 15 de agosto de dicho año, en la Convención reunida en Buenos Aires, acompañando a Bernardo de Yrigoyen.”“Pero existía un grupo - quizás el más “radicalizado” o combatiente- de dirigentes que no reniegan de la lucha armada, pues descreen de las elecciones sin un instrumento legal que las respalde, que intuyen que las calamidades y los hechos sangrientos, por la recuperación institucional, iban a continuar produciéndose en Argentina, mientras las libertades públicas siguieran así conculcadas (Sánchez Emilio.op.cit.) y no se desmontara para siempre la máquina electoral del fraude, tanto en el orden nacional como provincial. ““Eran los que intentarían nuevos alzamientos populares para obtener el reconocimiento de sus derechos cívicos y seguirían a Hipólito Yrigoyen, más tarde, con la abstención revolucionaria hasta la sanción de la Ley Sáenz Peña de 1912, la del sufragio universal, secreto y obligatorio. Ellos, junto con el caudillo, llegarían un cuarto de siglo después en brazos del pueblo al poder.”“Por eso, paralelamente a los actos multitudinarios y a las manifestaciones públicas, algunos grupos se organizaban secretamente.”“De esa forma, el 5 de agosto de 1891 -hace 114 años, como se dijo anteriormente- en algún lugar de Córdoba, ciento cuarenta y tres ciudadanos (entre los que se incluye mi abuelo Eleodoro Villagra), se encolumnaron tras la figura del presbítero Fierro, (quien fuera bautizado con los nombres “Eleodoro de San Pedro Nolasco Fierro” el 5 de julio de 1840, y como “nacido el día anterior”).“Resolvieron así “constituir una liga política que se denominará Unión Cívica Radical “, “animados del noble y elevado fin patriótico de aunar en un solo propósito común todos los buenos elementos de cualquier bando político que sean, siempre que lleven como enseña de lucha los principios y el radicalismo proclamados por la Unión Cívica de la Capital Federal”.El acta“Por primera vez en el país se usaba la expresión “Unión Cívica Radical” en un documento oficial o constitutivo. Tan es así que nueve días después -el 14 de agosto- bajo la presidencia de Hipólito Yrigoyen, la primera Convención de Delegados Radicales mantuvo la denominación original de “Unión Cívica”, para la constitución del comité de la provincia de Buenos Aires (Véase del Mazo, op. cit.pág.91) y es recién al año siguiente - el 17 de noviembre de 1892- con la sanción de su Carta Orgánica, que la Convención Nacional establece oficialmente el nombre de Unión Cívica Radical para el nuevo partido.”“Y volviendo al acta fundacional hecha bajo la inspiración del presbítero Fierro, se advierte que la reunión se hace “bajo la base capital del sigilo y de la más absoluta reserva, que la pongan a cubierto de acechanzas y de tropiezos que la estorben”.“Estaba muy fresco el recuerdo de la infidencia que había hecho fracasar la revolución en Córdoba de unos meses atrás; por lo que este secreto le facilitaría a la organización “una acción más cierta , desembarazada y eficaz; y que permita a sus afiliados cualquier participación ostensible que pudieran tener en las fracciones cívicas militantes”...“Para verificar dicho acto - se dice más adelante- se tomó previamente juramento a todos los presentes, quienes obligáronse bajo esa forma, ante Dios y la Patria y por su honra de caballeros, a ser miembros de la predicha Liga, sus personas, resoluciones, tendencias y cuanto le pertenezca, a acatar y cumplir fielmente las resoluciones u órdenes de la Junta Suprema de Gobierno... etc”.“Y al final , después de dar por terminado el acto y por constituida la liga política , se consignó : “Firmándose la presente para su constancia y como testimonio permanente de honra y de gloria para los firmantes que cumplieren con fidelidad el juramento emitido y las obligaciones contraídas, así como de vergüenza, baldón y eterna ignominia para los que se mostrasen menos dignos para ante Dios y la Patria, faltando aquel sagrado juramento o las obligaciones que él impone”.“Así se expresaban y se comprometían secretamente los hombres de la Córdoba de aquel entonces. En lo que atañe al fundador, Eleodoro Fierro, es llamado nuevamente para presidir la Junta de Gobierno de la Unión Cívica Radical en esta provincia, en 1907, tomando a su cargo ... “la preparación del partido para concurrir a la acción armada de la colectividad en el caso necesario” (Véase Archivo de la U..C, R. (libro de actas liminares, del 26 de marzo de dicho año) formando parte de dicha Junta.”“Don Elpidio González -después vicepresidente de la Nación durante la presidencia de Marcelo T. de Alvear- Abraham Molina, Wenceslao Carranza y Diógenes Hernández. También se destaca la articipación de Ignacio Amenábar Peralta, de Manuel Ordóñez, entre otros. Durante dos años, Fierro se dedicó intensamente a la organización del radicalismo en la provincia de Córdoba. Nunca dejó de lado la convicción de que la abstención revolucionaria y la lucha armada de la colectividad eran los únicos caminos posibles para llegar en Argentina al pleno ejercicio de la justicia social y de las libertades públicas, en especial, la libertad del sufragio tantas veces profanada por el régimen imperante.”“Sin embargo, aunque parezca increíble, este insigne luchador, caminante infatigable y gran orador, que ya tenía la cabeza blanca por los años transcurridos, no pudo ver ni el triunfo de los derechos del ciudadano, con la vigencia del voto universal, secreto y obligatorio de la Ley Sáenz Peña, ni tampoco el advenimiento del radicalismo a la cima del poder, en 1916, con el histórico triunfo de Hipólito Yrigoyen.”“Falleció desgraciadamente en Turín (Italia), el 8 de agosto de 1911, sin saber que ya se estaban conmoviendo las estructuras dominantes en Argentina, bajo el despertar de una conciencia popular y colectiva que quería, antes que nada, ser protagonista de su propio destino."(1)
(1) Como se señala al comienzo este artículo se publicó en el diario y en la fecha mencionada. El autor de la nota es nieto de uno de los fundadores de la U.C.R. cordobesa.

viernes, 17 de abril de 2009

A 119 AÑOS DEL "FRONTÓN"


El pasado 13 de abril, se cumplieron 119 años de uno de los actos fundacionales de lo que sería luego la Unión Cívica Radical. Para conmemorar esa fecha recurrí a un muy buen artículo del Dr. Gustavo Aramburu. Tengamos siempre presentes esos hechos históricos fundamentales. Un abrazo.

Hugo


A 119 AÑOS DEL "FRONTÓN"


Un dia como hoy, pero de 1890 se llevaba a cabo un mitin, en el Frontón de Buenos Aires, donde queda constituida la Unión Cívica, bajo la dirección de Leandro N. Alem.

El Gran Tribuno decía en esa ocasión:”Pero para hacer esta buena política se necesita grandes móviles, se necesita fe, honradez, nobles ideales; se necesita, en una palabra, patriotismo... Pero con patriotismo se puede salir con la frente altiva, con la estimación de los conciudadanos, con la conciencia pura, limpia y tranquila, pero también con los bolsillos livianos”

Este acto conjuntamente con el de Jardín Florida, es el inicio de una larga marcha que ya ha atravesado tres siglos, los restos de Alem reposan en el monumento a los caídos en la Revolución de 1890, en el cementerio de la Recoleta, allí donde también descansan Illia, Yrigoyen y Alfonsin entre tantos otros.Marcelo T. de Alvear dijo en su sepelio “ Nunca con más razón puede el pueblo derramar sus lágrimas sobre una tumba. Esta encierra los restos del hombre que tanto luchó por la causa popular y a la cual siempre dió, generoso, todas sus fuerzas y energías...:"

Parece escrito no solo para Don Leandro sino para muchos radicales que nos precedieron y que ya no están.

El deber a cumplir es mantener el radicalismo vivo, fiel a sus principios, por el bien de la República que así lo necesita.

Dr Gustavo Aramburu

jueves, 16 de abril de 2009

HISTORIAS MÍNIMAS DE UNO DE LOS PRESIDENTES MÁS LLORADOS POR LOS ARGENTINOS.


Raúl Alfonsín en familia. Dominique, una nieta. Noa, un bisnieto.

ESTA NOTA DE MARÍA SEOANE APARECIÓ EN CLARÍN EL 5 DE ABRIL. LA COMPARTO CON USTEDES.




La escena transcurre en la habitación del departamento de la calle Santa Fe, donde Raúl Alfonsín reposa. La luz tenue de este otoño tardío inunda su cuarto, pero hay agitación alrededor. La fiebre hace su faena maldita, ataca, y se teme el comienzo irremediable de la agonía. El médico receta antibióticos. Alfonsín nunca fue manso: resiste la medicación. Sus hijas intentan convencerlo a coro y a turno: "Con esto te vas a sentir mejor... Este antibiótico te va a curar... Es fantástico, es lo más moderno, se digiere bien, es..." El coro se corta cuando la voz ya casi inaudible, esforzada, de Alfonsín desliza: -Como le dijo el Rey de España a Chávez: ¿por qué no se callan...? ¿De qué temple está hecho un hombre -aquello que sólo se acuña desde la cuna a la alcoba- capaz de desplegar un humor ingenuo pero mordaz frente a su muerte? Se sabe, ahora, con detalle, que el humor lo protegía del odio y la timidez. Tal vez por eso disfrutaba sobre todo el cine de comedias inteligentes, donde la ironía no lesionara el amor propio. O, en fin, parecía permitirle jugar también a ser niño en un mundo donde hacía rato era un adulto obligado al protocolo. Una tarde, cuando ya era Presidente y atendía en Olivos, alguien le pasó un llamado sin filtrar. Sus colaboradores se abalanzaron para impedir que contestara, contestara, pero Alfonsín quiso atender. Y escuchó: - ¿Usted puede decirme si el 60 pasa por la avenida Maipú? -Discúlpeme, señora. Ahora le paso con alguien que sepa porque yo soy el Presidente y no me dejan viajar en colectivo. Pero a veces el humor bien podía dar paso a la iracundia ante la adversidad. Devenía en una ironía como aquel "a vos no te va tan mal, gordito" que encubría una defensa y al mismo tiempo un ataque. Porque Alfonsín había heredado de su padre cierta vehemencia gallega cascarrabias, y el tesón irlandés de su madre. Porque su infancia transcurrió en una casa de clase media que sufría los vaivenes económicos de la Gran Depresión de 1929, pero que resistía a fuerza de trabajo. Hizo una vida pueblerina hasta que se educó en cierta disciplina castrense en el Liceo Militar General San Martín, orden cerrado que contrariaba su naturaleza más inclinada al disfrute con amigos y la buena mesa y el buen vino y los buenos amores, pero que le dio la virtud de una puntualidad casi inglesa y obsesiva. Alfonsín tenía el andar pacífico y el trato campechano que suelen tener los nacidos y criados en un pueblo de provincia -al lado de una gran laguna, como la de Chascomús- donde el tiempo, como en las novelas del realismo mágico, está dado por la abundancia de los pejerreyes y los grandes acontecimientos de la vida. Fue un marido temprano y un padre prolífico. Tal vez por eso, su mayor pasión fue festejar en familia las fechas que marcan los ritos de la vida: nacimientos, casamientos, malarias y graduaciones de sus seis hijos, veinticuatro nietos y once bisnietos. Tenía para festejar en la intimidad una estirpe parecida a la de "Cien años de soledad". Ese su isla del tesoro en la que era un rey, a veces padre y a veces hijo: primer hijo, primer nieto y primer sobrino de una familia numerosa bonaerense. Porque además fue imbuido -por el tiempo histórico en el que vivió- por el rol que la vida cotidiana daba a los hombres: ser servido en la intimidad y proveedor en lo público. Nunca supo, ni cuando fue joven ni cuando fue adulto, ni siquiera preparar un té. No cocinaba, pero podía criticar durante horas los platos que comía y dar recetas que sabía de memoria de las rías gallegas o de la cocina italiana. Prefería, dicen, las pastas y la carbonara. Ya hacia el final de su vida, disfrutaba mucho los tallarines amasados y cortados a mano por Juan Pórfido, el esposo de su querida colaboradora Haydée. Los traían en una carrera contra el tiempo desde el barrio de Belgrano, en fuentes y calientes todavía. El los piropeaba: "Ni en el mejor restorán de Italia se come algo así". Tanto en tiempo tiempo de campaña como cuando era Presidente frecuentaba el centenario restorán Pedemonte, de la Avenida de Mayo que los años noventa, con su desidia posmoderna, arrasaron en busca de mejores ganancias. Allí solía comer esos pucheros suculentos regados del mejor vino. El "Rutini Cabernet- Sauvignon 1983" era su preferido. Una noche de invierno, en tiempo de la formación de la Alianza, llegó a casa de amigos aferrado a sus dos botellas. Y fue terminante: "Una es para mí solo, no la comparto. La otra es para ustedes". Lo cierto es que Alfonsín solía tener una sola comida diaria, relajada, con amigos y alguno de sus hijos, y excesiva en la sobremesa. Su relación con el tiempo estaba marcada por los afectos. También su relación con el dinero. Nunca llevó plata en el bolsillo mientras fue Presidente. Y luego, cuando lo tuvo en la vida o cuando volvió al llano, solía darlos con una generosidad que sus amigos históricos (u ocasionales) elogiaban, pero sus administradores detestaban. Había cierto desprendimiento, cierto desdén por lo material, como si todo lo que fuera necesario ya lo hubiera conquistado. Porque perder dinero le parecía lo más barato de perder. Sobre todo temía perder la lealtad de los que quería.El miedo a la muerte o a las pérdidas –en 2004 sufrió la de su nieta Amparo– se transponían en algunos de sus sueños. Alguien le escuchó referir que cuando estuvo internado por el accidente que había sufrido en Ingeniero Yacovacci, en Río Negro, mientras estaba conectado a un respirador, había soñado que creía viajar en un barco con muchos paneles a botón en los comandos y el capitán era Enrique Beverraggi (su médico del Hospital Italiano). Que el barco parecía naufragar, que era sacudidopor la tormenta, pero que lograbansalvarse. Lo lograban porque el capitán daba las órdenes adecuadas. El sueño daba pistas de la personalidad de Alfonsín: confiaba ciegamente en sus amigos y colaboradores. El tiempo pareció imponer en él una frugalidad, una austeridad que provenía de no desear nada más que lo conseguido. Tampoco parecía anhelar vivir en otro lugar -la montaña o el mar-, sino en la ciudad, donde disfrutaba el teatro y visitaba a su actor preferido, Luis Brandoni. O al lado de esa laguna amplia y antigua, en su Chascomús, ante el sonido del viento que movía con tesón los sauces que la rodeaban. Pero la ciudad era su meca. Era su cordón umbilical con su pasión central: la política. En ella anidaban sus sueños colectivos y sus pesadillas. El sueño de ser, parecerse, por qué no, a Yrigoyen o de ser amigo de Sarmiento. Allí encontró su destino: el que cultivó con la verba encendida de un orador de trincheras; con el talante de un humanista, de un socialista, de un idealista moderno que creyó en el papel del hombre y en la fuerza de la razón para cambiar el curso de la Historia. ¿Qué música le hubiera gustado a Don Raúl en sus funerales? ¿La potencia de Pavarotti cantando "Torna a Sorrento" frente a las ruinas griegas del Mediterráneo? ¿El sonido de una gaita estrellándose sobre los acantilados del mar Cantábrico? ¿O escuchar la homérica novena sinfonía "La canción de la tierra", del genial Gustav Mahler? "Cualquiera de ellas", dice Margarita Ronco, su secretaria privada y colaboradora fiel de más de tres décadas, quien me puso al tanto de algunas de estas historias mínimas.

miércoles, 15 de abril de 2009

SEÑOR DE LA DEMOCRACIA

QUERIDOS CORRELIGIONARIOS Y AMIGOS DE LA "ANTORCHA RADICAL":
Desde que surgió este blog, inaugurado el 13 de enero de 2009, he subido artículos que había escrito sobre Raúl Alfonsín desde hace tiempo, cartas que me habían publicado algunos medios prestigiosos como "Clarín", escritos nuevos contando experiencias personales con el viejo líder. Llegando su cumpleaños 82 confeccioné un video, con mi voz de fondo, y distintos momentos en la vida de don Raúl. También escribí sobre "ese luchador de 82 años" que peleaba por su vida, cuando años antes había peleado por la vida de muchos, cuando en la Patria reinaba la muerte.
Humildemente puedo decir que mi homenaje fue "en vida". Curiosamente desde esa negra noche del 31 de marzo , mi pluma (mi teclado para ser más realista!) se ha detenido. Esa semana no he podido publicar una sola línea, a pesar de haber escrito copiosamente antes. Un problema de salud personal más la triste, aunque lamentablemente esperada desde hace un tiempo, noticia me derrumbaron. Admiro a los que esos días escribieron más allá de las lágrimas. Muchos , seguramente, han llorado a través de lágrimas de tinta. Yo no he podido. Aún estoy sensible. Como muchos de ustedes lo están. Persiste esa sensación de "angustia" mezclada con esa sensación de "Esperanza" (con mayúscula). Sí. Esperanza. Somos las manos para completar la obra de Raúl. Somos quienes recibimos su ANTORCHA RADICAL con ese fuego eterno para la grandeza nacional. Esperanza, desafío, responsabilidad. Ahora más que nunca: Adelante sin cesar!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Hoy los invito a leer un artículo de otro hombre de la Democracia, que pudo escribir con majestuosidad y desde lo profundo de su dolor en esos duros días. Un hermoso escrito de Ricardo Lafferriere. Un abrazo radical!!
Hugo Turrini

SEÑOR DE LA DEMOCRACIA




La última vez que abrió sus puertas fue en enero de 1983, como anunciando que sería el año en el que los argentinos conseguiríamos la democracia, terminando la larga noche. Las atravesaron los restos mortales de Arturo Umberto Illia, el último gran presidente radical hasta entonces, que acompaña desde ese momento en su última morada a Leandro Alem, Hipólito Yrigoyen, Elpidio González y otros mártires y próceres del radicalismo y del país.


Un cuarto de siglo después, el Panteón de los Caídos en la Revolución del Parque se abrirá nuevamente para recibir en descanso eterno al nuevo prócer. Ellos conforman en el sentimiento y la identidad de los radicales argentinos, el conjunto de ideas que atraviesan décadas –y hasta siglos...- encarnando la esencia del rumbo iniciado al nacer la patria, en las lejanas jornadas de mayo: democracia, igualdad, instituciones, honestidad, independencia. Y por sobre todo, soberanía del pueblo, fuente de toda autoridad legítima.


Raúl Alfonsín es el aporte de esta generación de argentinos a la historia grande de la Nación y de un gran partido, depositario de sus sueños fundacionales. El corazón de todo el Radicalismo late eternamente en ese panteón, renovado ahora con su último gran ilustre. La memoria de sus luchas, la pasión de sus ideales, la visión de la patria grande que encarnaron en vida con sus actos y luego de muertos con su presencia eterna recuerda a todos que “todavía debe hacerse mucho”, como lo señalara el mandato postrero del fundador, en su testamento político.


Eso que debe hacerse, “pertenece principalmente a las nuevas generaciones”, que así como hicieron nacer la patria en las jornadas de 1810, también dieron origen a la Unión Cívica Radical que hoy acompaña y llora a su gran dirigente, y tendrán la responsabilidad de tomar en sus manos la antorcha que deja Raúl Alfonsín.


Hasta el último rincón argentino escuchó alguna vez su mensaje, convocando a la nueva alianza alrededor del viejo compromiso constituyente cristalizado en el Preámbulo. Y su prédica tiene hoy más vigencia que nunca, retumbando en la memoria de todos como su postrer convocatoria a retomar la lucha con bríos renovados para que los derechos ciudadanos y los esfuezos comunes se unan en una convivencia de hermanos, solidaria, libre, justa, pujante.


Su mensaje a los jóvenes sigue siendo el ejemplo de una democracia limpia: “no sigan a hombres, sigan a ideas”. ¡Palabras nunca tan vigentes como en estos tiempos de degradación institucional, “espacios” con nombres y apellidos y debilidad de los partidos políticos, lugares de elaboración y articulación de las ideas de los ciudadanos!


De todos los reclamos de Alfonsín, quizás sea éste el que más vigencia tiene: reconstruir los partidos, para reconstruir la política. Reconstruir la política, para volver a la Constitución. Y en lo profundo de todo ello, reconstruir la ciudadanía –es decir, el compromiso consciente de cada uno con los problemas de todos- para lograr una convivencia virtuosa.


Presidente, conductor, militante, dirigente, maestro. Fue todo eso. Pero sin duda alguna el título que mejor lo define es aquel que el poeta asignara alguna vez a Hipólito Yrigoyen, su magno antecesor: Señor de la Democracia.


Dr Ricardo Lafferriere


Ex Senador de la República


Ex Embajador en España