jueves, 14 de enero de 2010
LA CUESTIÓN CENTRAL
Si tuviéramos que analizar el fenómeno que gobierna la argentina durante los últimos 7 años, no alcanzarían las horas, los días y los meses de mandato que le quedan a este gobierno hasta 2011. Este gobierno demuestra cada día más resistir toda lógica y análisis, demostrando lo poco que le interesan las instituciones, la constitución, el estado y el pueblo argentino en general.
No existiría debate, ni confrontación si los excedentes de reservas anunciados por Cristina Fernández de Kirchner estarían dedicados a paliar única y exclusivamente la famosa “deuda interna”, que evidentemente seguirá esperando su eterno turno y los intereses que cobrara son incalculables. Sin embargo se decidió hacerle frente a la deuda externa y no intentar una re negociación que permitiría dejarle alguna parte de esos excedentes para realizar algunas inversiones que nuestro país necesita.
No hay mayores muestras de debilidad que recurrir a un DNU para echar un presidente del BCRA y tener que buscar con un patrullero a una jueza. Este recurrente hecho y el aferramiento a los DNU ha judicializado la política argentina por estos días, sin terminar de entender, que si se hubieran evitado muchos de los procedimientos llevados acabo por el gobierno no habría tanto ensañamiento y “tanto sentimiento de desestabilización”.
Durante estos 7 años de mandato kirchnerista se han sucedido cataratas de errores en la política económica internacional que han desencadenado en esta conflictiva situación. Nunca se ha intentando dialogar con los acreedores internacionales, ni se ha intentado llegar a acuerdos de re negociación de deuda. Sino que como es característico de la era K se ha ido siempre hacia la confrontación y el ataque de los organismos internacionales.
Quizás el gran déficit de la administración de Néstor y Cristina Kirchner ha sido la falta de dialogo, nos queda el pensar el porqué de la misma. Seguramente buscando explicaciones encontremos el gran aval que supo cosechar Kirchner durante los primeros 3 años de su mandato, impulsado por la toma de grandes medidas populistas. Luego de esa relajada victoria del año 2005 en las elecciones parlamentarias, venciendo inclusive al decadente aparato duhaldista, ha sobrevenido un largo planteo de autoritarismo, corrupción y autismo que han quedado demasiado en evidencia a partir de la asunción de Cristina en el 2007.
Debemos reflexionar sobre los pasos a seguir, los fantasmas de desestabilización no existen y si los hay son inventados por el propio gobierno. Insistimos, el gobierno nacional termina su mandato el 10 de diciembre de 2011. Tendremos que buscar la manera de hacer entender a la actual administración que la sociedad argentina reclama dialogo, consenso y trabajo en post de la solución de los problemas que aquejan a los argentinos. Educación, salud, seguridad, pobreza, exclusión y una enorme escala de valores olvidada esperan que le saldemos la deuda estatal que lleva algo más de 25 años, cuyos intereses cada vez son más y corremos riesgo que si seguimos sin prestar atención a la misma lleve varias generaciones pagarla.
El cambio debe ser hoy. Estamos a tiempo. Tenemos un compromiso con la republica, con la constitución, con las instituciones. En definitiva, un compromiso con el pueblo argentino.
Jorge Raúl Kehiayan
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