jueves, 29 de enero de 2009

Simplemente, Aristóbulo (Nota Nº10)



Hoy recordamos a un hombre que, vencido por la diabetes y los problemas cardíacos, fallecía en su oficina de la Facultad de Derecho, el 29 de enero de 1896. En esa casa había sido un profesor brillante que atraía a intelectuales, pensadores y curiosos, que presenciaban sus clases además de sus alumnos. Su cátedra, no podía ser de otra manera, era Derecho Constitucional.
Ese Aristóbulo del Valle había suspendido el estudio del Derecho, años atrás, para ir como combatiente a la guerra con el Paraguay. La juventud ilustrada de entonces veía como un privilegio luchar, e incluso morir, por la Patria.
La historia lo recuerda como uno de los hombres que fundó la Unión Cívica y llevó adelante la Revolución del Parque de 1890. Seguiría a Alem al formarse la Unión Cívica Radical.
Aceptó ser Ministro de Guerra, con las facultades de un primer ministro, para salvar la institucionalidad durante la presidencia de Luis Sáenz Peña en 1893. Su intención era intervenir la provincia de Buenos Aires, ante una nueva revolución radical, y convocar a elecciones limpias. El Congreso no se lo permitió.
Se negó a realizar un "golpe" de Estado desde el Estado mismo y renunció.
Un gran hombre de la República. Su nombre de pila bastaría para recordarlo. Simplemente, Aristóbulo.

Dr Hugo Turrini

viernes, 23 de enero de 2009

LAS FLORES DE ILLIA (NOTA Nº9)



Para finalizar esta semana, en que hemos recordado el paso a la inmortalidad de nuestro querido Arturo Illia, quiero narrarles una breve historia que he recibido en un "power point" (que suelen invadir nuestros correos a través de cadenas, y que mucha veces opto por no leer). Es la historia de un señor que viajaba en un micro cada día, recorriendo la ruta. Veía a una ancianita que arrojaba algo por la ventanilla. Se acercó y habló con la mujer. Ella le contó que cada día arrojaba una bolsa de semillas de plantas con hermosas flores, porque veía el camino de tierra a ambos lados de la ruta, triste, y quería cambiar esa realidad. El hombre pensó que la anciana deliraba.Pasaron algunos meses y el hombre, que seguía viajando en el mismo autobús, semi adormecido miró por la ventanilla y vio que , a ambos lados de la ruta, había flores amarillas, violetas, rojas, rosas!! Era increíble! La anciana lo había logrado! Eso si, el chofer le contó que hacía un mes, la mujer había fallecido. El pasajero se consternó y pensó: "tanto esfuerzo, para nada". De pronto vio a dos niños que reían y contemplaban las flores y los picaflores en busca del néctar... Valió la pena.Uno se acuerda de Moisés que guió al pueblo de Israel sacándolo de la esclavitud de Egipto, cruzando el mar Rojo, dándoles el maná y transitando cuarenta años en el desierto. Moisés no llegó a entrar a la Tierra Prometida. Si, su pueblo.Estas historias me recuerdan mucho a don Arturo. Ese hombre que luchó por los valores democráticos y por un partido entonces casi centenario (como también lo hiciera Ricardo Balbín y tantos otros). Ese hombre murió el 18 de enero de 1983. Meses después los argentinos entraríamos a la "Tierra Prometida" de la Democracia. Meses después, en ese 1983, veríamos florecer la colorida Libertad. Aquellas flores que sembraron para los tiempos, y no alcanzaron a ver, Illia y Balbín. Sigámoslas regando cada día nosotros.


Dr. Hugo Turrini

miércoles, 21 de enero de 2009

ESE ORADOR LLAMADO RAÚL ALFONSÍN (NOTA Nº 8)


Un 5 de mayo. Frío, muy frío. Me dirigí a la Rotonda de Villa Ballester. Hablaron algunos de los candidatos a concejales, a consejeros escolares, a intendente y, por fín, el que no era candidato. El mismo ex presidente . O Presidente. En eso apoyo a los estadounidenses. Alfonsín sigue siendo: el presidente Alfonsín. Entre cuarenta millones, solo uno. El destino de unos pocos (aún en un país en donde hemos tenido demasiados, por crisis constantes). Lo ví pasar frente a la "Farola" y allí me extendió un saludo con su mano, a lo lejos, rodeado de gente. Cuando comenzó a hablar: lo hizo pausado, lento, con debilidad. Fue subiendo la temperatura. Fue creciendo en pasión. Con maestría. Habló de muchos temas. Dijo que la industria se había destruído. Nombró a un oyente diciendo: "como la tricota que usa ese señor, ya no se hace más aquí"... Una mujer comenzó a gritar: "la desocupación es terrible, mi hija hace años no consigue nada....". Alfonsín piloteó la situación: " Desde ya disculpo esta amable interrupción..Tiene razón la señora....." Siguió discurseando. Había pasado la hora y cuarto. Seguía y seguía. Ya no sentíamos el frío. Había fuego en sus palabras y en su voz, a esa altura, sonora, estridente que, de pronto, bajaba su intensidad hasta tornarse casi inaudible, para volver a crecer y planear en las alturas de nuestras almas. Todos queríamos que siguiera. Llegó al fin. Se fue victoreado por el pasaje Esmeralda, que conduce a la salida del túnel de la Estación Ballester donde, presumo, lo esperaba un auto. Todos se fueron tras él, por la estrecha callecita, como si entraran por un embudo. Como siempre, Alfonsín, con paso rápido entró primero en ese embudo para volver a su hogar y descansar. Para seguir su discurso en otro lugar del país al día siguiente.Nuestros corazones salieron henchidos, como si hubiésemos escuchado a un predicador que habló de Salvación y Esperanza.

Esa fue la primera vez que con mis ojos veía a un presidente argentino. Veía a Raúl Alfonsín. El que, con la ayuda de todos, consolidó la Democracia.

Dr. Hugo Turrini

sábado, 17 de enero de 2009

Mi carta en "Clarín" del 16 de enero de 2009 (NOTA Nº 7)

El recuerdo de un "auténtico radical"

Nunca llegó a gobernador de su Chaco adoptivo. Como el general San Martín, había nacido en Yapeyú, Corrientes. Pero sí fue senador en tres ocasiones por la provincia del quebracho. Así era Luis: un "quebracho" para luchar contra las injusticias. Duro, incapaz de ser talado en sus principios. Defensor de la soberanía sobre las Islas Malvinas. Conocedor y defensor de los intereses argentinos en el tema de los "Hielos Continentales".
Se fue Luis León. Un auténtico radical. Un argentino sin dobleces.

Hugo Turrini.
estudio_turrini@yahoo.com.ar

jueves, 15 de enero de 2009

Arturo Illia: un hombre común, un gran argentino. (NOTA Nº6)


No importa nuesta ideología política. Hay ejemplos que traspasan los partidos polìticos y aún las naciones. Hay comporta-mientos, actitudes, conductas que merecen ser rescatadas.
Un 18 de enero , veintiseis años atrás , fallecía un presidente honesto: Don Arturo Umberto Illia.
Cuando decidió servir al prójimo a través de su profesión de médico ( ese arte destinado a salvar vidas),el entonces presidente Hipólito Yrigoyen le señaló un pueblito cordobés: Cruz del Eje (muchos años después, la cuna de una voz prodigiosa: Jairo). Allí se dirigió Arturo, quien pasó a llamarse: "el apóstol de los pobres", porque atendía gratis a los más necesitados y aún pagaba sus remedios.
Luego de años de militancia en la Unión Cívica Radical, paralelamente al ejercicio de su "apostolado", llegó (con el antecendente de haber sido vicegobernador de Córdoba en épocas de Santiago del Castillo) a la Presidencia de la Nación, en 1963.
No llegó con muchos votos. Eran tiempos de negativas irreductibles: el peronismo estaba proscripto. Pero llegó para cumplir con la Constitución Nacional y con la ley. Épocas difíciles (cuáles no?). Podríamos hablar del aumento del producto bruto interno, de la anulación de los contratos petroleros firmados por la gestión Frondizi (a favor o en contra), del aumento del presupuesto en educación, de la absoluta libertad de prensa que aún servía para la burla de un mandatario republicano a quien se tildaba de "tortuga", de la nueva legislación de medicamentos (que invadía territorios privilegiados), del levantamiento de la proscripción del peronismo (aunque fue presionado para que no dejara entrar a Perón al país), de su derrocamiento (resistido con dignidad y paz). Pero la gestión, la política, los hechos no nos importan tanto, aunque de por sí son muy valiosos también. Nos importa el hombre: con pinta de viejito bueno (como lo era, aunque con su carácter!!), flaquito y canoso. Ese, que iba por la calle hablando con la gente, que renunció a su jubilación de presidente, que siguió trabajando de médico, que tenía una sola casa que le fue donada por los vecinos de Cruz del Eje.
Mi suegro, que vivía en Martínez, me contaba que , cuando don Arturo andaba por la zona, tomaba el tren, paseaba por sus veredas y hasta saludaba primero!!!
En épocas en que la política está tan "manoseada" y cuesta encontrar ejemplos, creo oportuno recordar a este presidente honesto, humilde. Un hombre común. Un gran argentino.

Dr Hugo Turrini

miércoles, 14 de enero de 2009

DOCUMENTO EXCLUSIVO: BALBÍN Y ALFONSÍN, EL DÍA QUE MURIÓ PERÓN (NOTA Nº 5)


Esta página del matutino "Crónica" del 3 de julio de 1974, refleja la difícil situación que comenzaba a transitar el país al deceso del líder justicialista. Después de años de desencuentros: Juan Domingo Perón (tres veces presidente) y Ricardo Balbín (cuatro veces candidato a presidente) se abrazaron y vislumbraron un futuro de paz y concordia entre los argentinos. Hasta don Ricardo tuvo que "saltar la tapia" del entorno del "general", luego de haber sepultado definitivamente cualquier rencor por las injusticias del pasado, en pos de la grandeza del país.

Ese trágico 1º de julio, el jefe radical y su opositor dentro del partido, el dr. Raúl Alfonsín, se reunieron de urgencia ante los acontecimientos. Este documento exclusivo (que pueden ampliar para leer), refleja esos momentos. Un fuerte abrazo.

Dr Hugo Turrini

martes, 13 de enero de 2009

UN "LEÓN" DEFENDIENDO SU HÁBITAT (NOTA Nº 4)


Así fue el querido "Bicho". Uno de los pocos músicos de la "guardia vieja radical" que quedaban, que supieron ponerle ritmo a la política argentina del último medio siglo. Fiel, muy fiel a sus colores radicales. A su escudo. A la boina blanca. A las ideas directrices que diseñara Hipólito Yrigoyen. Pero fidelísimo a los colores que aúnan a todos los argentinos: el Celeste y Blanco.

En estas últimas horas he podido intercambiar ideas con dirigentes que lo conocieron y trataron, con algunos viejos amigos del caudillo. Mi sensación de toda la vida fue corroborada por ellos (aún por sus adversarios políticos): fue un verdadero "Patriota". En el sentido profundo de la palabra. Desde lo racional y desde lo emocional. Un verdadero "León" defendiendo su tierra. También defendiendo su tierra grande, que lo viò como fundador y presidente, en dos ocasiones, del Parlamento Latinoamericano.

Nunca llegó a gobernador de su Chaco adoptivo. Como el General San Martín, había nacido en Yapeyú, provincia de Corrientes. Pero sí fue senador en tres ocasiones por la provincia del quebracho. Así era Luis: un "Quebracho" chaqueño para luchar contra las injusticias (en los dichos de su esposa en el último homenaje: aún contra las deslealtades de algunos correligionarios). Duro, imposible de ser talado en sus principios y valores. Esos que tanto necesita un país que debe ser reconstruido desde sus bases. Defensor de la soberanía sobre las Islas Malvinas (capaz de llamar "piratas" a los ingleses en la misma ciudad de Londres). Conocedor y defensor de los intereses argentinos en el tema de los "Hielos Continentales", en el diferendo por el "Canal de Beagle".
Fue portador de otra bandera de Yrigoyen (y Enrique Mosconi): luchó por la defensa de nuestros hidrocarburos. De nuestra finalmente "entregada" YPF. Yo opino que uno no puede jactarse de tener petróleo y no tener los medios para extraerlo. Un Estado soberano puede celebrar contratos. Pero no puede desligarse, dejar de supervisar, de controlar, de exigir. En todos esos temas claves estuvo ese "felino de la Democracia", capaz de mostrar sus garras para defender los intereses genuinos de su pueblo. Más allá de los lógicos (y afortunados) disensos en un partido centenario y democrático, todos lo consideran un verdadero Maestro. Un auténtico radical. Un argentino sin dobleces.

Dr Hugo Turrini

ALGUNOS DOCUMENTOS DE LA HISTÓRICA JORNADA (NOTA Nº 3)







DISTINTAS IMÁGENES DEL 10 Y 11 DE DICIEMBRE DE 1983



FUENTE: REVISTA GENTE (15/12/1983)




CARTA A MIS ALUMNOS POR LOS VEINTICINCO AÑOS DE DEMOCRACIA (NOTA Nº 2)


Recuerdo que tenía 15 años. La edad de muchos de ustedes o la que cumplirán en poco tiempo.Habían pasado los "años duros" ( de cuyos pormenores nos enteraríamos después) y la trágica guerra de Malvinas. Los jóvenes no podían votar, ni opinar: pero sí eran obligados a morir en una contienda absurda.En 1983, tras el silencio de los cañones, las ametralladoras y los gritos desesperados, aparecieron las voces y los cánticos del pueblo. Habría elecciones luego de casi ocho años de dictadura militar. Los partidos políticos comenzarían a despertar. La gente quería participar. Tras la negra noche renacían el sol y la alegría!!!Recuerdo el 30 de octubre de 1983. Un día luminoso. Tras la votación, almorzamos y pasamos una hermosa tarde en familia. Luego vino el lento escrutinio (o sea, se contaron los votos). A la madrugada siguiente ya teníamos un nuevo presidente: Raúl Alfonsín (radical). Un presidente votado por el pueblo.Había retornado la Democracia. Parece mentira pero pasó un cuarto de siglo.Ustedes vivieron siempre en Democracia. Los mayores , no.No dejemos de valorar esta forma de gobierno y este estilo de vida. Valoremos la libertad, la participación, el respeto por las ideas del otro. Conozcamos y defendamos nuestros derechos, pero también cumplamos con nuestras obligaciones.Construyamos cada día, entre todos, una familia mejor, una escuela mejor, un país mejor.

Profesor Hugo Turrini

EL BUSTO DE LA DEMOCRACIA (NOTA Nº1)


Su busto no se le parece. Pero así es el arte. No se trata de una fotografía, sino de cómo lo ve el artista. Lo mismo podría decirse de su obra de gobierno. Algunos la vieron desastrosa, sobre todo desde lo económico; otros, con el paso del tiempo, se dieron cuenta de que siempre se pueden hacer las cosas peor.
Pero su obra quedará por lo logrado, por los frutos, que hoy se observan, se viven.
Vivimos en Democracia (a veces más amplia, a veces más acotada). El pueblo vota. El pueblo participa. Se expresa.
A su favor diríamos: se consolidó la Democracia; se condenó a las Juntas Militares y a los grupos subversivos; se resistió a tres asonadas carapintadas y un intento terrorista; se sobrellevaron trece paros generales...
El tiempo y los, nada despreciables, resultados han agigantado a la figura de un hombre honesto, sin ostentaciones, simple, político de raza. Capaz de recorrer kilómetros para abrazar y hablarle a un puñado de correligionarios. Capaz de poner cerca de un millón de personas frente al Obelisco. Capaz de tomarse un helicóptero y acudir personalmente a Campo de Mayo para "destrabar" la rebelión de Aldo Rico. Capaz de entrar en La Tablada, ante el rumor de matanza de prisioneros. Capaz de girar su visión del Estado e intentar privatizar mínimamente. Capaz de salvar a la Democracia con los polémicos: "punto final" y "obediencia debida". Capaz de entregar el poder adelantadamente, para colaborar con las soluciones urgentes renunciando a sueños personales. Capaz de firmar el "pacto de Olivos" para conseguir una Constitución decorosa, equilibrada y no un "engendro". Capaz de intentar una y otra vez, salvar al Radicalismo.
Ese es Raúl Alfonsín. Ese es el primer Presidente de la Democracia. La que ya no se irá. La que se profundizará con nuestra actitud firme. La que deberá alcanzar los bienes de la civilización a todos. La que deberá terminar con los excluídos y con un país postergado. La Democracia verdadera , con la que se come, se cura y se educa....
Dr Hugo Turrini