sábado, 31 de julio de 2010

Un discurso con luces y sombras


Respuesta de Moreau a Biolcati

El ex Senador Nacional Leopoldo Moreau dijo sobre el discurso del Presidente de la Sociedad Rural Hugo Biolcati que: ”Resulta positivo que autocríticamente haya enumerado entre las razones de los males argentinos los sucesivos Golpes de Estado, las privatizaciones indiscriminadas y la intolerancia política. A la vez resulta contradictorio que haga un reconocimiento respecto a que la pobreza y la exclusión son los principales problemas a resolver y promueva una disminución sustantiva de las retenciones con las que el campo viene contribuyendo para sostener las políticas sociales de inclusión”.

martes, 27 de julio de 2010

REVOLUCIÓN DEL PARQUE: CONTINUACIÓN DEL PROCESO EMANCIPADOR DE 1810


Junto a Víctor Martínez, verdadera gloria viviente de todos los radicales.


El Movimiento de Reflexión Histórica y Doctrinaria "ANTORCHA RADICAL" adhiere a los conceptos vertidos por el Instituto Nacional Yrigoyeneano, que transcribimos a continuación.


La Revolución del 26 de julio 1890 continuadora del proceso emancipador de la Revolución del 25 de mayo de 1810




La Revolución del 26 de julio de 1890 o Revolución del Parque, liderada por Leandro Alem, constituyó mucho más que un hecho de armas aislado de las circunstancias políticas que vivía la República Argentina. No fue un típico cuartelazo sudamericano, ni otra “chirinada” criolla. Por el contrario, fue una reacción sana frente a la corrupción, el despilfarro y la concupiscencia de un sistema de gobierno que daba muestras de agotamiento en el que el Pueblo era el gran ausente. Resalta así como el suceso de la historia nacional que más contribuyó a la instalación del sistema republicano y representativo de gobierno cumpliendo la manda constitucional sancionada en el artículo 1° de nuestra Carta Magna. Aquel alzamiento contra el Régimen constituyó la verdadera forja de nuestras instituciones democráticas y el estado de derecho.


Significó, además, que se expresasen nuevos actores políticos surgidos del proceso de desarrollo de aquellos años. Puso en movimiento militante a capas sociales intermedias ligadas a actividades económicas tradicionales, que pudieron canalizar así sus reclamos de justicia, libertad e igualdad. Fue el germen del nacimiento de un sistema de partidos políticos hasta entonces ausente en la Nación. No es casual que un año después de sucedida se constituyera definitivamente la Unión Cívica Radical, el primer partido orgánico, nacional, horizontal, federal. De tal modo que los mecanismos hasta ese momento normales de funcionamiento del estado liberal ya no podrían descansar en acuerdos celebrados entre cúpulas oligárquicas, por la acción decididamente revolucionaria, intransigente y democratizadora del radicalismo.


En ese sentido la Revolución del Parque es fundacional, continuadora del ideal democrático, popular y progresista de la Revolución de Mayo, del pensamiento de la generación de 1837 y de los constituyentes de 1853. Es el mojón, el origen de la verdadera República Democrática que incluirá decididamente también a sectores populares de nuestra sociedad, y que comenzará a concretarse años después con el asunción de Hipólito Yrigoyen como el primer presidente elegido libremente por el pueblo de la Nación.


Al cumplirse 120 años de la gesta revolucionaria, en el año del Bicentenario de la Patria, el Instituto Nacional Yrigoyeneano saluda a los héroes que con su vida y su ejemplo han puesto las bases de la verdadera república representativa y democrática. El compromiso de la hora es consolidar ese proceso en el marco de una democracia constitucional y social.




Buenos Aires, 26 de julio de 2010



Fernando Blanco Muiño
Secretario General


Diego Barovero
Vicepresidente


Víctor Hipólito Martínez
Presidente

domingo, 25 de julio de 2010

PROCLAMA DE LA REVOLUCIÓN DEL 90


Al Pueblo: El patriotismo nos obliga a proclamar la revolución como recurso extremo y necesario para evitar la ruina del país. Derrocar un gobierno constitucional, alterar sin justo motivo la paz pública y el orden social, sustituir el comicio con la asonada y erigir la violencia en sistema político, sería cometer un verdadero delito de que nos pediría cuenta la opinión nacional. Pero acatar y mantener un gobierno que representa la ilegalidad y la corrupción; vivir sin voz ni voto la vida pública de un pueblo que nació libre; ver desaparecer día por día las reglas, los principios, las garantías de toda administración pública regular, consentir los avances al tesoro, la adulteración de la moneda, el despilfarro de la renta; tolerar la usurpación de nuestros derechos políticos y la supresión de nuestras garantías individuales que interesan a la vida civil, sin esperanza alguna de reacción ni de mejora, porque todos los caminos están tomados para privar al pueblo de gobierno propio y mantener en el poder a los mismos que han labrado la desgracia de la República; saber que los trabajadores emigran y que el comercio se arruina, porque, con la desmonetización del papel, el salario no basta para las primeras necesidades de la vida y se han suspendido los negocios y no se cumplen las obligaciones; soportar la miseria dentro del país y esperar la hora de la bancarrota internacional que nos deshonraría ante el extranjero; resignarse y sufrir todo fiando nuestra suerte y la de nuestra posteridad a lo imprevisto y a la evolución del tiempo, sin tentar el esfuerzo supremo, sin hacer los grandes sacrificios que reclama una situación angustiosa y casi desesperada, sería consagrar la impunidad del abuso, aceptar un despotismo ignominioso, renunciar al gobierno libre y asumir la más grave responsabilidad ante la patria, porque hasta los extranjeros podrían pedimos cuenta de nuestra conducta, desde que ellos han venido a nosotros bajo los auspicios de una Constitución que los ciudadanos hemos jurado y cuya custodia nos hemos reservado como un privilegio, que promete justicia y libertad a todos los hombres del mundo que vengan a habitar el suelo argentino.


Las instituciones libres han desaparecido de todas partes: no hay República, no hay sistema federal, no hay gobierno representativo, no hay administración, no hay moralidad. La vida política se ha convertido en industria lucrativa. En el orden público ha suprimido el sistema representativo hasta constituir un congreso unánime sin discrepancia de opiniones, en el que únicamente se discute el modo de caracterizar mejor la adhesión personal, la sumisión y la obediencia pasiva El régimen federativo ha sido escarnecido; los gobernadores de provincia, salvo rara excepción, son sus lugartenientes; se eligen, mandan, administran y se suceden según su antojo: rendidos a su capricho (…) En el orden financiero los desastres, los abusos, los escándalos, se cuentan por días. Se ha hecho emisiones clandestinas para que el Banco Nacional pague dividendos falsos, porque los especuladores oficiales habían acaparado las acciones y la crisis sorprendió antes de que pudieran recoger el botín. El ahorro de los trabajadores y los depósitos del comercio se han distribuido con mano pródiga en el círculo de los favoritos del poder que han especulado por millones y han vivido en el fausto sin revelar el propósito de cumplir jamás sus obligaciones. La deuda pública se ha triplicado, los títulos a papel se han convenido, sin necesidad, en títulos a oro, aumentando inconsiderablemente las obligaciones del país con el extranjero; se ha entregado a la especulación más de cincuenta millones de pesos oro que había producido la venta de los fondos públicos de los Bancos garantidos, y hoy día la Nación no tiene una sola moneda metálica y está obligada al ser vicio en oro de más de ochenta millones de títulos emitidos para ese fin; se vendieron los ferrocarriles de la Nación para disminuir la deuda pública, y realizada la venta se ha despilfarrado el precio; se enajenaron las obras de salubridad, y en medio de las sombras que rodean ese escándalo sin nombre, el pueblo únicamente ve que ha sido atado, por medio siglo, al yugo de una compañía extranjera, que le va a vender la salud a precio de oro; los Bancos garantidos se han desacreditado con las emisiones falsas; la moneda de papel está depreciada en doscientos por ciento y se aumenta la circulación con 35 millones de la emisión clandestina, que se legaliza, y con cien millones, que se disfrazan con el nombre de bonos hipotecarios, pero que son verdaderos papel moneda, porque tienen fuerza cancelatoria; cuando comienza la miseria se encarece la vida con los impuestos a oro; y después de haber provocado la crisis más intensa de que haya recuerdo en nuestra historia, ha estado a punto de entregar fragmentos de la soberanía para obtener un nuevo empréstito, que también se habría dilapidado, como se ha dilapidado todo el caudal del Estado (…) El movimiento revolucionario en este día no es la obra de un partido político. Esencialmente popular e impersonal, no obedece ni responde a las ambiciones de círculo u hombre público alguno. No derrocamos el gobierno para separar hombres y sustituirlos en el mando; lo derrocamos para devolverlo al pueblo a fin de que el pueblo lo reconstituya sobre la base de la voluntad nacional y con la dignidad de otros tiempos, destruyendo esta ominosa oligarquía de advenedizos que ha deshonrado ante propios y extraños las instituciones de la República. El único autor de esta revolución, de este movimiento sin caudillo, profundamente nacional, larga, impacientemente esperada, es el pueblo de Buenos Aires que, fiel a sus tradiciones, reproduce en la historia una nueva evolución regeneradora que esperaban anhelosas todas las provincias argentinas. (…) El período de la revolución será transitorio y breve; no durará sino el tiempo indispensable para que el país se organice constitucionalmente. El gobierno revolucionario presidirá la elección de tal manera que no se suscite ni la sospecha de que la voluntad nacional haya podido ser sorprendida, subyugada o defraudada. El elegido para el mando supremo de la Nación será el ciudadano que cuente con la mayoría de sufragios, en comicios pacíficos y libres, y únicamente quedarán excluidos como candidatos los miembros del gobierno revolucionario, que espontáneamente ofrecen al país esta garantía de su imparcialidad y de la pureza de sus propósitos.

jueves, 8 de julio de 2010

La entrega del mando y la "entrega"



El 7 de julio de 1989 rendía: "Elementos de Derecho Penal", el primer parcial de una materia anual. La evaluación fue a libro abierto. Pude usar el Código, los apuntes, algún manual. Claro, cuando es así (como docente hoy lo corroboro), todo el material no sirve para mucho!! Tuve que resolver (teóricamente) un caso de hurto, encuadrándolo en el esquema correspondiente y fundamentando todo. Dos horas no me alcanzaron. Obtuve un digno 8.
El país atravesaba momentos difíciles pero los saqueos se habían apaciguado, una vez que el Presidente Raúl Alfonsín anunció la entrega anticipada del poder.
Lo viví, creo que la mayoría, como una gran frustración. La psicología analiza las consecuencias posibles de una frustración prolongada. Pueden darse, entre otras, la regresión, la agresión y la apatía. Este último síntoma fue el más marcado. Toda esa ebullición popular de 1983, que terminó con la dictadura, comenzaba a evaporarse. Muchos decían: "nada va a cambiar, no me interesa la política, no participo más...", cuando en realidad sí les interesaba y mucho. La negación no es una mentira para los demás. Es un intento de autoconvencimiento, porque nuestras fuerzas han cedido.
En la etapa que comenzaba el 8 de julio, esa "desmovilización" se fue acentuando hasta observar ajenos la entrega del patrimonio nacional, sus recursos naturales, su soberanía. La excusa de modernizar un Estado ineficiente (y vaya que lo era... o lo es!!) sirvió a pingües negocios, implementando políticas de privatizaciones extremas sin los mínimos recaudos. Alfonsín no era extraño a la necesidad de reformar el Estado y privatizar, tras su experiencia de los primeros años. Rodolfo Terragno fue una carta fundamental en esa tarea. La diferencia era notoria: modernizar o privatizar, no significaba que el Estado perdiera la mayoría del capital en las empresas sino proponía una mixtura entre lo público y privado a efectos de lograr eficiencia en los servicios, reduciendo gastos.
Ese día triste para los radicales , y para todos los argentinos de buena voluntad, que habían visto estallar contra la pared de la derrota económica e hiperinflacionaria, los sueños de la joven Democracia, hoy puedo leerlo en otro contexto.
La entrega del poder de un gobierno democrático a otro, no ocurría desde décadas (cuando el excelente presidente Marcelo Torcuato de Alvear entregaba el mando al símbolo popular llamado Hipólito Yrigoyen, en 1928). Y aún antes, si tomamos en cuenta que el presidente surgido de un partido político lo entregaba a uno surgido de la oposición (habría que remontarse a 1916 cuando el conservador Victorino de la Plaza era sucedido por el mismo Yrigoyen, al aplicarse la ley Sáenz Peña).
Pero ese presidente honesto, político por vocación, con características nacionales y sociales, en el marco del respeto irrestricto de las instituciones de la República, nunca se alejó de la actividad política (a pesar que esos tiempos fueron muy duros). Su hijo Ricardo Alfonsín afirma que Don Raúl pudo seguir en la batalla por el acompañamiento de sus correligionarios. Para cualquiera hubiese sido prácticamente imposible sobrevivir y seguir actuando ante tamaña frustración.
Los noventa nos dejaron, además de las privatizaciones exageradas (que llegaron hasta las "joyas de la abuela", nuestros recursos como el petróleo o el gas), un retroceso en el plano de la justicia, al firmarse los decretos de indulto a los dictadores y jefes de la guerrilla.
El modelo menemista ganó nuevamente en 1995.
Podemos decir que la batalla cultural se perdió y aún hoy, sufrimos sus consecuencias.
Un día como hoy, Raúl Alfonsín dejaba la Presidencia. A pesar del dolor, no abandonamos nuestros sueños. Los vamos a concretar!!
Hugo Turrini

miércoles, 7 de julio de 2010

"UCR.Su historia, su doctrina, sus nombres"


Quiero agradecer al autor de este libro la distinción que me ha hecho al pedirme que participe en esta mesa redonda para hacer la presentación pública de la obra. Este es un acto de todos los radicales, porque los radicales tenemos una sola historia y una sola doctrina. Me alegra también que este acto cultural se realice en la sede partidaria ya que es un acto de la cultura radical.


Diego Barovero es un historiador que basa sus trabajos en la investigación. En tal sentido sigue la escuela de Félix Luna y se diferencia de quienes adornan sus escritos con invenciones personales, propias del género de las novelas pero no de la historia.

Los radicales no somos recién llegados al escenario de la política. Tenemos casi 120 años de existencia y en política, tener historia y más cuando esta se basa en la ética y en los principios, es asumir compromisos y obligaciones que nos iluminan el camino del presente hacia el futuro.

Barovero ha sintetizado en siete puntos los principios doctrinarios del radicalismo y el análisis de los mismos muestra la vigencia que tienen tales principios en la Argentina de hoy. Veamos:


Federalismo. Hoy como siempre la lucha por el federalismo es un objetivo de la UCR. En el gobierno de Alfonsín las provincias recibían entre 50,3 y el 53 por ciento de los recursos coparticipables y lo hacía por intermedio del Banco de la Nación sin obligar a los gobernadores a doblegarse ante el poder central.


Cumplimiento de la Constitución Nacional. Este punto merece una reflexión especial


Fue el radicalismo el que condujo el país a la democracia con Raúl Alfonsín, quien ante los intentos de golpe de Estado y los paros generales desestabilizadores dedicó todos sus esfuerzos a salvar el sistema para que las nuevas generaciones pudieran gozar del sistema y vivir en libertad.

Hoy, una vez más somos los radicales, los guardianes de la democracia para salvaguardarla también para los jóvenes actuales y los que vendrán en el futuro.

No nos conformamos con una democracia formal, sin contenido, deteriorada, hecha jirones. El sistema no es solo celebrar elecciones cada dos años. Queremos y exigimos la democracia total. Esta es seguramente, la más grande bandera que enarbola el radicalismo en el momento actual: Reconquistar el sistema democrático, en toda su integridad, para que rija en todo el territorio de la República, en forma permanente y para que lo puedan gozar todos los argentinos.


Libertad de sufragio. Esta lucha ha sido esencial en la historia radical desde sus comienzos. Gracias a ella Yrigoyen logró la ley que no lleva su nombre, pero que fue la culminación de un combate permanente y que justificó sus revoluciones de 1893 y 1905. Solo la libertad del sufragio da legitimidad inicial a los .mandatos. Yrigoyen no trepidó en intervenir provincias cuando sus gobernantes provenían del fraude electoral. No aceptamos tampoco la manipulación del voto a través de la aniquilación de la libertad de expresión. Pero lo peor fueron las dictaduras militares que impedían a los ciudadanos votar. Todavía resuena en nuestros oídos aquella frase: “las urnas están bien guardadas”. Nuestra historia nos ha mostrado siempre en lucha contra quienes negaron o manipularon los votos.


Antiacuerdismo electoral. Es el símbolo de nuestra intransigencia con los principios que sostiene el radicalismo. La UCR nació para romper el acuerdo Mitre-Roca que tendía a conservar el poder en las minorías e impedían el acceso al mismo de quienes no integraban las élites gobernantes.


Americanismo y neutralidad. Yrigoyen mantuvo a la Argentina neutral en la 1ª Guerra Mundial y concluida esta sostuvo en la reunión inicial de la Sociedad de las Naciones principios como la igualdad jurídica de los Estados Soberanos, la no intervención, la libre determinación y el derecho a la paz como el estado natural de los pueblos. Para preservar la paz propuso la creación de una Corte permanente de Justicia Internacional. Llevó adelante una política americanista y en el intercambio de saludos con el presidente Herber Clark Hoover, que visitó nuestro país en 1928, le señaló que “los hombres deben ser sagrados para los hombres y los pueblos para los pueblos”. Estos sólidos principios yrigoyeneanos han marcado el rumbo de la política exterior de todos los gobernantes del radicalismo. Como ejemplo baste recordar cuando Arturo Illia se negó a mandar tropas a Santo Domingo, país ocupado por los Estados Unidos.
En este punto hay que agregar su oposición al colonialismo y la defensa inquebrantable de nuestra soberanía en los archipiélagos australes: Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur. Fue el gobierno de Illia, siendo canciller Miguel Angel Zavala Ortiz quien logró internacionalizar el problema al aprobarse la resolución 2065.


Defensa del patrimonio nacional. He dejado para el final este punto desarrollado por Diego Barovero en otro orden para hacer especial hincapié en la importancia actual que debe tener en nuestro programa, especialmente del patrimonio hidrocarburíferas.

Los radicales nos podemos sentir orgullosos de nuestra doctrina. Uno de nuestros principios que ha sido seguido con coherencia a través de toda nuestra historia ha sido la defensa de nuestro patrimonio energético.

Fue Yrigoyen quien creó YPF. Fue Alvear quien nombró a Enrique Mosconi y quien envió al Congreso el proyecto de nacionalización del petróleo. Fue Yrigoyen quien ratificó a Mosconi, obtuvo la media sanción del proyecto y bregó para su conversión en ley. Fue la causa de su caída. Fue Illia quien anuló los contratos petroleros ilegales y leoninos que había aprobado el gobierno anterior. Fue Alfonsín quien aprobó el plan Houston-Comodoro Rivadavia e hizo de YPF una empresa eficiente y rentable.

Con humildad pero con altivez exhibimos esta historia frente a quienes firmaron el convenio con la California, Vendieron, o mejor dicho rifaron, a YPF, descuartizaron a Gas del Estado, hoy no tenemos ni el petróleo ni el gas que necesitamos y nos están conduciendo hacia el desastre energético y a la desaparición de las reservas.

Han entregado nuestros yacimientos a empresas extranjeras o a nacionales amigas del poder, sin licitación, con una ridícula regalía, por varias décadas y lo han hecho diez años antes de que terminasen sus concesiones.

Todo esto va a ser revisado y rectificado por el Plan Energético de la UCR para asegurar nuestro abastecimiento y el desarrollo agropecuario e industrial y avanzar en las energías alternativas. El Estado jugará un rol importante en su implementación y tendremos una empresa nacional que seguirá la trayectoria de la antigua YPF.

Tiene razón Diego Barovero al culminar su estudio doctrinario al señalar que:

“es menester difundir y promover el conocimiento de la doctrina del partido de modo de brindar sustento ideológico a la acción política cotidiana”.

Después de leer su libro le pedimos a Barovero que siga investigando y escribiendo sobre nuestra historia porque al hacerlo prestará un gran servicio a los valores que sostiene la UCR.


Hipólito Solari Yrigoyen, presidente de la Convención Nacional de la UCR, en la presentación del libro de Diego Barovero

viernes, 2 de julio de 2010

"VIVA HIPÓLITO YRIGOYEN"!!!!



Con el fondo del tango "Hipólito Yrigoyen" (letra y música: Enrique P. Maroni) en la voz de Livia Comerci (grabación en vivo del "Recital Yrigoyeneano" de tangos y milongas en el Salón Azul del Senado de la Nación,3 de julio de 2008, patrocinado por el Instituto Yrigoyeneano) y con el piano a cargo del Maestro Mario Valdez ( historiador,miembro de dicho Instituto y artífice del evento), pueden apreciarse imágenes de la vida del caudillo y momentos de la reposición de la placa en el solar donde se encontraba su vivienda (calle Brasil), en octubre de 2009 (fotografías del Movimiento Alternativa y Cambio).
Hoy lo hago público con motivo del 77º aniversario del fallecimiento del gran Presidente argentino y radical.
VIVA HIPÓLITO YRIGOYEN!!!!!

Hugo Turrini
Movimiento de Reflexión
Histórica y Doctrinaria
ANTORCHA RADICAL

jueves, 1 de julio de 2010

HONOR Y GRATITUD..... O LA ETERNA INTERNA


Fotografía: Claudia Guebel


"Los pueblos que olvidan sus tradiciones pierden la conciencia de su destino. Y los que se inclinan sobre sus tumbas gloriosas, son los que mejor edifican su porvenir..." No lo dijo un radical, no por ello menos progresista para su época,sino que lo afirmó Nicolás Avellaneda.
Hoy nos inclinamos ante esas tumbas gloriosas. Hemos cumplido. Reivindicamos a Leandro Alem a 114 años de su lamentable partida. También a Hipólito Yrigoyen, cuyo aniversario será el sábado. En el Panteón de los Caídos en la Revolución del 90 se encuentran los restos de estos dos próceres fundadores. También los de Elpidio González, el Presidente Arturo Illia, el Gral Pomar. Las cenizas de Francisco Beiró, compañero de fórmula de Yrigoyen, también ocupan ese lugar desde hace poco. Con justicia.
La Dirección del Cementerio, los Amigos del Cementerio de Recoleta (auténtico museo histórico y de arte, al aire libre) en conjunto y a través de las gestiones realizadas por el Instituto Nacional Yrigoyeneano (presidido por Víctor Hipólito Martínez y Diego Barovero), llevaron adelante la tarea de la restauración y puesta en valor de ese panteón que, más allá de sus ocupantes y del hondo sentimiento que arranca su simbología, constituye una belleza arquitectónica nutrida por obras de arte cuya majestuosidad fue realzada a partir de este trabajo.
Fue un acto sencillo y austero, como indicara Barovero: "como lo eran estos hombres que aquí descansan". Luego de breves palabras de cada uno de los representantes de las tres instituciones citadas, cerró el recordatorio: Julio César Cleto Cobos, vicepresidente de la Nación. Afirmó en su alocución: "Hoy se conmemora un nuevo aniversario del fallecimiento del padre fundador de la Unión Cívica Radical y líder de la gesta revolucionaria: Don Leandro Alem". Agregó: "Aquellos revolucionarios del 90 sellaron con su sangre la lucha por los principios y valores que fueron y son aún, columna vertebral del radicalismo: honestidad, humildad, federalismo y preocupación por el bien común. Acciones revolucionarias que no buscaban la conquista del poder, sino un nuevo orden moral; basado en el respeto irrestricto a las leyes, en el cumplimiento pleno de la Constitución Nacional y en la práctica efectiva del principio republicano de la división de poderes, el federalismo y el respeto irrestricto a las autonomías provinciales y a las instituciones democráticas".
Cobos recordó el motivo de la presencia radical en ese lugar:" Y es por eso que hoy estamos acá, pero no sólo venimos a rendir tributo, también venimos a renovar nuestro compromiso con la causa, a estar a la altura de los desafíos".
Luego, haría declaraciones a los medios (su adhesión al proyecto de la efectivización del 82% móvil a los jubilados, que levantó revuelo inmediato en el kirchnerismo!!).
Lo que lamento es la pobre cantidad de asistentes (que no sobrepasaban los cincuenta). Es verdad que es difícil asistir a un acto un día de semana momentos antes del mediodía. Muchos reacomodamos nuestro horario y suspendimos o delegamos actividades laborales para poder estar.
Si no entendí mal, la ofrenda floral que se colocó fue un gesto de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, no habiendo ni coronas, ni presencia física de miembros destacados del Comité Nacional (salvo alguna excepción) o del Comité Provincia.
Por supuesto se encontraba el Presidente de la Convención Nacional: Dr. Hipólito Solari Yrigoyen, sobrino nieto de Hipólito Yrigoyen y sobrino bisnieto de Leandro Alem, los dos homenajeados. Hubiese sido interesante escucharlo como descendiente y como radical de pura cepa. No estaba en la lista de oradores.
Nahuel Ibazeta, Presidente Nacional de la Juventud Radical;el Diputado m/c Rafael Pascual; el ex Ministro de Salud Héctor Lombardo; el Presidente de la UCR Capital Dr. Carlos Mas Vélez; Walter Ceballos del Comité Nacional, fueron algunos de los más destacados participantes. No he visto legisladores (me alegro que estén ocupados resolviendo los problemas de la gente), ni otros dirigentes destacados o ex-funcionarios, etc.
No faltó un puñado de militantes que nos conocemos de todos los actos. Doy fe de la fidelidad de cada uno de ellos (pidiendo permiso para salir antes del trabajo; robando horas al sueño porque trabajan de noche; asistiendo con el maletín con carpetas porque hicieron un alto en tribunales,etc.).
Para mí es una fecha emblemática y, además, la reinauguración lo amerita, que no puede pasar desapercibida entre los radicales, menos para las autoridades partidarias. Eso va más allá de quien organiza, quien es orador.
Existe en muchos (algunos me lo han confesado)un estigma internista: "si habla Ricardo Alfonsín, no voy...es un acto del ricardismo" o "si Cobos es orador, no seré de la partida...es un festival cobista..."
Hay eventos y personajes históricos que superan a los organizadores y oradores, que deben aglutinar a todos los radicales porque hacen a la esencia misma del Radicalismo. Las circunstancias y los homenajeados de hoy, lo son.
Podremos madurar en estos conceptos??? Nuestros héroes merecen este trato??
Claro, Alem o Yrigoyen ya no podrán ser candidatos. Es más, no votan.
Ahora podremos subsanar esta omisión el 26 de julio, salvo que estemos gozando de nuestras vacaciones invernales....

Hugo Turrini