domingo, 29 de marzo de 2009

HIPÓLITO YRIGOYEN: "MI VIDA Y MI DOCTRINA"


En 1922 Don Hipólito Yrigoyen entregó la banda presidencial a su sucesor, también radical, Dr. Marcelo Torcuato de Alvear. El año siguiente, con mayores posibilidades de quietud y reflexión, escribió sobre su vida, sus ideales, su lucha. Un Yrigoyen auténtico en el que es necesario bucear para comprenderlo, tras lo cual no habrá más remedio que seguirlo.

Con mucha alegría he encontrado este libro en internet. Por eso quiero compartirlo con amigos, con correligionarios y amantes de la historia en general. "Mi vida y mi doctrina" es una fuente muchas veces olvidada, pero ofrece la auténtica y personal visión del primer presidente elegido por el voto popular. Recién fue publicado en 1957, veinticuatro años luego de su fallecimiento.

En el link que les dejo abajo podrán leerlo y descargarlo gratuitamente. Les mando un fuerte abrazo!

Hugo Turrini


miércoles, 25 de marzo de 2009

MEMORIA COMPLETA PARA CRECER


Recordamos una fecha terrible de nuestro calendario: el 24 de marzo. Aquellos días de marzo de 1976 se instauraba el “proceso militar” luego del golpe de Estado. Esta nueva , y para siempre última, dictadura cívico-militar cometió las más graves violaciones a los derechos humanos. Ya teníamos una larga historia de violencia encarnada en : guerras civiles, persecuciones, proscripciones, golpes, fraudes, censura, bombardeos sobre Plaza de Mayo, fusilamientos, etc.
Hacia fines de la década del `60 irrumpieron las organizaciones guerrilleras entre las que, lamentablemente, se destacarían el ERP y MONTONEROS. Estos grupos estaban integrados por muchos jóvenes que decía luchar por un mundo mejor y cometían actos “en nombre del pueblo”, poniendo bombas y asesinando a niños, mujeres y hombres inocentes, curiosamente, del pueblo. La locura terrorista se extendió y profundizó tras la muerte de Perón. También apareció la Triple A, dirigida por el Ministro López Rega, que también introdujo su cuota de muerte y sangre derramada.
El 24 de marzo se instauró la dictadura o el “proceso”. Cuando en 1983 Raúl Alfonsín se transformó en el primer presidente votado por el pueblo, en la restauración democrática definitiva del país, decidió la derogación de la ley de autoamnistía firmada por los dictadores antes de abandonar el poder.El Presidente Alfonsín creo la CONADEP (Comisión Nacional para la Desaparición de Personas) que, encabezada por el célebre escritor Ernesto Sábato, investigó los horrores cometidos por Videla y sus secuaces, volcando sus conclusiones en el libro: “Nunca más”, dando cuenta de secuestros, centros clandestinos de detención, torturas y desapariciones forzadas de al menos nueve mil personas.La Justicia de la Democracia condenó a los principales responsables de las Juntas Militares. También hizo lo propio con los otros hacedores de la violencia de los setenta: condenó a los principales cabecillas terroristas y extraditó a López Rega, que moriría en la cárcel. Lógicamente estos temas tuvieron avances y retrocesos, que culminarían con los indultos menemistas, pero son un símbolo de un Estado Democrático soberano que juzga y condena a través de su Justicia los delitos contra los Derechos Humanos.Es importante reflexionar en esa jornada especial de la “Memoria”.

La memoria es un baúl de nuestra mente donde guardamos recuerdos hermosos, tristes, alegrías, muertes. No sirve revisarlo para “volver a vivir” lo que nos dañó y volver a recrudecer odios, rencores y revanchismos. Sirve para revisarlo y actuar de otro modo. Priorizando , en este caso, el diálogo y la convivencia democrática en lugar del derramamiento de sangre o la persecución de los que piensan distinto.Asegurar los derechos humanos para atrás es importante. Pero también es fundamental ocuparnos de los derechos humanos en la actualidad y para el futuro. Falta mucho por hacer, a pesar de lo avanzado desde aquellas jornadas dolorosas. Aún no se respetan los derechos humanos cuando niños mueren por desnutrición o por enfermedades totalmente curables. No se respetan los derechos humanos cuando el paco o distintas drogas invaden las familias. No se respetan los derechos humanos cuando los niños son abortados sin ver la luz. No se respetan los derechos humanos cuando el padre de familia no puede llevar el pan a su mesa, cuando no puede acceder a un trabajo, a un salario o a una vivienda digna. No se respetan los derechos humanos cuando hay exclusión social y falta de educación. No se respetan los derechos humanos cuando cualquier loco “al volante” atropella y mata impunemente. No se respetan los derechos humanos cuando cualquier delincuente jala del gatillo en medio de una grave ola de inseguridad.... y la lista sigue.

Que esa bendita memoria nos sirva para sacar lo positivo y profundizar los valores democráticos. Para recordar como se violaron y como no deben volver a violarse los derechos humanos básicos, trabajando por asegurar la mayor cantidad de derechos humanos hacia el futuro.

Que sea utilizada con inteligencia para unir fraternalmente nuestras manos y alzar en alto la Celeste y Blanca y, juntos, poder construir en Paz, una Argentina grande y para todos.

Hugo Turrini

UN HUMILDE HOMENAJE A UN ESTADISTA EJEMPLAR Y A UN DEMOCRATA -MARCELO T de ALVEAR


Un 23 de marzo, pero del año 1943 nos dejaba Marcelo Torcuato de Alvear .

Dice FELIX LUNA "El gobierno de Alvear, en la memoria de los argentinos, se mantiene como uno de los períodos políticos más felices de la historia nacional. Democracia consolidada, reivindicaciones sociales y prosperidad económica fueron características de la gestión de un hombre que hizo de la legalidad y la ética política directamente un estilo de vida” -.

Estadista ejemplar, pese a sus orígenes patricios, abrazo desde joven en las jornadas del Parque y hasta su último suspiro la causa que lideraba Leandro Alem.

Fue un tenaz defensor de los valores de la democracia frente a los totalitarismos que la amenazaban durante los aciagos años 30 y 40.

Conoció el exilio, la detención arbitraria, casi con setenta años llevo a cabo una campaña presidencial titánica contra el fraude a lo largo del pais, fue dilapidando en estas luchas y amargos trances toda su fortuna, a tal punto que su gran amor Regina PACCINI debio ser socorrida económicamente luego de la desaparición de su marido.

Dr Gustavo Aramburu

miércoles, 18 de marzo de 2009

EMIR MERCADER-UNA VIDA RADICAL


Un 19 de marzo de 1964, nos dejaba EMIR MERCADER. Prestigioso dirigente radical, excelente medico, amante del turf como de la literatura. RADICAL de veras, es digno reivindicar su figura, ya que a lo largo de su vida sufrió avatares por sostener su fe radical

A semanas del golpe septembrino fue orador en el acto del Teatro Real de Rosario, conoció la tortura de mano de los esbirros de Polito Lugones.Conoció en la década del 30 el frío y la soledad del presidio de Ushuaia al igual que Ricardo Rojas, Honorio Pueyrredón, Adolfo Güemes, Enrique M. Mosca Pedro Bidegain, Víctor Juan Guillot, Mario Guido, Alvarez de Toledo y José Pecco.

Mercader dejó grandes recuerdos entre los pobladores ya que atendía como médico a los mismos sin cobrarle.El oficialismo peronista de la década del 40/50 lo encontró integrando un elenco histórico de parlamentarios.

Emir Mercader era un orador de los que ya no quedan; recurría con frecuencia a las metáforas y empleaba un lenguaje poético . Cuentan que con Ricardo Balbín en la campaña del 38 apostaban quien hacía lagrimear a Don MARCELO.

Mi humilde homenaje en èl, a muchos radicales, que brindaron todo por una causa, que jamás se sirvieron de ella, que no supieron de agachadas,saltimbanquismo o apostasías.

Solo abrevando en lo mejor de nuestra historia y nuestra mística, el radicalismo lograra cumplir el mandato de consumar la verdadera revolución nacional y democrática que esta patria requiere.

Gustavo Aramburu

NOTA DE RAÚL ALFONSÍN POR LOS VEINTICINCO AÑOS DE DEMOCRACIA


Los argentinos llegamos a los primeros 25 años de vida en democracia: nunca antes atravesamos un período de imperio de la libertad, paz e institucionalidad tan extenso y, por ello, nunca antes habíamos tenido ocasión de aprehender con tanta intensidad los valores intrínsecos del orden democrático.

Sin lugar a dudas, en 1983 sentamos las bases de ese aprendizaje, iniciando la transición hacia la democracia. Cuando decíamos que “con la democracia se come, se cura y se educa”, estábamos diciéndole al país que mientras no se garantizaran los derechos sociales básicos –como el acceso al alimento, la salud y la educación–, la democracia que comenzábamos a construir hace 25 años no sería completa.

Ése es nuestro horizonte: avanzar del estado que Robert Dahl denomina “poliarquía” hacia mayores grados de libertad e igualdad, lo que llamamos “Estado legítimo”.

En este camino de transición hacia la democracia, estos 25 años han marcado avances y retrocesos, con momentos de esperanza y otros de zozobra. Sin embargo, en ese lapso el pueblo rechazó las aventuras alocadas de los que nos ofrecían volver al pasado de violencia y autoritarismo.

El dolor de lo vivido nos hizo aprender ferozmente la diferencia entre la vida y la muerte, y felizmente, para las próximas generaciones, la diferencia entre la democracia y la dictadura. Parece poco, pero nos costó más de 50 años de alternancia cívico-militar entender que el pueblo, y sólo el pueblo, es capaz de decidir su destino y que, como sosteníamos en 1983, las grandes mayorías no tienen derecho a permanecer en silencio.

Nos tocó encarar la reconstrucción del edificio republicano, dañado por las constantes y repetidas apariciones en escena del “partido militar”, restañar las heridas de un pueblo golpeado por la tragedia y la violencia, recrear el sentido de la justicia y la memoria, recuperar la vocación del consenso pisoteada por la costumbre de la patota, reinstaurarnos en un mundo dividido y tensionado por la guerra fría, tender una mano solidaria y reparadora hacia los cada vez más argentinos expulsados por el neoconservadurismo importado en los tristes años que precedieron nuestra gestión, en la convicción de que –como sostuvimos ante las Naciones Unidas– no hay paz sin pan, como tampoco hay pan sin paz.

Encaramos , los argentinos todos, la ciclópea tarea de reinventar una cultura democrática en la Argentina. Con esas premisas, desarrollamos el gobierno de la transición. Pusimos en marcha diversas iniciativas en todos los campos para empezar a poner en movimiento esos objetivos fundantes, algunas implementadas en su totalidad, otras de forma parcial y algunas truncadas por una oposición que creyó que así debilitaba a un partido y terminó debilitando a la transición: la primera ley de la democracia –la 23.040– derogó la autoamnistía militar que respaldaba el actual oficialismo; creamos la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas y en una decisión inédita en la humanidad, nuestra Justiciajuzgó y condenó a las cúpulas militares, según las responsabilidades diferenciales que habíamos planteado en nuestra campaña; impulsamos el crédito hipotecario como nunca antes; otorgamos el Plan Alimentario Nacional a 1.500.000 familias, que no sólo recibieron alimento sino que pudieron acceder a servicios básicos a través de programas como el ProAgua; llevamos adelante programas educativos de reconocimiento internacional como el Plan Nacional de Alfabetización y el Programa ABC; desarrollamos la producción científica y la investigación; construimos hospitales y propusimos un seguro de salud para todos los argentinos rechazado por la oposición; democratizamos las universidades; impulsamos la producción y el asociativismo (más de 8.000 nuevas cooperativas se crearon en nuestro gobierno); convocamos a todas las fuerzas políticas al Consejo para la Consolidación de la Democracia; pusimos definitivo punto a la visión de nuestros vecinos americanos como enemigos; suscribimos la paz con Chile, refrendada por la mayoría del pueblo y creamos lo que hoy es el Mercosur junto al presidente Sarney, de Brasil; dirigimos nuestra política exterior hacia la amistad con todos los pueblos, el respeto hacia su autodeterminación y la cooperación Sur-Sur… Nos tocó gobernar en uno de los peores contextos internacionales, con una sociedad que estaba despertando de las peores pesadillas y con un aparato corporativo que se resistía a la idea de que el poder reside en el pueblo, oposición y sindicatos que actuaron en forma de ariete para recuperar el poder. También, y sería deshonesto negarlo, con nuestras propias flaquezas y debilidades. Sin embargo, gobernamos la transición con honradez y con sentido nacional, en paz y libertad y con el claro rumbo de la democracia social hacia un Estado legítimo.

En 1989, cuando debimos entregar el gobierno de forma anticipada, existía un recalentamiento de la situación política artificialmente producido.

Visto ahora, desde la distancia que nos otorga el tiempo, confirmamos lo que creíamos en aquel entonces: con un siete por ciento de desocupación, con libertades individuales plenamente garantizadas, con una infatigable voluntad de diálogo hacia todos los partidos de la oposición y con la firme decisión de entregar el gobierno a mi sucesor con el mayor espíritu de colaboración, en esas condiciones se produjo un estallido que no dejó otro camino que acelerar el traspaso del poder.

Asaltos a supermercados, paros parciales cotidianos, huelgas generales, violencia callejera, pedidos del justicialismo para que yo renunciara y discursos que originaban corridas bancarias fueron el detonante. El hambre y la desocupación eran los principales argumentos. Pocos años después, la administración que me sucedió llevó la desocupación al veinte por ciento, cerraron cientos de fábricas, la marginalidad se extendió como una epidemia social, más de la mitad de la población quedó por debajo de la línea de pobreza y se instaló una grave corrupción. Todo eso sin que se produjera estallido alguno.

En este contexto, 25 años después estamos conformes con lo hecho. Seguimos caminando hacia una democracia plena con los mismos valores que enunciamos y practicamos, satisfechos de saber –como sostiene Santiago Kovadloff– que el logro radical no fue que la transición se haya dado en los términos anhelados sino, llanamente, en que se haya dado. Conscientes de las enormes deudas que aún tenemos, pero orgullosos de haber puesto la piedra basal de la democracia para siempre en la Argentina.

RAÚL ALFONSÍN


FUENTE: DIARIO CRÍTICA DE LA ARGENTINA. 30/10/2008

sábado, 14 de marzo de 2009

VIDEO HOMENAJE A RAÚL ALFONSÍN

Con este humilde video casero quiero homenajear al "Padre de la Democracia", Don Raúl Alfonsín, y agradecerle todo su esfuerzo por Argentina y por la Unión Cívica Radical.

La música de fondo es un tema conocido por todos ustedes y está tomado de una grabación en vivo, interpretada por mí.

Gracias a Raúl Alfonsín y a tantos luchadores desconocidos, podemos "soñar" con una Argentina grande, con justicia, con equidad y en Democracia. Dios los bendiga.

Hugo Turrini

viernes, 13 de marzo de 2009

ENTREVISTA A RAÚL ALFONSÍN


RAÚL ALFONSÍN: "NO HABRÁ NADA DE QUE ACUSARME"

FUENTE: LA NACIÓN, 26 de octubre de 2003


Cuando recibió la banda presidencial, ¿qué sintió al verse como protagonista del regreso a la democracia?
-Fue una gran emoción. Alguien me preguntó en aquel momento si yo estaba alegre. Y no, no era alegría exactamente, sino un sentimiento de gran responsabilidad. Una enorme responsabilidad. Recuerdo, sí, que estaba muy emocionado.
-¿Y cómo se llegó a aquel momento?
-Yo venía dando vueltas por el país hacía dos años. Recuerdo que en aquellos días, cuando aseguraba que iba a ganar las elecciones, un periodista me dijo si no tenía miedo de pasar un papelón diciendo que le iba a ganar a los peronistas. Empecé la campaña en el Sur y llegué hasta el Norte haciendo actos. Y tuve en Oberá, Misiones, la certeza de que ganaría, cuando me encontré con una muchedumbre impresionante.
-¿Cómo fue la negociación política hasta llegar a su victoria?
-Nosotros fuimos la única transición, en la Argentina, que no habló con los dictadores para llegar al gobierno. Tancredo Neves lo tuvo que hacer en Brasil, en Uruguay lo mismo, en Chile tuvieron que aceptar una constitución espantosa y que estuviera Pinochet al frente de las fuerzas armadas. Pero yo no los critico, porque fue así como se recuperó la democracia. Hay que ser más justos con los que están encargados de esa tarea tremenda. La gente pide todo de entrada.
-¿Pero cómo fueron las negociaciones con los militares después de siete años de dictadura?
-Bueno, no tuve negociaciones con ellos, simplemente porque ellos no creían que yo pudiera ganar. Pero yo había señalado lo de las tres responsabilidades: los que dieron las órdenes, los que se excedieron en el cumplimiento y los que las cumplieron. Esa fue mi posición pública durante toda la campaña.
-Después de un siglo de alternancia entre democracia y autoritarismo, ¿no temió que su gobierno pudiera ser apenas un paréntesis en esa rutina?
-No. Yo sabía que, como tenía que enfocar muchos problemas, no iba a poder seguir la tesis de Juan Lins, un español profesor de la Universidad de Yale que dice que quien está al frente de una transición debe ocuparse apenas de eso y de nada más. Tenía que ocuparme de muchos problemas, porque de lo contrario la sociedad iba a considerar, y yo también, que no se podía edificar una democracia sobre la ausencia de ética. Entonces, tener que enfrentar todos los problemas de los derechos humanos, como había prometido en la campaña, era ya un problema serio. Además tuve problemas con la Iglesia, por la ley de divorcio. Aunque no fueron exagerados, salvo en el caso de (monseñor Emilio) Ognéñovich.
-¿Qué otras dificultades recuerda de esos primeros pasos de la democracia?
- Bueno, recuerdo a la Confederación General de los Trabajadores (CGT), que actuaba como ariete del Partido Justicialista. Sin embargo, nunca perdí el diálogo con ellos, a pesar de la cantidad de huelgas generales que me hacían. Fueron muchos los momentos en que hubo problemas de aguda tensión, desde luego. Cuando envié, contra mi gusto, la ley de obediencia debida, fue un momento duro para mí. Pero estoy muy orgulloso de toda la política de derechos humanos que se realizó en esos comienzos, porque no se ha realizado en ningún país de la Tierra. La ley de obediencia debida fue necesaria para no poner en gravísimo riesgo las instituciones de la Nación.
-¿Y los episodios violentos que marcaron aquellos primeros años?
- Sí, los motines. El de (Aldo) Rico primero en Campo de Mayo, luego en Monte Caseros. Después Seineldín en Villa Martelli, con otras características. Y por último los muchachos de La Tablada.
-¿Usted llegó a una conclusión final sobre las motivaciones de la toma de La Tablada?
- No, no. Todavía no tengo una idea conclusiva. Son análisis que se van haciendo. El Movimiento Todos por la Patria era casi un partido político, con propósitos democráticos. Luego fue tomado por sectores violentos, que resolvieron realizar un acto como ése. Muchos fueron llevados ingenuamente. Incluso recuerdo los casos de algunos que dejaron a sus hijos en casas de amigos, diciendo "cuidámelo unas horas". Fue algo muy desgraciado. Lo sentí muchísimo.
-Tampoco en el campo económico los primeros años de la democracia fueron tranquilos...
- No, claro, el problema de la hiperinflación fue grave. Los años 80 fueron gravísimos para toda América latina, debido a los intereses de los Estados Unidos para cobrar los créditos tomados por los gobiernos militares. Por otro lado, no solamente se fugaban los capitales que habían venido, sino también los nuestros. Recuerdo los feriados bancarios que tuve que decretar varias veces. Luego de las elecciones provinciales del 87 tuve problemas muy serios, con más de 300 episodios de violencia y tomas de supermercados en todo el país. Hoy veo que todo fue muy programado por sectores de derecha y carapintadas que levantaban unidades básicas. La izquierda entró en los episodios, pero cuando vio de qué se trataba, se retiró. Recuerdo a (el vicegobernador de Santa Fe, Antonio) Vanrell, que había militarizado el peronismo de la zona de Rosario, al punto que sé que hasta el propio Carlos Menem se indignó. Aquello fue tremendo, el sector oeste del Gran Buenos Aires era un caos. En ese momento percibí que comenzaba a peligrar la democracia. Todos me pedían la entrega del poder. Por eso hoy me fastidia tanto cuando dicen que me escapé del poder.
-¿Cómo recuerda aquel momento?
- Me acuerdo de que el propio presidente Menem dijo que el pueblo se podía cansar y que era necesario un gesto mío. La CGT también reclamaba la entrega del poder, y todos los partidos que componían el Frejupo me pedían que renunciara. Intenté llegar a un acuerdo para manejar la economía en común, que ya estaba sin manejo. Ya nadie creía ni adentro ni afuera en la gobernabilidad de mi gestión. Se podían poner las cosas de tal forma que las instituciones corrieran peligro, entonces decidí entregar el gobierno con anticipación.
-¿Fue una herida para la democracia aquel momento?
- Fue una lastimadura pequeña, porque fueron apenas cinco meses antes.
- ¿El Plan Austral es un recuerdo con sabor amargo?
-No, muy bueno. Lástima que al mes de lanzarlo ya me hicieron una huelga general pidiendo aumento de sueldos de inmediato, y se tomaban actitudes para hacerlo fracasar.
-¿Cómo fueron, en aquellos primeros pasos de la democracia, las relaciones entre el gobierno y el poder económico?
-Yo he tenido buenas y malas relaciones con empresarios. Había algunos que estaban en conversaciones permanentes con los carapintadas, como Menem. Lo que hizo Domingo Cavallo fue espantoso, porque atemorizó a nuestros acreedores en torno al pago de la deuda. Después hubo problemas con el Fondo Monetario Internacional, que hizo una declaración horrible. El Banco Mundial, que había otorgado un crédito, emitió una declaración pública, algo que no estila hacer, sosteniendo que no desembolsaría el crédito. Se nos habían cortado todos los caminos. Pero con todas las idas y venidas, todavía estamos en democracia.
-Aquella frase que algunas veces se escuchaba, "con los militares estábamos mejor", ¿le hacía temer que el espíritu autoritario se hubiera instalado en la idiosincracia argentina?
- No, eso lo escuché más en la última etapa de Menem. En mi época no, porque había poca desocupación, un siete por ciento. La gente recibía el Plan Alimentario Nacional (PAN), que alimentaba a 5 millones de personas. Y además se ocupaba de higiene, del agua, de la huerta. Les dábamos útiles escolares a millones de niños. Pero esa frase yo no la escuchaba. Igual creo que mucha gente podía sentirse desilusionada. Yo llegué con un acuerdo implícito, basado en darle tranquilidad a la gente para llevar adelante la democracia, pero eso no significaba que todos iban a estar de acuerdo con las medidas económicas o sociales. Entonces, ni bien empecé a actuar, ese acuerdo se resquebrajó, y ya de entrada perdí mucha fuerza.
-¿Cuál fue, entre los momentos críticos vividos en el inicio de la democracia, el peor de todos?
- El que me golpeó más fue el primer levantamiento de Rico. No lo esperaba. Me golpeó mucho. Después, otro momento fue cuando perdimos las elecciones de 1987, cuando se puso todo muy difícil para gobernar.
-Y cuando hoy ve a Aldo Rico actuando en la política, ¿qué piensa?
- Las plantas crecen, los hombres evolucionan ( ríe ).
-Hoy, más de una década después del final de su gobierno, ¿qué medida o actitud cree que no debería haber tomado en aquella época?
- Es muy difícil responder eso. Como desaciertos, puedo haber tenido uno por día. Tal vez un grave error fue no haberme ido de cualquier forma con la capital a Viedma. Planifiqué demasiado y no supuse que el peronismo iba a cambiar de criterio. Además la prensa en general estaba muy en contra. ¡Pero tendría que haberme ido a Viedma aunque sea con una carpa! En aquel tiempo, con la venta de la embajada de Japón hacíamos todos los edificios públicos. Hubiera sido muy bueno para la Patagonia, a la que quiero mucho, y que ahora tiene su presidente.
-¿Y qué gran acierto destaca en su gestión?
- La política de integración con Brasil, que fue una política de Estado.
-¿Cómo cree que está el espíritu democrático en la región?
- Creo que el espíritu democrático continúa, porque todo el mundo sabe que cuando más perdió el pueblo fue cuando hubo gobiernos militares. Porque no son gobiernos militares, sino cívico-militares, al servicio de quienes no quieren que el Estado planifique, que se meta con el mercado, porque quieren manejar el mercado y planificar ellos a su servicio. La gente, en el fondo, advierte eso.
-¿Y cómo está la democracia en este nuevo período, el del gobierno de Néstor Kirchner?
- Kirchner está acertando en muchos aspectos. Estoy muy conforme con su política para el Mercosur. Nosotros hemos decidido en el radicalismo ayudar en todo lo que sea posible, en la medida en que coincida con nuestras convicciones.
-Entonces no le molesta la revisión que el presidente Kirchner está haciendo de las leyes de obediencia debida y punto final, dictadas por usted.
- No, yo creo que puede hacerlo. Ahora, es una responsabilidad de él sobre la que no quiero opinar en cuanto a la oportunidad.
-¿Cree que, veinte años después de su recuperación, la democracia está consolidada?
- Yo creo que sí. Además el Ejército se ha convertido en un Ejército sanmartiniano. Las Fuerzas Armadas adquirieron un espíritu de defensa de las instituciones. Y por otra parte, aunque hubiera un acto de egoísmo por parte de ellas, ni locas estarían pensando en gobernar en esta situación.
-¿Cómo cree que lo recordará la historia?
- No sé, eso déjelo para que lo conteste la historia. Pero nunca habrá nada de qué acusarme. Estoy con la conciencia tranquila.
-Y usted mismo, ¿cómo se define?
- Como un hombre que tuvo sus convicciones, sus ideales, y que fue leal a ellos. Nada más.
Por Luis Esnal

HISTORIA DE LA MARCHA RADICAL

Queridos amigos y correligionarios:
He notado que en algunos actos partidarios se opta por no cantar la marcha radical. En otros se pasa la versión de los años 80 y, caramba!, suena el disco solo. Muy pocos la entonan. Otros intentan dialogar mientras suena el disco. En muchos lugares la he escuchado en último término, cuando la gente se marcha... Obviamente, nadie la canta.
Creo que la letra es bastante simple y, vaya, muchos no la conocen! Sabemos de otros partidos que cantan su marchita con mucha pasión. Me parece que tenemos motivos para estar orgullosos de nuestra historia y símbolos para cantarla con toda la fuerza de nuestros pulmones y desde lo profundo de nuestro corazón. Dejando en el lugar más privilegiado, por supuesto, al Himno Nacional Argentino. Aquí una breve reseña histórica de nuestra canción partidaria, que extraje de la "Revista de Doctrina Radical" Nº5. Un fuerte abrazo.
Hugo Turrini

Si bien la letra de nuestra marcha radical, es de autor anónimo, y han existido distintas versiones a través del tiempo, la música ha sido tomada de la marcha de los bersaglieri (soldados de un regimiento de cazadores italiano), la que también es el autor no determinado (aunque se le adjudica a Boccalari) y fue traída a esas tierras, a fines del siglo pasado, por los inmigrantes peninsulares, que se incorporaron a las filas de nuestra agrupación.
La inventiva popular le puso letra sugiriendo diferente versiones según la óptica de los autores, así los Alvearistas cantaban:
VIVA HIPÓLITO IRIGOYEN / Y MARCELO T. DE ALVEAR; mientras que los Irigoyenistas no decían: VIVA HIPÓLITO IRIGOYEN / Y EL PARTIDO RADICAL, ya que sostenían una visión movimientista del radicalismo, así cantaban: VIVA HIPÓLITO IRIGOYEN / Y LA CAUSA POPULAR.
Después de los sucesivos golpes de estado, se agregaba la canción: NO QUEREMOS DICTADURA / NI GOBIERNO MILITAR. Actualmente la que se canta siempre como la canción partidaria, es la llamada “MARCHA DEL TRIUNFO”, ya que tiene una estrofa que habla de “UN GRAN TRIUNFO RADICAL”; especialmente adecuada para tiempos electorales.
El último intento de modificación de la letra se produce con Alfonsín ya en la presidencia de la Nación, cambiándose párrafos que luego de entonarse la primer estrofa continúa ESTA MARCHA SE CANTABA / EN LOS VIEJOS COMITES / PERO AHORA LA ENTONAMOS / RENOVANDO NUESTRA FE / POR ALEM POR IRIGOYEN Y EL RECUERDO DE BALBÍN / ADELANTE RADICALES / APOYANDO A ALFONSÍN...
Actualmente en los actos partidarios se venden reproducciones de esta última versión, no habiéndose concretado nuevas grabaciones de la tradicional.
La última grabación fue realizada cuando ejercía la presidencia del comité nacional Ricardo Balbín; en ella se eliminaron los clarines con que comenzaba la misma y se modernizó la forma de ejecución; tecnológicamente la anterior versión fue concretada en discos de “pasta” de los que existen copias en la actualidad; y en su lado “B” tienen la grabación de la zamba “LA RADICALA”.
La última realización tiene en ambas caras la misma marcha del triunfo, la que esperamos sea reeditada ya que se encuentra agotada desde hace años y solamente existen casettes a la venta con la modificación alfonsinista; aunque sin aclarar dicha circunstancia en su portada.
Transcribimos la letra de nuestra Marcha del Triunfo:
ADELANTE RADICALES

ADELANTE SIN CESAR

VIVA HIPÓLITO IRIGOYEN

Y EL PARTIDO RADICAL


SIEMPRE, ADELANTE RADICALES

ADELANTE SIN CESAR

QUE SE ROMPA Y NO SE DOBLE

EL PARTIDO RADICAL


EL TRIUNFO SERA NUESTRO

POR LA PATRIA Y EL HONOR

POR LA LIBERTAD DEL PUEBLO

QUE ESTA EN NUESTRO CORAZON


SIEMPRE ADELANTE RADICALES

ADELANTE SIN CESAR

NUESTRA VIDA LE DAREMOS

AL PARTIDO RADICAL


SIEMPRE ADELANTE RADICALES

ADELANTE SIN CESAR

VIVA HIPÓLITO IRIGOYEN

Y EL PARTIDO RADICAL


LOS PASOS FIRMES RADICALES

ADELANTE HAN DE MARCHAR

PORQUE EL PUEBLO PIDE A GRITOS

UN GRAN TRIUNFO RADICAL.-

miércoles, 11 de marzo de 2009

RAÚL ALFONSÍN: UN LUCHADOR DE OCHENTA Y DOS AÑOS



Era un día lluvioso como hoy. Llegué de dictar mi clase de "Filosofía", me cambié y con mi esposa tomamos el tren en Villa Ballester rumbo a Retiro.
Ingresamos a Radio Nacional un poco retrasados y ya estaba allí. Flanqueado por Nelson Castro y Teté Coustarot. La transmisión salía en vivo. Todos escuchábamos a Raúl Alfonsín. Habló de todo: política nacional, política internacional, economía. Corría abril de 2000, pleno gobierno de la Alianza. Hacía unos meses Don Raúl había tenido un accidente gravísimo en Río Negro, con muchos días de internación. Estaba entero. Hasta bromeó sobre su estado. Nelson Castro le preguntó por su salud y recuerdo su contestación: "Estoy muy bien pero están viendo si las costillas se soldaron derechas, sino por ahí me tienen que abrir el capot..."
Casi todos estábamos de saco y corbata. Sobresalía un señor mayor con ropa de "laburante" y bolsito en mano, que desde su silla opinó sobre la situación internacional a lo que Alfonsín asintió. Cuando terminó el programa don Raúl se acercó a saludar cordialmente a ese hombre humilde, en forma especial: "Que le vaya muy bien señor. Gracias por venir".
Mi esposa me tomó unas fotos cerca del doctor, que en minutos más partía hacia Europa ya que tenía una reunión de la Internacional Socialista de la cual era vicepresidente. Mucha gente lo rodeaba (aunque no llegábamos a cincuenta los que estábamos en ese auditorio). Muchas mujeres mayores lo asediaban y su acompañante lo esperaba para llevarlo al aeropuerto. De pronto, inesperadamente, giró y quedé cara a cara con él. Su mirada me impresionó. Le extendí la mano y atiné a decir: "Que tenga buen viaje doctor", lo cual me agradeció. Entonces le propuse: "Nos sacamos una foto??" Me dí vuelta, pero la "fotógrafa" había desaparecido: mi esposa había ido al fondo de la sala porque había olvidado los paraguas!!! Despedí a Alfonsín que tras saludarme hizo un ademán cortés hacia Nelson y Teté, atrevasando la gruesa puerta del salón auditorio. Ese hombre representa, simboliza, encarna muchas Esperanzas, Sentimientos, Proyectos, Anhelos. Todos con mayúscula. Ese hombre es el Padre de la Democracia.
Nos gustaría tener un gran comité con mesas largas, globos, banderas rojas y blancas, escudos por doquier. Con el homenajeado en una de esas mesas, saludado por cientos de manos y besos. Luego a la hora de los postres, ver que se levanta entre los aplausos para tomar el micrófono y arengar a la tropa. Escribo con dolor, angustia, lágrimas en los ojos. Esta vez no será ese cumpleaños rodeado de militantes y amigos, con la Marcha Radical de fondo.
Dios bendiga a Raúl Alfonsín, el que siempre peleó por la Vida en momentos en que la muerte asolaba la Patria. El que "la sigue peleando", con el mismo coraje. Un beso y un abrazo al más grande!!! Fuerza Raúl!!!
Hugo Turrini

martes, 10 de marzo de 2009

ALEM: "el matorral de su barba blanca"



El 11 de marzo de 1842 nacía Leandro Alem. Ese niño , a los diez años veía a su padre "colgado" tras Caseros. De allí , talvez, esa mirada triste. Ese jovencito fue construyendo a partir del dolor, generado por una larga historia de guerra civil y sangre derramada entre hermanos (incluyendo la de su padre rosista), la Esperanza de una Argentina nueva, con valores republicanos y tolerancia. Ese hombre joven tendría una barba de anciano. Un día escribí: " dos lágrimas rodaron por sus mejillas, para ocultarse en el matorral de su barba blanca...."
Es un ejemplo de cómo a partir del dolor y la muerte, se puede trabajar para construir la Vida y la Paz. Paz con Justicia, claro. No conozco otra posible.
Sus palabras retumbaron en ese viejo "Frontón", lejos de la tecnología aplicada a actos partidarios actuales y poderosos equipos de sonido. Me imagino que sin amplificación esos hombres hablaban con voz potente y gestos sumamente elocuentes. También me imagino un silencio respetuoso y la atención de los oyentes como si fuera una "homilía laica".
Leandro Alem luchó por la Democracia. Afirmó que la UNIÓN CIVICA RADICAL era la "causa de los desposeídos". Soñó con una Argentina grande y para todos. Luchó, a pesar, de sus luchas. Muchas veces se sintió vencido y traicionado, una en forma definitiva.
Hoy volvemos a su eterno postulado: "que se quiebre pero que no se doble"!!!!!!
Nuestra Esperanza: no se doblará, pero tampoco se quebrará. La UNIÓN CÍVICA RADICAL se fortalecerá para construir el bienestar general del que habla la Constitución Nacional, aquella que Leandro soñó como algo práctico y aplicable.
Nosotros seguimos su lucha.
Hugo Turrini

sábado, 7 de marzo de 2009

A LAS MUJERES RADICALES


En un día tan especial, queremos homenajear a todas nuestras "chicas" por todo lo que aportan a esta causa común de construir un partido y , en definitiva, un país, que es el gran desafío.

Para ello, nada mejor que la palabra de nuestra querida Florentina Gómez Miranda y este decálogo. Espero que lo disfruten y les sea de guía. Un beso y una flor!!!

Hugo


DECALOGO DE LA MUJER POLITICA
Las mujeres que aspiran a ocupar cargos con poder de decisióndeberán entre otras, cumplir las siguientes exigencias:
1 - Tener vocación de servicio.
2 - Ser inflexibles en los principios y dúctiles en los procedimientos.
3 - Recordar que el ciudadano, al decir de Burdeau, no es el ciudadano de la Revolución Francesa, sino el "HOMBRE SITUADO", una ser cargado de pasiones, necesidades, amor, resentimientos y demás situaciones que condicionan su conducta dentro de la sociedad.
4 - Dar al partido en el que se milita, generosamente, tiempo trabajo, ideas, energías, renunciando si fuera necesario, a distracciones, comodidades, seguridad y bienestar.
5 - Reemplazar el lenguaje florido y ampuloso, que encanta al oído, por la exposición clara, seria, simple y accesible a la mayoría del medio social.
6 - Estar permanentemente informada y actualizada de los problemas del país, preferentemente los la que atañen al sector "MUJER".
7 - Recordar que el pueblo, al que tanto se invoca, no necesita halagos, sino verdades, porque el halago debilita y la verdad tonifica.
8 - No olvidar que es fácil enunciar objetivos, lo difícil es determinar los medios o manera de alcanzarlos, no basta con "QUERER" lo importante es "COMO LO LOGRAMOS".
9 - Hacer de la fraternidad femenina, no una postura elegante, sino una real conducta humana.
10 - Comprender que la "MUJER" que actúa en política, se coloca en una vidriera expuesta a todos los embates y...no ceder ante ellos.

FLORENTINA GOMEZ MIRANDA

viernes, 6 de marzo de 2009

UN RADICAL DE LA "PRIMERA HORA"



Queridos amigos y correligionarios: Hoy quiero recuperar el recuerdo de un legendario radical. Se trata del Vicealmirante Vicente Montes fallecido en la primera semana de marzo de 1946. Para ello les transcribo una muy buena síntesis biográfica elaborada por el distinguido historiador Enrique Pereira, que se encuentra en el Diccionario Biográfico Nacional de la Unión Cívica Radical.

En estos valores tenemos que mirarnos pero pensando en la construcción del futuro. Evoquémoslo. Un abrazo.

Hugo Turrini

MONTES, Vicealmirante Vicente E. ( 1861-1946)

Este destacado marino fue uno de los principales jefes de la Escuadra de la Revolución de 1890, por lo cual se le entregó la Medalla de Cobre por su actuación.
Fiel a sus ideales, participó intensamente de las Revoluciones radicales de 1893 y 1905.
Hombre acercado a todo lo popular y progresista obtuvo también el título de Profesor Normal, ejerciendo la docencia secundaria. Era un ferviente defensor de la escuela pública y del normalismo sarmientino. Con el paso de los años fue miembro de número de la Academia Americana de Historia.
Fue, en lo naval, un profesional destacado que ascendió a contralmirante en 1915 y a vicealmirante en 1922. Dos años mas tarde se retirá, afiliándose de inmediato a la Unión Cívica Radical, el partido de sus amores, el de Alem, de Yrigoyen, de Alvear,….
Ingresó, para la época, muy mayor a la U.C.R. mas tenía las credenciales de 1890, de 1893, de 1905 y su presencia en el seno del Partido trajo recuerdos de los tiempos heroicos, de las luchas primigenias por la implantación de la democracia, batallas interminables que consumieron décadas de las vidas argentinos, hasta llegar al día señero en que asumiera Hipólto Yrigoyen, el primer presidente llevado al poder constitucional por el voto libre de los ciudadanos.
Diversos cargos partidarios ocupó el almirante Montes, pero en la vida radical tuvo, como bien se señaló un papel muy especial y necesario: “…distinguiéndose por su mesura y su espíritu pacificador.” (1) . Paradojalmente era él, un hombre de armas, uno de los que venía –tal vez por su condición civil de profesor normal- a contribuir a ayudar a aprender una cosa fundamental: el sitio de la lucha no es en el seno del Partido, sino que es el Partido el que, través de todos sus componentes, el que debe librar la pelea para que la democracia funcione cabalmente.El viejo revolucionario no llegó a la UCR a buscar candidaturas: vino a estar entre los suyos, entre los que como él pensaban, por los que había puesto en peligro, reiteradamente, nada menos que su propia vida.
Quizás uno de los mas sinceros homenajes que pudo hacerse al Almirante radical, provino de un órgano que no se caracteriza por su cercanía a la UCR, al iniciar su nota necrológica. “Junto a las muchas condecoraciones que los gobiernos extranjeros le habían otorgado, a justo título, el vicealmirante D. Vicente E. Montes, …conservaba como preciado tesoro la única de origen argentino que estuvo vedada de lucir: la medalla de cobre otorgada por el pueblo de Buenos Aires a los participantes de la Revolución de 1890. Los que vivieron aquellas horas de la ciudadanía unida a hombres de armas, luchando bizarramente….no pueden dejar de recordar al joven marino, teniente de fragata apenas, embarcándose en la “Villarino” para sumir la Jefatura del Estado Mayor de la escuedra sublevada contra el Gobierno que se mantenía ajeno al sentir popular.” (2)
Don Vicente E. Montes había nacido en la localidadad bonaerense de Salto el 7 de mayo de 1861 y falleció en Buenos Aires el 5 de marzo de 1946.
Al acercarse el centenario de su nacimiento, se constituyó una Comisión de Homenaje que fue presidida por el Dr. Carlos J. Rodríguez, su correligionario y ex ministro de Hipólito Yrigoyen.(1) Cfr. “La Nación”, 6 de mayo de 1961.(2) “La Nación”, 6 de marzo de 1946.
La fotografía del correligionario Vicente Montes fue obtenida de algún periódico de la época por lic. Claudia Guebel.

miércoles, 4 de marzo de 2009

LA FLOR DE LA DEMOCRACIA

(ampliar para leer invitación)

Muchas veces alcanza un nombre para imaginar de quien se trata.
Si dijéramos Hipólito, no hay dudas. Si nombráramos : Crisólogo, tampoco.
Hoy voy a pronunciar el nombre de una Flor, de una hermosa Flor de....Bueno, es una dama. Yo no diré su edad, aunque ella sí lo hará y se sentirá orgullosa de haber vivido intensamente. Esa Flor, con justicia, se llama Florentina....Gómez Miranda, claro. Cuál otra habría de ser? La de esa mezcla equilibrada de dulzura y ternura con un carácter firme y una voluntad inquebrantable.
Aquella, que comenzó a militar cuando ni siquiera existía el derecho político para las mujeres. Aquella, que comenzó a militar cuando las diferencias seguían siendo abismales entre ambos sexos. Cuando todavía se imponía la idea de sumisión, sin entender el concepto magnénime de la "complementación perfecta" y la necesidad mutua del hombre y la mujer para construir esa célula básica de la sociedad: la familia. El primer núcleo social. El primer ámbito de la práctica de la Democracia. Eso no implica que en un hogar no deba haber autoridades y reglas claras. Pero es el ámbito primigenio para aprender a amar, a valorar, a respetar, a desarrollar la ética de la solidaridad, a expresarse, a consensuar. Allí el padre y la madre, con habilidades y estructuras psicológicas distintas, serán enriquecidos mutuamente a través de comprender su diversidad. Enriquecerán con su experiencia a sus hijos, a quienes los rodean.
Esa Flor tuvo muchos niños de guardapolvos blancos (los que estableciera Yrigoyen), manos llenas de tiza a lo que luego sumó pilas de códigos y tratados de derecho. Talvez sin pensarlo, ella también sumó leyes a dichos intrumentos, que fueron fundametales para la regulación de la vida en sociedad.
Por su lucha, por su militancia radical pero sobre todo por su militancia "argentina" hoy merece el reconocimiento de todos y todas. Estas palabras son pequeñas para ello, pero sé que alcanzan. Porque el don de la humildad es otra característica de la homenajeada.
Dejo un beso y una flor, para la " FLOR DE LA DEMOCRACIA".
Dr Hugo Turrini