lunes, 14 de diciembre de 2009

SE CUMPLIÓ UNA ETAPA


Leopoldo Moreau y la Diputada Provincial Cecilia Moreau, homenajeando a Raúl Alfonsín en 2008


El 30 de octubre pasado en un documento que titulamos “Un radicalismo unido” sosteníamos que la unidad partidaria era un objetivo estratégico que debíamos alcanzar sí o sí para posicionarnos como la cabeza de una alternativa de poder en el 2011. Pero no sólo reclamamos o teorizamos sobre esa necesidad, sino que nos comprometimos fuertemente para que se pudiera alcanzar ese objetivo. Por eso hoy podemos decir con orgullo y satisfacción que esta reunificación de la Unión Cívica Radical es la culminación de los esfuerzos y sacrificios que iniciamos en el 2003, cuando, contra viento y marea, nos impusimos sostener una candidatura presidencial para dejar el testimonio de un partido que no estaba condenado ni resignado a desaparecer.
Esperamos que el nuevo Comité Nacional, que expresa los equilibrios partidarios de las corrientes más representativas del radicalismo, pueda cumplir con el objetivo que ahora tenemos por delante, que no es otro que transformar a nuestro partido en el buque insignia de un espacio social demócrata moderno, que esté en condiciones de iniciar una nueva etapa para la Argentina.
Esperamos que esta nueva conducción partidaria sea plural, participativa y convocante. Tenemos por delante la necesidad de elaborar propuestas para el ejercicio del gobierno que deben retomar el contenido progresista del partido, del que a veces nos desviamos cuando quedamos atrapados en la dialéctica amigo-enemigo que propone el gobierno. A la vez, debemos imponernos la tarea de afianzar territorialmente a la UCR, porque la futura gobernabilidad requiere una columna vertebral sólida, si es que pretendemos llevar adelante grandes transformaciones y, a la vez, no ser prisioneros de las corporaciones.
Hemos cumplido con esta parte de la misión que nos impusimos. Desarmamos desconfianzas, logramos deshacer falsas antinomias y, por sobre todas las cosas, aislamos la mezquindad, que podía llegar a ser nuestro peor enemigo.
El futuro es nuestro por prepotencia de trabajo.


Leopoldo Moreau

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