viernes, 16 de octubre de 2009

VÍCTOR MARTÍNEZ: EL "PEDESTAL" DE LA DEMOCRACIA




Hace poco más de un año, el 1º de octubre de 2008, con motivo de la presentación del busto del Presidente Alfonsín en la Casa Rosada, le preguntaron a Víctor Hipólito Martínez cuánto de ese busto le pertenecía a él por haber acompañado al "Padre de la Democracia" en esa gesta histórica del regreso a las instituciones, tras la negra noche de la Dictadura. Don Víctor respondió que él estaba en la base del busto, sosteniéndolo, porque esa fue su misión de Vicepresidente: la de acompañar, apoyar, sostener a esa figura augusta que fue Raúl Alfonsín.


Este abogado cordobés, nacido en 1924, perteneciente a la "Línea Córdoba", intendente de la ciudad capital de su provincia en la etapa de Arturo Illia, profundo católico, llegó a la Vicepresidencia por esa convicción de "ecumenismo radical" y de diálogo que sostuvo tanto él, como el fundador del Movimiento de Renovación y Cambio.


Le tocó presidir un Senado nuevo, recién constituído, con una fuerte oposición justicialista. Uno recuerda a don Juan Carlos Pugliese cuando afirmaba que ese Parlamento era perfectible y tenía muchos errores, porque había sido el primer congreso de la Democracia, luego de tantos años sin legislar por lo que en el futuro se vería funcionando aceitada y prolijamente. Lamentablemente, no se cumplió. Fue mucho mejor que el de otras gestiones posteriores, mucho mejor que el actual...


Don Víctor cumplió su rol con dignidad y también lo hizo cuando debió reemplazar al Presidente, ante sus viajes tendientes a volver a insertar la Argentina Democrática en el mundo.


También aparece en aquellas fotos ochentosas junto al primer mandatario (y nobleza obliga: junto a Lúder, Cafiero y otros dirigentes peronistas) en el Balcón de los aciagos días de Semana Santa de 1987.


A algún golpista transnochado se le habría ocurrido que Alfonsín debía cesar y ser reemplazado por Martínez. Nada más alejado de la realidad para un Vicepresidente ajustado a la legalidad y a la fidelidad a la persona de Raúl.


Ese hombre de 85 años, radical profundo y definitivo, camina con honorabilidad por las calles. Lo he visto en Brasil y Bernardo de Yrigoyen, en donde se colocó una placa conmemorativa del solar donde vivió Don Hipólito Yrigoyen, con esa serenidad de hombre del interior, con su acento aún perceptible. Fue el último orador en ese acto celebrado el 14 de octubre (que tuvo a otros tribunos más: Ricardo Gil Lavedra, Leandro Illia, Lucía Alberti, Marcelo Meis), para evocar a ese líder histórico del que heredó el emblemático nombre Hipólito.


Víctor Martínez, el "otro hacedor" de la Democracia, es sencillamente eso: ejemplo de servicio a su país, a su partido, a Raúl Alfonsín. Es el "pedestal" que le hizo el "aguante" al "Busto de la Democracia".... Mi abrazo!!


Hugo Turrini

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