miércoles, 10 de febrero de 2010

UNA JUGADA DE MANUAL



Hace unos días atrás afirmé que Kirchner, Carrió y Juez pretenden fracturar el radicalismo. Muchos comprendieron el sentido de esta aseveración, otros dudaron sobre su veracidad y, los menos, la rechazaron por considerarla solo una suposición o una fantasía.
Sobre las intenciones de Carrió me parece que no hace falta abundar porque todos los días hay declaraciones de ella contra algunos dirigentes radicales o advirtiendo que si "Fulano o Mengano" son candidatos, ella no los va a acompañar. En síntesis, tratando de dividir a los radicales entre buenos y malos, según sea la mayor o menor cercanía que tienen con ella.
Tampoco se priva, de vez en cuando, de sacudir o esmerilar con sus críticas a Hermes Binner.
Ahora, respecto a las intenciones de Kirchner de meter una cuña en la UCR, hay menos pruebas palpables, aunque es obvio que el mejor resultado que podría obtener es la dispersión de la oposición, como ya ocurrió en el pasado.
Pero como el gato siempre termina mostrando las uñas, ahí les envío la nota editorial que el último domingo publicó Página 12 -diario oficialista si lo hay- firmada por su columnista estrella Horacio Verbitsky. Por si alguien no lo sabe -deben ser pocos los que lo ignoran- Verbitsky es un activo operador político de Kirchner y uno de sus principales consejeros en materia de estrategia política.
Si se lee con detenimiento el documento, se ve que es de manual y coincide con la campaña destinada a desgastar a la dirigencia radical y a descabezar uno por uno a todos nuestros dirigentes. Empezaron con la campaña oficial contra Morales, ahora siguen con Cobos y mañana será contra cualquier otro, hasta que logren su objetivo que es desplazar al radicalismo como el partido que puede conducir un espacio que le tuerza el brazo al kirchnerismo. Por esa razón sería un grave error como lo dijimos en Mar del Plata el pasado 22 de enero, que nos hagamos zancadillas entre nosotros o que se impongan el egoísmo y las vanidades.
Ellos pretenden (Kirchner y Carrió) que vayamos a la guerra de todos contra todos en el radicalismo y en estos días pareciera que hacia ahí nos dirigimos. Hay que preservar a toda costa la reunificación que logramos del partido. No vaya a ser que por no entenderlo, perdamos la oportunidad de encabezar en el 2011 la reconstrucción de una Argentina moderna, pujante y que abra una nueva etapa en materia de distribución del ingreso.
No es casual que apenas unas horas después de las desavenencias que los medios mostraron en el seno del radicalismo haya reaparecido con fuerza en el escenario político Carlos Reuteman. Tenemos que tener cuidado en no dejar que la cancha disponible para una gran pelea nacional entre Kirchner y Reutemann, con éste último apuntalado por Francisco De Narváez y Mauricio Macri, que se transforme en un fuerte atractivo para el votante independiente antikirchnerista -que hoy es una inmensa franja del electorado.
Por eso cada paso que se de debe estar despojado de chicanas internas, mezquindades o aspiraciones apresuradas.
Por supuesto que este repentino elogio de Verbitsky a la figura de Ricardo Alfonsín no disminuye ni desmerece sus condiciones intelectuales ni de militante, que las tiene y le son reconocias por todos nosotros, pero como dice el viejo refrán: "Cuando la limosna es grande hasta el santo desconfía" y, sobre todo, cuando el que da la limosna es un kirchnerista de primer nivel en la mesa de decisiones estratégicas e íntimas del ex presidente.
De manual Verbitsky, de manual.

LEOPOLDO MOREAU
NOTA EXTRAÍDA DE FACEBOOK
MODESO LANÚS

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