sábado, 29 de agosto de 2009

EL ABOGADO DE LA LIBERTAD


El 29 de agosto de 1810 nacía Juan Bautista Alberdi, quien sentó las "bases" de nuestro Constitucionalismo. En su homenaje celebramos el "Día del Abogado".

La tarea abogadil nos lleva a interceder en favor de los derechos de las personas, coadyuvando a la concreción del valor "Justicia".

La Unión Cívica Radical ha dado, y sigue dando, además de otros profesionales y de militantes cuyo único "título" deviene de la lucha y la perseverancia, a muchos hombres del Derecho.

Por este medio los saludo a todos, en este día tan especial.

Podríamos nombrar a muchos hombres de la etapa fundacional que ejercieron esta noble profesión: Leandro Alem, Hipólito Yrigoyen, Marcelo Torcuato de Alvear, Aristóbulo del Valle. La lista de los abogados radicales sería interminable.

Como símbolo y en representación de todos ellos, merece mi especial reconocimiento y recuerdo la figura de Raúl Ricardo Alfonsín, el "Abogado de la Libertad" que en las duras horas estampó su firma a numerosos hábeas corpus en favor de desaparecidos o perseguidos políticos.

Raúl Alfonsín es el Abogado que defendió los derechos del pueblo, como lo he dicho en numerosas ocasiones, guiándolo hacia la Democracia. El abogado siempre debe defender el "Estado de Derecho", la vigencia de la Constitución Nacional y la Ley .

Vaya mi abrazo a todos mis colegas que, desde su lugar, luchan por un mundo y una Argentina mejor.

Dr Hugo Turrini

martes, 25 de agosto de 2009

42º ANIVERSARIO DE LA FRANJA. EL PRIMERO SIN RAÚL ALFONSÍN. LAS PREMISAS DE NUEVOS DEBERES


En La Plata en el 40 aniversario dijimos: “Lo mejor de la Franja Morada está por venir”. Esto ocurrirá si resuelve una segunda Reforma Universitaria que aporte las claves para compatibilizar una universidad de excelencia con la necesidad de que sea abierta y funcional al acceso a la Sociedad de Conocimiento y con éste en manos del Pueblo. Si aporta a la superación del fraccionalismo político y vuelve a resolver, como hace 42 años, el camino hacia síntesis superadoras progresistas y en el radicalismo los puntos de encuentros para ir a la victoria en el 2011 para un gobierno en donde el conocimiento sea el insumo principal y con un Presidente radical. Y para ello erradicar las tentaciones burocráticas y dejar en la historia lo peor que no debió haber ocurrido: el prebendarismo que tanto daño hizo a nuestro flujo histórico hasta el punto de interrumpirlo en algunos lugares. Las tentaciones burocráticas son el nuevo rostro de las tiranías y la Franja Morada debe resistirla recordando que la Reforma llegó en 1918 para desterrar la Universidad del "refugio secular de los mediocres y renta segura de los ignorantes".


Referimos a la Balsa de la Medusa, aquella vez, como el compromiso del arte con la política y que se trataba de la travesía final de una UCR que renacería si tomaba conciencia del carácter revolucionario de la misma. Desde entonces pasó a ser un emblema de la lucha por la recomposición política. La que abrió las puertas a convertirnos en una fuerza de esperanza el 28 de Junio pasado a 33 años que los compañeros de Derecho y Económicas de Rosario resistieran a balazos el derrocamiento de Illia, la Franja de Córdoba iniciaba la lucha en la que asesinaran a Santiago Pampillón y los reformistas de La Plata se aprestaban a la huelga heroica de 1967.


Este aniversario tiene el dato no menor de ser el primero sin la presencia en vida de Raúl Alfonsín. Por eso visitaremos las mesas de trabajo franjistas en La Plata y Rosario. Con Córdoba constituyeron las regionales fundadoras.


Reitero los deberes premisas para que sea verdad eso de “Lo mejor de la Franja está por venir”. Y finalmente, poniendo en evidencia lo que decíamos hace 42 años respecto a la política, “una realidad en movimiento”….” ÉL, QUE COMPLETO SUS DEBERES YA DESCANSA. AHORA DEBEMOS HACER LOS NUESTROS.”


LICENCIADO RICARDO CAMPERO

FUENTE: http://ricardocampero.blogspot.com/

viernes, 7 de agosto de 2009

CONRADO STORANI: ARGENTINO Y RADICAL


Hoy quiero homenajear a un hombre que se nos fue hace 6 años, un 10 de agosto. Conrado Hugo Storani me resulta sinónimo de defensa de lo nacional, de los hidrocarburos, del gas, de YPF. Algo así como un "Mosconi " de nuestro tiempo. Alguien que nos hace mucha falta para recuperar nuestros recursos absolutamente entregados por Menem y Kirchner.

También lo relaciono inmediatamente con la mejor tradición radical: la de Alem e Yrigoyen. Eso lo llevó, según sus íntimos convencimientos, a enfrentarse a las estructuras partidarias conservadoras y unirse a Raúl Alfonsín en "Renovación y Cambio". Gustavo Calleja y Enrique Pereira nos dejan una impecable biografía en el "Diccionario Radical" , que no puedo más que transcribir. Mi recuerdo a un gran hombre, que debe ser guía en el servicio al partido y a la Patria. Un abrazo.

Hugo Turrini


STORANI, Dr. Conrado Hugo (1922-2003) Figura de gran relevancia en el radicalismo cordobés y nacional.


Incorporado desde su adolescencia al radicalismo cordobés, Conrado Storani militó en el Partido durante sesenta y cinco años.
Nació en Río Cuarto el 13 de julio de 1922 y falleció en Buenos Aires el domingo 10 de agosto de 2003.
Estudiante de Medicina presidió la Federación Universitaria de Córdoba, obteniendo su título de médico a mediados de la década del 40. Incansable y decidido luchador el doctor Storani, tuvo una sólida formación política y cultural basada en una permanente inquietud intelectual, además de un valor cívico con el que enfrentó difíciles momentos de la azarosa vida política argentina.
Cabeza de una familia numerosa, ocho fueron sus hijos, varios de ellos militantes radicales destacados. Storani, profesional y político prestigioso, desempeñó múltiples cargos en la U.C.R de Río Cuarto, de Córdoba y del país. Integró varias veces el Comité Nacional partidario y desde 1982 hasta 1990 fue por presidente de la Convención Nacional, cuando se aprobaron, unánimemente resoluciones estableciendo el compromiso histórico de recuperar el patrimonio energético nacional..


En 1958/1962 llegó a la Cámara de Diputados de la Nación donde tuvo una singular actuación, especialmente en temas relacionados con la energía, en especial con los contratos petroleros frondizistas. Su intervención en el debate sobre la llamada enseñanza libre le otorgó un destacado sitio en el Parlamento. Al asumir la presidencia el Dr. Arturo Íllia, Storani fue designado Secretario de Energía y Combustibles. Presidente de Agua y Energía Eléctrica Sociedad del Estado y, posteriormente, sucedida la muerte del doctor Antulio Pozzio, lo reemplazó en el cargo de Secretario de Energía y Combustibles. A sus impulsos se deben la reorganización y recuperación de Yacimientos Petrolíferos Fiscales y la concresión del Plan Nacional de Grandes Represas Hidroeléctricas, que durante su gestión se inició con el Chocón, continuando hasta 1989 con Salto Grande, Alicura, Piedara del Águila, Planicie Banderita, etc...


A su iniciativa y para financiarlas, el doctor Illia incrementó los fondos energéticos sobre los combustibles y creó el impuesto al crudo procesado, posteriormente derogados por el justicialismo a partir de julio de 1989.


Decidido impulsor del autoabastecimiento y de la participación pública en área tan sensible, el Dr. Storani defendió, hasta su muerte, con ahínco los principios radicales al respecto, a punto tal que integraba el Movimiento Para la Recuperación de la Energía Nacional Orientadora (Moreno) que pugnaba por la reestatización de ese vital sector, entregado irresponsablemente por los Dres. Menem y Cavallo y sus secuaces.


Inicialmente militó en el seno de la U.C.R en el unionismo, derrocado Illia, estableció una profunda y afectuosa relación política con Sergio Karakachoff y Horacio Palacios; juntos editaban la revista "Pasaremos". Tampoco fue ajeno a la formación de movimientos previos a la creación de Renovación y Cambio. Años más tarde fue uno de los principales cofundadores del Movimiento de Renovación y Cambio orientado por el Dr. Raúl Alfonsín, su amigo de toda la vida. Integró, en calidad de precandidato a vicepresidente de la Nación, la formula que, encabezada por Alfonsín, enfrentó en 1973 a la dupla Ricardo Balbín-Eduardo Gamond siendo derrotados por escaso margen.
Conrado Storani, junto a su correligionario y grade amigo el Dr. Carlos Becerra hicieron sobresalir a la U.C.R cordobesa tanto en el Congreso, cuanto en el afianzamiento de un retorno a las fuentes ideológicas del Radicalismo. Cuanto movimiento progresista, especialmente en materia de defensa del patrimonio y de las libertades, los encontraba a ambos dirigentes, al igual que a Raúl Alfonsín, en la vanguardia de los mismos, especialmente en momento en que tales actitudes eran peligrosas para la integridad física de quienes se atrevían a sostenerlas y difundirlas.


En 1982, contemporáneamente a asumir el Dr. Alfonsín la Presidencia del Comité Nacional del partido, el doctor Storani fue elegido Presidente de la Convención Nacional de la U.C.R, altas funciones que desempeñó por ocho años.


Ya en funciones, el Presidente Alfonsín lo designó Secretario de Estado de Energía y meses después Ministro de Salud y Acción Social, funciones que ejerció con dignidad y talento.


Impulsando aquello que él denominaba la Revolución del Gas, que duplicó en cinco años y medio la cantidad de usuarios; impulsó la sanción del Programa Nacional de Uso Racional de la Energía (Decreto 2247/85), cuya manifestación mas visible es el GNC; elevó a cifras nunca alcanzadas las inversiones en exploración;reinició las obras abandonadas de las dos grandes refinerías de YPF (mayor conversión) y las obras de las represas Priedra del Águila, Pichí Picón Leufú, Alicurá, Río Grande y Yaciretá; potenció la acción del Laboratorio de Investigaciones de YPF sito en Florencia Varela, donde se obtuvieron logros de alcance significativo,etc....
Años mas tarde fue elegido senador nacional por Córdoba, con mandato hasta 1999. Sus discursos oponiéndose a la privatización de las grandes empresas energáticas son memorables. Una gran parte de su vida la dejó reflejada en un magnífico libro, “Les doy mi palabra”, una especie de autobiografía en la que, con sencillez y calidez de radical y de hombre honrado, narra hechos importantes de los que fue testigo o protagonista. Es una de las tantas obras que ningún radical debiera dejar de leer.

GUSTAVO CALLEJA-ENRIQUE PEREIRA

martes, 4 de agosto de 2009

NATALICIO DE ARTURO ILLIA


POR EL DOCTOR ARTURO LÓPEZ SANTOS


El 4 de Agosto de 1900 Nació don Arturo Umberto Illia, guía y orientación de nuestro Movimiento de Alternativa y Cambio que lleva su nombre y apellido.


Nuestro homenaje consistirá en reproducir el Capítulo I, del Libro de Luis Franco, EL PRESIDENTE ILLIA Y UN LIBRO DE OCASIÓN. ( Reflexiones de un escritor libre y sin partido, dedicadas en calidad de homenaje, a la memoria de un gobernante de excepción en su medio y época )


El escritor catamarqueño escribe estas memorables frases durante una de las tantas dictaduras militares que los argentinos hemos sufrido con incomprensible estoicismo, y nos dice lo siguiente:“ En medio de una jubilosa orgía de absolutismo político, y de vertical desprecio de la vida humana, y de masiva dilapidación de los dineros públicos, hasta hacer de nuestra moneda la más haraposa de las mendigas, de nuestra deuda externa un Aconcagua de oro, la presidencia del últimamente fallecido Dr. Illia fue un oasis de respeto a las arcas del Estado y a la libertad y la vida humanas. La suya parece haber sido la de uno de esos seres para los cuales la justicia y la misericordia son como el alterno ritmo respiratorio del alma. Un día ( en mi minúscula granja de Belén, hecha y sostenida casi por entero con el oscuro esfuerzo de mis manos, a espaldas de toda burocracia oficial o privada ) me ví sorprendido por una visita fuera de serie. Me bastó un rato de conversación para sentirme cautivado por la diáfana sencillez y la poderosa atracción de su persona. Era el Dr. Arturo Illia, médico de Cruz del Eje, en gira de turismo por el oeste de mi provincia. Varios años después , el Dr. Golstraj, legislador entrerriano, a cuya amabilidad debo el reconocimiento de un sector de su provincia – de donde acabábamos de regresar- me dijo que al mencionar el hecho en una audiencia que le concediera el presidente Illia, éste recordó su lejano encuentro con el granjero de Belén ( cuyo lector ocasional era: el cual después de una quincena de inconvincente cárcel peronista, varios años atrás, se viera obligado a malvender lo que tantos afanes le costara para comprar refugio en un arrabal porteño) y lo invitaba a visitarlo.


Así lo hice, desde luego, y al despedirme, respondiendo a lo que me pareció una insinuación suya, me reduje a hablarle de un antojo de mi hijo Lito, mocoso de pocos años entonces: un retrato de su noble persona. Así lo hizo, con una cariñosa dedicatoria, que Leopoldo Luis, mero trabajador manual, como lo fuera su padre tantos años, conserva con explicable orgullo.
Cuando el presidente Illia fue derrocado por el más cursillista de los cuartelazos, acudí a su domicilio, llevado por un amigo suyo, a presentarle mis respetos, recordando entonces, que años atrás, estando él aún en el poder, lo había molestado – por sugestión de un grupo juvenil – pidiéndole se interesara por la vida de Hugo Blanco, condenado a muerte por un tribunal militar del Perú. Me prometió dirigirse al presidente de aquel país – con quien estaba en relación epistolar – y estoy seguro que lo hizo. La historia argentina no carece de grandes y austeras figuras, en medio de inolvidables bellacos o de pintorescos personajes disfrazados de próceres.


Muchos argentinos ignoran que San Martín madrugaba a prepararse su desayuno de café negro en la cocina, y que después de Chacabuco “ mandó dar vuelta el paño de su chaqueta” ( José Martí: FLOR Y LAVA) y que un premio en metálico acordado por el gobierno de Chile lo destinó a fundar la primera biblioteca pública de aquel país( Pérez Rosales-RECUERDOS).


De Belgrano se sabe que al morir dejó de recuerdo a su médico de cabecera lo único que tenía: su reloj (Hoy sabemos que fue robado hace unos meses del museo respectivo, así estamos). De José María Paz se sabe que su austeridad y su bondad eran tan insignes como sus cualidades de estratega. El presidente Sarmiento, que no tenía casa propia en Buenos Aires hizo aserrando cajones de piano, su rancho en Carapachay. Ameghino, reconocido tempranamente en Europa como paleontólogo de fuste, que se defendió de la miseria atendiendo una pequeña librería escolar: hubo de rechazar más tarde una tentadora oferta extranjera por su colección de fósiles, a fin de no privar a su país de un bien que mañana podría estar más allá de cualquier precio.


Por noticias recogidas por la prensa se conoció – algún tiempo después del cuartelazo que lo derrocó – el verdadero origen del mismo.
Un día entre los días recibió un pedido de audiencia de uno de los Rockefeller ( David), propietarios del mundo. Venía a solicitar su venia para establecer una sucursal bancaria en Buenos Aires. El Dr. Illía se la negó, en nombre de nuestra Constitución, a la que había jurado fidelidad, esto es, defenderla – y tal era el caso – contra la competencia extranjera, peligrosa para cualquiera de nuestras instituciones, agregando no ignorar que el peticionante tenía más poder que cualquier jefe de Estado latinoamericano. ¿ Sonrió oblicuamente Rockfeller? No lo sabemos…pero sí que a los quince días el ordenanza de turno ocupaba la casa de gobierno.


¿ Cuántos otros jefes de Estado de Latinoamérica se jugaron el cargo con dignidad igual ? Lo pregunta alguien que ( hasta hoy por lo menos) no militó en ningún partido político por razones muy ajenas a su voluntad, ya que sin la verdad de pensar y el quehacer políticos el hombre lleva las de ahondar cada vez más su camino de expolio, de servidumbre y masacre. ¿ El hombre volviéndose la peor amenaza para sí mismo y para el globo que habita ?


Pero no cerrar los ojos al peligro, no significa predecir la derrota, y menos definitiva. Al contrario. A lo largo de los tiempos la elástica alma del hombre se ha mostrado capaz de las más inesperadas victorias. Si hasta hoy la ciencia y el arte se vieron obligados a pactar con la religión y la guerra, dando así un semblante de hecho natural e inevitable a al servidumbre humana, no debemos olvidar jamás a los que afrontaron la cárcel, y aún la muerte, antes de manchar una verdad más sagrada que todos los altares, y el estruendo de todas las batallas.
Se sabe que el presidente Illía apoyó en firme la opinión de su partido, y entendemos que la mayoría del Congreso, en el sentido de rehusar la cortés invitación estadounidense – extensiva a toda Latinoamérica – de enviar soldados compatriotas a Santo Domingo a apoyar cualquier intento democrático sepultándolo antes de nacer…


Diálogo familiar


- Ud., que como viajante de comercio tuvo ocasión de conocer y tratar al Dr. Illía cuando se desempeñaba como médico en Cruz del Eje, ¿ Qué juicio se formó de él como persona ? – Que era el hombre más bueno del mundo, digo del poco mundo que yo conozco. Era yo un muchacho, entonces. Cuando llegaba a su residencia a saludarlo, casi siempre me pedía que lo llevara en mi auto a visitar a sus enfermos pobres – lo eran casi todos y, al parecer, sus preferidos….- que no podían comprar los remedios recetados…que su médico se fiaba de un farmacéutico amigo, hasta que él cobrara sus sueldos del ferrocarril, creo…Recuerdo un día, al acercarnos, el boticario dio a entender, desde el mostrador, por sus señas, que sus recursos, en esa ocasión , estaban muy por debajo de su buena voluntad…


- Mejor conocido es el hecho de que el numeroso pobrerío de Cruz del Eje, juntó chirola a chirola, el fondo mínimo que se precisaba para regalar a su médico algo que éste nunca había pensado: una modesta casa propia.


No está demás agregar el empeño del presidente Illía en la anulación de los alevosos contratos petroleros del gobierno anterior con los explotadores de fuera, y en la aprobación de la Ley Oñativia, tendiente a que los medicamentos más indispensables dejasen de ser un privilegio de los pudientes, bajando al alcance de todos; eso por un lado; por el otro dar el máximo apoyo a las organizaciones que luchan contra el tráfico internacional de drogas asesinas, hazaña última de una civilización ya con todos los esfínteres morales relajados. ( Hay quienes creen que esta actitud última pesó en su defenestración tanto o más que la negativa dada a David Rockefeller)”


Este capítulo escrito por Luis Franco, hombre de la izquierda argentina, trotskista para más datos, es una prueba cabal de la ejemplaridad de la vida de un hombre que provenía de las filas del radicalismo, y que nos debe hacer recapacitar en estos momentos de ética laxa, de raquítica austeridad de nuestros funcionarios públicos, y de anémica actitud intransigente de nuestros dirigentes partidarios.


Dr. López Santos.

viernes, 31 de julio de 2009

PROFESIÓN DE FE DOCTRINARIA


La Carta Orgánica Nacional de nuestro partido comienza con la Profesión de Fe Doctrinaria. Es algo así como un credo laico. Allí encontramos los principios filosóficos y las ideas directrices sobre las que se sustenta la Unión Cívica Radical. Ellos deben guiar nuestra conducta ciudadana y el accionar político. Todo radical debe conocer esa profesión. Debe releerla y meditarla. Debe comentarla y debatirla. Debe compararla con el accionar del partido en su historia y en la actualidad. Debe compararla con su propio accionar como ciudadano y militante. Sin conocer y practicar ese "credo", estar afiliado al Radicalismo es un mero trámite burocrático, un"hábito que no hace al monje". Solo si estas palabras nos conmueven en lo más íntimo y nos despiertan a la entrega por el partido, con vistas a una entrega superior que es a nuestra Gloriosa Nación, somos radicales. Solamente así, somos "radicales completos". Como debe ser: en todo y hasta el fin.

Dr Hugo Turrini




El Radicalismo es la corriente histórica de la emancipación del pueblo argentino, de la auténtica realización de su vida plena en el cultivos de los bienes morales y en la profesión de los grandes ideales surgidos de su entraña. Hunde sus raíces políticas en lo histórico de la nacionalidad y constituye una requisitoria contra toda filosofía material de la vida humana y del destino de la Nación en el mundo.


Así el Radicalismo se identifica con las más nobles aspiraciones de los pueblos hermanos y lo argentino se articula y adquiere sentido esencial en la lucha emancipadora sudamericana y en el anhelo universal por la libertad del hombre.


Desde el fondo de nuestra historia, trae el Radicalismo su filiación, que es la del pueblo en su larga lucha para conquistar su personería. En la tradicional contienda que nutre la historia argentina, el Radicalismo es la corriente orgánica y social de lo popular, del federalismo y de la libertad, apegada al suelo e intérprete de nuestra autenticidad emocional y humana, reivindicatoria de las bases morales de la nacionalidad; es el pueblo mismo en su gesta para constituirse como Nación dueña de su patrimonio y de su espíritu.


Por lo tanto, la Unión Cívica Radical no es un simple partido, no es una parcialidad que lucha en su beneficio, ni una composición de lugar para tomar asiento en los gobiernos, sino el mandato patriótico de nuestra nativa solidaridad nacional y la intransigencia con que debe ser cumplido el sentimiento Radical indeclinable de la dignidad cívica argentina.


Esa es la razón por la que el Radicalismo es una concepción de la vida, de la vida toda del pueblo, y la Revolución Radical al plantearse partiendo del hombre y de su libertad, hace de la política una creación ética, invisible en lo nacional e internacional, que abarca todos los aspectos que al hombre se refieren, desde el religioso hasta el económico. Por eso el radicalismo no se divide según las parcialidades de clases, de razas ni de oficios, sino que atiende al hombre como hombre, con dignidad, como ser sagrado. Por eso para el Radicalismo los fines son inalterables: los de la libertad y los de la democracia para la integración del hombre, así como pueden ser variables los medios porque son instrumentos, y variables son las condiciones sociales de la realización nacional.


En el proceso transformador que vive el mundo, transfórmase también el Estado, pero el Radicalismo, centrado en su preocupación por el hombre, no puede invertir los fines del Estado, cuyo intervencionismo sólo puede referirse a la administración de las cosas y a los derechos patrimoniales, y no a los derechos del espíritu, morada de la libertad humana.


El mundo entero sufre de un mal profundo proveniente de no adecuar las posibilidades materiales a fines de emancipación del hombre. El Radicalismo cree que sólo una cruzada de honda pulsación humana por la liberación del hombre contra todas las formas degradantes del imperialismo y del absolutismo en todos sus aspectos, podrá salvar al hombre en su grave crisis; así como renueva su fe en el destino de los pueblos de nuestra grande hermandad continental, unidos en su libre soberanía, y luchando por conquistar, junto con los instrumentos de la liberación política, el sistema de garantías sociales, contra todos los privilegios económicos que ahogan la libertad y niegan la justicia.

LA REIVINDICACIÓN DE ALVEAR


Los radicales tienen el corazón dividido con Alvear. Por un lado, le reconocen linaje radical, no pueden negar que fue el presidente de la Nación, el conductor del partido en la década del treinta y un político convencido de los valores que defendía. Pero por el otro, lo consideran un oligarca infiltrado en las filas de la causa popular o un niño bien que recibió los beneficios del poder sin disponer de otro mérito para ello que el prestigio de su apellido.


En muchos comités radicales, el retrato de Alvear está ausente. Nadie lo niega, pero muy pocos lo reconocen. En Entre Ríos, su memoria es rescatada como consecuencia de la tradición antipersonalista de esta provincia, pero en Santa Fe, y en la mayoría de los distritos radicales, Alvear es un ausente, alguien que se menciona sólo cuando no queda otra alternativa.

Balbín y Frondizi se formaron de jóvenes al lado de don Marcelo. Lo acompañaron en las campañas electorales y sabían de su coraje cívico. Cuando en 1945 estos dirigentes encabezaron la corriente de Intransigencia y se enfrentaron con los unionistas, Alvear comenzó a ser impugnado. El cuestionamiento se justificó porque los principales colaboradores de Alvear eran unionistas, pero no dejó de ser una paradoja.


La intransigencia redactó el Programa Avellaneda que constituyó una propuesta avanzada del radicalismo, un conjunto de principios que durante casi tres décadas los radicales iban a defender a capa y espada. Lo curioso es que el antecedente de ese programa de signo laborista, ya estaba prefigurado en el programa que Alvear redactó para la campaña electoral de 1937, cuando con Mosca enfrentaron a la candidatura de Ortiz y la enfrentaron con propuestas alternativas que, para muchos observadores, fueron consideradas las más progresistas de la década.


En esos años, Alvear fue uno de los promotores de la estrategia frentista que en Europa promovían los partidos socialistas y comunistas. Aliadófilo y frentista, sus seguidores estaban a la izquierda y a nadie le llamó la atención que su candidatura ese año fuera apoyada por el Partido Comunista y que sus interlocutores políticos fueran Lisandro de la Torre y Alfredo Palacios.


No se trata de inventar un Alvear de izquierda o progresista. Si de alguna manera se lo pudiera encasillar habría que decir que fue un demócrata liberal que se identificó con el radicalismo desde su primera juventud. Para los nacionalismos de derecha y de izquierda que se desarrollaron en los años treinta, fue la víctima propicia, el chivo expiatorio. Alvear encarnaba la entrega nacional, el vaciamiento ideológico y doctrinario del gran partido popular, la expresión de la derecha oligárquica en las filas nacionales y otras lindezas por el estilo.


Los muchachos de Forja nunca fueron muchos y su actuación política sólo fue importante para la literatura. Para 1945, Homero Manzi era más conocido por sus tangos que por su militancia en Forja. Cuando la mayoría de ellos se pasó con armas y bagajes al peronismo y el peronismo se transformó en una estrategia política exitosa, su relato histórico logró imponerse con tal fuerza que hasta los radicales se lo terminaron creyendo.


Para Forja, el radicalismo es yrigoyenista o no es, una afirmación históricamente discutible. Según su punto de vista, a la muerte de Yrigoyen el partido fue copado por los conservadores cuya cabeza visible era la testa calva y elegante de Alvear. La corrupción de los años treinta una nimiedad al lado de la que conoceríamos después y la participación del radicalismo en las elecciones del régimen daban cuenta de esa capitulación. El relato, para los forjistas, era de una asombrosa linealidad: agotado el movimiento nacional con la traición de Alvear y los alvearistas, su sucesor sería el peronismo, del cual ellos estarían llamados a labrar su orientación.
La victoria de Forja fue, en realidad, la victoria ideológica del peronismo que logró imponer un relato que legitimaba su presencia histórica con un discurso nacional y popular. Forja escribió ese relato, pero no se benefició con su invento. Perón, y muy en particular Evita, no fueron muy generosos con los forjistas. La mayoría ocuparía cargos menores en la provincia de Buenos Aires bajo el amparo de Domingo Mercante. Cuando este coronel Äleal a PerónÄ cayó en desgracia, los forjistas lo acompañaron en el derrumbe.


Forja desapareció como expresión política, pero quedó presente como mito. En la década del setenta, los peronistas de la resistencia recuperaron esa memoria con su cuota de mistificaciones y leyendas que poco y nada tenían que ver con la realidad. Que los peronistas hayan inventado este relato y además se lo hayan creído, a nadie debería llamarle la atención. Lo sorprendente es que ese mismo relato fue consumido por sectores importantes del radicalismo, más identificados con Forja que con Alvear, una verdadera operación de masoquismo político ya que el presupuesto teórico fundador del forjismo era el agotamiento del viejo radicalismo y su reemplazo, en la mitología de los movimientos nacionales, por el peronismo.


Félix Luna, luego de declarar que como militante de la juventud radical combatió a Alvear, concluye reivindicándolo. El reconocimiento no es lineal, pero es sincero y justo. Para Luna, Alvear pudo haberse equivocado, efectivamente encarnó una estrategia política en los años treinta que no fue la más certera, pero sin dudas fue un político honrado y sincero que defendió con lealtad y coraje sus convicciones en una coyuntura política muy compleja en la que no era sencillo encontrar salidas.


En efecto, las respuestas de Alvear a la crisis del treinta fueron las de un político que responde con los recursos que está acostumbrado a manejar. Es probable que el levantamiento de la abstención en 1935 debería haberse planteado en otras condiciones, pero también está claro que la estrategia de asaltar cuarteles o programar revoluciones radicales podrán haber sido muy heroicas, muy valientes, pero sólo conducían a la derrota.


En 1930, Alvear tenía más de sesenta años. Había sido presidente de la Nación, embajador, diputado. Sin embargo, cuando regresó de París en lugar de irse a los brazos de Uriburu o Justo se fue con los radicales y de allí en más se dedicó a tiempo completo a organizar un partido disperso y derrotado. Lo hizo a su manera, con sus límites, pero lo hizo.
Por supuesto que siempre se le reprochó su origen familiar. Alvear era nieto de Carlos, el joven que llegó con San Martín en la fragata George Canning y era hijo de Torcuato, el primer intendente de la ciudad de Buenos Aires. Su madre era una Pacheco, hija del general Pacheco, una de las primeras espadas de Rosas.


Marcelo nunca dejó de ser un patricio. Ni aunque se lo hubiera propuesto lo habría podido hacer. Era un niño bien que a diferencia de los niños de su clase en lugar de sumarse a los partidos conservadores decidió ser radical. A Alvear se le reprocha su origen familiar como si él fuera responsable de ello, pero se calla su decisión política, sobre todo en alguien que por apellido y fortuna tenía abiertas las puertas del régimen conservador para ser uno de sus principales representantes.


Su secretario privado lo definió como un político con cabeza de demócrata y corazón de patricio. No estaba del todo equivocado. Alvear fue eso y pretender de él algo distinto sería violentar su identidad. Lo que sucede es que no fue el único radical que pertenecía a las clases altas, pero sólo la leyenda puede suponer que en el radicalismo no había apellidos ilustres. "En la provincia de Buenos Aires, las vacas son radicales", solía decir con un toque de ironía ese gran conservador que fue Emilio Hardoy.


Los primeros en reconocer la identidad radical del niño Marcelo no fueron sus amigos conservadores, sino el propio Hipólito Yrigoyen. Alguna vez habrá que escribir sobre la extraña relación que sostuvieron estos dos hombres. En principio, a los biógrafos de Yrigoyen no deja de llamarles la atención las debilidades que un político consumado como Yrigoyen tenía con el niño Marcelo. Recordemos que fue Alvear quien lo acompañó como padrino en su famoso duelo con Lisandro de la Torre. Que cuando el radicalismo ganó las elecciones en 1916, Yrigoyen le propuso el Ministerio de Guerra y como Alvear lo rechazó le dio la embajada en Francia, el lugar donde el niño Marcelo estaba cómodo y feliz con su querida Regina. No olvidemos que en 1922, Alvear fue candidato a presidente gracias al dedo de Yrigoyen y recordemos que Yrigoyen ganó en 1928 las elecciones no sólo porque el gobierno de Alvear fue bueno, sino porque éste se negó a intervenir la provincia de Buenos Aires como se lo exigían a los gritos sus amigos antipersonalistas.


Es verdad que tuvieron diferencias, pero esas diferencias fueron más ásperas entre los yrigoyenistas y los alvearistas que entre Alvear e Yrigoyen. Alvear no estuvo de acuerdo con el neutralismo de Yrigoyen en la Primera Guerra Mundial, pero esas diferencias entre ellos no eran insalvables, de haberlo sido no lo hubiera propuesto como candidato a presidente un año después. También es cierto que después del golpe de Estado de 1930 las declaraciones de Alvear en París en contra de don Hipólito fueron duras e injustas.


ROGELIO ALANIZ

(periodista santafesino)

miércoles, 29 de julio de 2009

EL FUEGO SAGRADO DE BALBÍN


Inundación en Paraná. Balbín en campaña.

Mi pluma vuelve al tintero para ponerme a escribir... Es una ilustración para no decir que me siento frente al teclado de mi pc, lo cual parece menos poético!! Es imposible tomarme un día de descanso y no escribir en la "Antorcha Radical". Por qué??? Porque hay un fuego sagrado siempre encendido con los nombres de mis correligionarios que guían mis pasos. Son tantos y de tal calidad, que cada día conmemoramos un hecho distinto.


Hoy mi evocación es para un "grande entre los grandes" que, dada su humildad, se hubiese avergonzado de esta frase (aunque se la merece).


Hay momentos, hechos, palabras, sonidos, aromas, imágenes vagas en nuestras retinas, que nos marcan. Yo me imagino como caló hondo en ese muchachito, nacido justo hoy hace 105 años, el estar presente junto a su padre don Cipriano en la asunción de Hipólito Yrigoyen (el 12 de octubre de 1916). Parece un dato histórico de poco valor. Sin dudas, lo es. Pero desde el punto de vista espiritual y para intentar entender a DON RICARDO BALBÍN, creo que fue un hecho fundamental.


El 29 de julio de 1904, Balbín, nació en Capital Federal aunque luego viviría en Azul y Ayacucho en la provincia de Buenos Aires.


No es la intención de estas torpes palabras, que jamás podrán describir con precisión a un verdadero líder de la Democracia y el diálogo, plasmar una biografía desde el punto de vista histórico con el rigor que dicha ciencia requiere.


Solo quiero señalar algunos hechos, momentos cruciales en la vida de don Ricardo que, no casualmente, fueron trascendentes para el país.


Ese muchacho que había comenzado a estudiar medicina, pero debió abandonar la carrera por motivos económicos, finalmente se volcó al derecho, ya instalado en la ciudad de La Plata. Recibido de abogado se casó con Indalia Ponzetti en 1928. Ocupó el cargo de fiscal del crimen en Mendoza, tras la segunda asunción de Yrigoyen (habiendo participado activamente en la campaña electoral). Luego volvió a Buenos Aires y , tras el golpe de Estado de 1930, fue electo diputado provincial aunque no pudo asumir tras la anulación por el gobierno "de facto" de las elecciones de 1931.


La década infame lo encontró luchando contra el fraude. En 1940 fue elegido nuevamente diputado provincial, pero renunció en repudio del accionar fraudulento de los conservadores.


En 1945 fue parte fundamental del "Movimiento de Intransigencia y Renovación". Finalmente asumió su banca de diputado nacional (formando parte del grupo de los 44) en 1946. Sus denuncias ante los excesos de Perón le valieron 9 meses de cárcel.


Balbín sería cuatro veces candidato a presidente de la Nación, sin éxito en las urnas pero con la convicción moral del deber cumplido (1952, 1958, dos veces en 1973). En 1963 apoyó a Arturo Illia de la Unión Cívica Radical del Pueblo (ya que el partido se había dividido entre este sector y la UCRI de Arturo Frondizi en 1957).


Durante la dictadura surgida en 1966, formó la "Hora del Pueblo" reclamando el regreso a la Constitución.


Balbín fundó la "Línea Nacional". Fue vencedor en internas sobre Raúl Alfonsín.


Se acercó al viejo líder Juan Domingo Perón (su antiguo carcelero), porque vio la necesidad de deponer rencores para construir un país nuevo. Hasta tuvo que saltar una cerca (su entorno), para verlo. Finalmente ese viejo adversario despidió a un "amigo" en julio de 1974, en una de las piezas oratorias más recordadas del último siglo político.


Acompañó a la esposa de Perón (como pudo) para evitar el golpe, pero fue en vano.


Mantuvo cierto "silencio" durante la Dictadura más sangrienta que vivió el país y ello es objeto de duras críticas. Pero la respuesta a ese silencio fue una frase que le dejó a un corresponsal extranjero que le preguntaba sobre el tema "desaparecidos": "Usted ocupése de los muertos, que a mi me duelen, pero yo me ocupo de los vivos, para que no mueran". Seguramente muchas vidas fueron salvadas por su intercesión.


Impulsó la "Multipartidaria" para recomenzar la reconstrucción de la República.


Recuerdo la mañana del 9 de setiembre de 1981: iba en el Fiat 600 con mi padre, que me acercaba al Comercial de Villa Ballester, y Radio Rivadavia comentaba el estado delicado de la salud de don Ricardo. Cerca del mediodía, antes de volver a casa, el preceptor de nuestra división (1º 8va), nos anunció la muerte del caudillo radical con palabras más que elogiosas sobre su honestidad. Esas palabras se guardaron en mi mente y mi corazón.


Luego pude ver la despedida multitudinaria (en épocas de prohibición de manifestaciones) de los restos de Balbín.


Hoy Don Ricardo cumpliría esos 105 años y sabemos que estaría reclamando calidad institucional a la Presidente. Desde ya lo estaría haciendo con su estilo cortés y caballeresco, pero de todas formas intransigente.


El fuego de su pensamiento y acción mantiene viva, junto a tantos otros, a la ANTORCHA RADICAL.


Dr Hugo Turrini

lunes, 27 de julio de 2009

HOMENAJE A LOS HÉROES DEL PARQUE EN RECOLETA


"Turi" López Santos y Carlos Mas Vélez Guillermo Moreno Hueyo

Francisco Martini


Tulio Bernasconi
LAS FOTOGRAFÍAS SON GENTILEZA DE MARCELO GARIBALDI



El domingo 26 de julio amaneció frío. Cuando salí de mi casa rumbo a Recoleta, la temperatura registrada en la televisión era de 3º6. Sin embargo no podía faltar a la cita. Era el 119 º aniversario de la gloriosa revolución del Parque. La organización del acto, frente al mausoleo dedicado a los caídos en el levantamiento popular, estuvo a cargo de la agrupación radical: “Alternativa y Renovación”.

Cerca de las 11 y 30, ante un nutrido público heterogéneo en edades, comenzó haciendo uso de la palabra Carlos Mas Velez, presidente de la UCR Capital Federal. Evocó los hechos y relacionó la situación de aquellos tiempos con el autoritarismo y corrupción de la “pareja reinante” de la Argentina actual. Dicha visión fue una constante en todos los oradores.

Con la brillante locución y comentarios introductorios de Arturo López Santos, hizo uso de la palabra en segundo término: Guillermo Moreno Hueyo quien hizo un pormenorizado análisis histórico de la situación. Resaltó el recordado mitin del “Frontón”, evocando al Gral Mitre (quien luego formaría parte de la Unión Cívica Nacional) y su mensaje netamente revolucionario. También resaltó a la figura fuertemente comprometida con los hechos del 90 de Francisco Barroetaveña. Por supuesto recordó a Leandro Alem, fundador de nuestro partido, como lo harían indefectiblemente todos los oradores. Hoy no necesitamos una revolución al estilo de aquella porque tenemos el “voto” que ejercimos el 28 de junio-acotó. El documento liminar de aquellos días, a su juicio, podría aplicarse a la situación actual de la Argentina dada su interpretación del “UNICATO”.
Ese hilo conductor fue resaltado por el tercer orador, Francisco Martini, quien también ahondó en la historia haciendo mención a las presidencias fundacionales (Mitre, Sarmiento, Avellaneda), indicando su descontento con la gestión de Roca y la “repartija” de los latifundios arrebatos al indio comparada a la compra a precio vil de los “terrenos de Calafate”. Criticó severamente al presidente de entonces , Miguel Juárez Celman, mencionando las denuncias de emisiones clandestinas que hiciera ese gran hombre del 90 que fue Aristóbulo del Valle. Hizo una acertada mención de los personajes históricos que apoyaron aquella “UNIÓN CÍVICA”, haciendo hincapié que a partir de allí nacieron los derechos políticos y muchos de esos hombres integraron distintas agrupaciones políticas en los años siguientes ( los casos de: Mitre; Juan B. Justo que fundaría en 1896 el Partido Socialista; Lisandro de La Torre que haría lo propio con el Partido Demócrata Progresista; Manuel Estrada y Pedro Goyena que apoyarían movimientos católicos). Fue interesante la conclusión escuchada de que a pesar de que muchos de estos hombres integraron aquella Unión Cívica, ningún otro partido político recuerda los “hechos del Parque”, solo lo hace el Radicalismo. Martini hizo un llamamiento a no quedarnos en el pasado, ya que más allá de las analogías aquellas circunstancias si bien parecidas son distintas a las actuales (recordó a Heráclito cuando afirmaba que “no nos bañamos dos veces en el mismo río”, en alusión al agua que corre). Pero resaltó que las rocas del río son las mismas. La roca representan los valores y principios de la libertad y la república que abraza el Radicalismo.

Con una emotiva participación cerró la jornada el maestro Tulio Bernasconi. En principio no iba a hablar ya que no se encontraba muy bien de salud. Pero manifestó sus “ganas” de hacerlo al escuchar a sus antecesores en la palabra y al ver al grupo de asistentes en donde había jóvenes. En un acto de imaginación habló con los héroes sepultados en el panteón (allí están los restos de: Leandro Alem, Hipólito Yrigoyen, Pelagio Luna y Arturo Illia), agradeciéndoles el esfuerzo y contándoles los desafíos que tiene la Argentina hoy. Resaltó que el peronismo se dice que es un sentimiento. Pero el sentimiento es algo muy abarcativo que puede ir desde el amor más profundo al odio más recalcitrante. Por ello afirmó que el Radicalismo también es un sentimiento pero equilibrado con el don del razonamiento. Recalcó que para los radicales el poder es una circunstancia, lo permanente es la lucha por la causa.

Los discursos fueron creciendo en intensidad y ardor, como el día, que ya no era frío sino que nos abrazaba con los cálidos rayos del sol y una temperatura más que agradable.

Don Tulio, embargado de emoción, nos invitó a entonar nuestro Himno Nacional con pasión. Finalmente nos despidió el “locutor” Turi Lòpez Santos , no sin antes cantar la primera estrofa de la célebre “Marcha Radical”.

Así nos despedimos de nuestros grandes muertos, que nos señalan el camino. Así salimos convencidos, una vez más, que ante las crisis y la necesidad de defender las instituciones de la Democracia la sociedad mira, sin dudar, hacia la Unión Cívica Radical.

Dr Hugo Turrini

miércoles, 22 de julio de 2009

ALEM DURO E INTRANSIGENTE. ALEM PATRIOTA. ALEM VIGENTE


DISCURSO PRONUNCIADO EN EL MITIN DEL ROSARIO,

EL 24 DE AGOSTO DE 1890


Conciudadanos : Bienvenidos seáis a ocupar el puesto que vuestro deber os señala; bienvenidos seáis a tomar participación en esta verdadera revolución política y social.


Este país había llegado al extremo de ver comprometido el honor nacional. No existía más que la dignidad ultrajada, la libertad perdida, la dilapidación entronizada, la esclavitud constituída, y las voces de ultratumba de nuestros mayores nos pedían estrecha cuenta de nuestro silencio, de nuestra conducta, de nuestra debilidad, de sus sufrimientos ante el escarnio y la befa y el absolutismo de los poderes públicos.


Hubo un sacudimiento general; despertó la opinión y el pueblo se ha dispuesto a romper las cadenas que le oprimían: por eso vemos ese estallido de entusiasmo, esa explosión de sentimientos que a todos nos unen en la llama vivificadora del patriotismo. ¡Desgraciados los pueblos que se hallan animados por el sensualismo ! ¡Desgraciados los pueblos que no tienen ideales!


Por no tener ideales cayó la antigua Roma con toda su corte de bajezas y de inmoralidades; por no tener ideales cayó el Perú en la postración más abyecta ; por no tener ideales Francia fué esclava de los reyes y pasto de los palaciegos; por no tener ideales la República Argentina ha sufrido la ignominiosa presidencia de Juárez!


Porque en momentos de angustia olvidamos estos sagrados ideales, porque hicimos de nuestras comodidades materiales, concentración de nuestros sentidos y aspiración única de nuestros espíritus, nos hemos visto vejados, ultrajados y deshonrados en nuestras afecciones más caras, sin que a duras penas asomase el sonrojo en nuestras mejillas y palpitaran de vergüenza nuestros corazones.


Al fin miramos a nuestro rededor, consultamos nuestras conciencias, levantamos nuestras frentes, sacudimos nuestro letargo, nos inspiramos en nuestras convicciones, dirigimos los ojos hacia la bandera de la patria, y el pueblo ha recuperado su dignidad y se halla dispuesto a sostenerla, aleccionado por el pasado.


En esta regeneración política y social, el ejército ha hecho causa común con el pueblo. El ejército está constituído para defender las leyes y las instituciones, no para servir de pedestal a las tiranías; y por eso el ejército, que es argentino, y por lo tanto patriota, al ser hollados los fundamentos de la nacionalidad, al contemplar menospreciadas las libertades y suspendidas todas las garantías, al ver mancillado cuanto más noble y más digno y más santo conservan los códigos del país, al vislumbrar la ruina moral y económica de la República, precipitada por un hombre y una camarilla dueña y señora de vidas y haciendas, se levantó en cumplimiento de su deber y fué a la lucha a pelear ya morir por la causa del pueblo, que eran su causa: por la ley y por la libertad !


Nos hallamos en los principios de la senda colocada frente a nuestros ojos, y es necesario recorrerla hasta el fin, en todas sus escabrosidades, a costa de todos los sacrificios, como corresponde a nuestra historia y a nuestros antecedentes nunca desmentidos ni manchados. Dejad esa tendencia de esperarlo todo de los gobernantes y grabad en vuestra conciencia la convicción de que este proceder rebaja el nivel moral de los pueblos.


Cuando un hombre está en el poder, necesita el consejo, el apoyo, el cariño y el aliento de sus gobernados, que han de ser sus amigos, no sus vasallos ; pero si ese hombre se olvida que se debe al pueblo y no respeta derechos ni constituciones, el pueblo tiene la obligación de recordarle los deberes de la altura, e imponerle su soberanía, si no por la razón, por la fuerza !


LEANDRO ALEM

martes, 21 de julio de 2009

TENIENTE CORONEL GREGORIO POMAR: UN MILITAR DE LEY


GREGORIO POMAR fue un militar del que estamos orgullosos no solo los radicales, sino los que valoramos la República. Siendo edecán de don HIPÓLITO YRIGOYEN, vivió la destitución de éste a manos del primer golpe de Estado encabezado por José Félix Uriburu, quien se sentó "de facto" en el sillón presidencial, ultrajando la Constitución Nacional y la voluntad popular expresada en las urnas dos años antes.

Don Hipólito fue confinado a Martín García y el gobierno filo fascista intentó vanamente desprestigiar al primer presidente elegido tras la sanción de la ley Sáenz Peña (voto universal, secreto y obligatorio).

Dispuesto a reinstalar la vigencia de la ley, el teniente coronel Gregorio Pomar fue el artífice de la "Revolución de 1931", sublevando el Regimiento 9 de Artillería de Corrientes, el 20 de julio de 1931.

En enero de 1933, nuevamente Pomar, intentó sin éxito sublevar el Regimiento de Concordia en Entre Ríos.

Tras el nuevo fracaso, debió exiliarse.

En la década del 40, Pomar volvió a la Argentina y fue electo Diputado Nacional por la Unión Democrática en 1946, año en que triunfó el candidato del Partido Laborista: Juan Domingo Perón.

Ante la reorganización partidaria tras la aventura del 46, Pomar ocupó cargos en la UCR. Presidiendo el partido, se negó a su reelección como Diputado. Otro gesto de fidelidad a su viejo líder ya fallecido. Estuvo a cargo del Comité Capital de la UCR en los años 1950-1953. Falleció en 1954.

El Teniente Coronel Gregorio Pomar arriesgó su vida en defensa de las instituciones violadas con el golpe del 30 y con el fraude de 1932.
HUGO TURRINI

DE LA RÚA POR DE LA RÚA


Los radicales nos hacemos cargo de nuestra historia. A una década de la presidencia de Fernando de la Rúa debemos analizar desapasionadamente los hechos de la última gestión. En esta primera entrega queremos recordar una entrevista a su principal protagonista. No le vamos a escapar al "bulto". Fernando de la Rúa es radical, un correligionario de toda la vida. Su trayectoria es amplia y (en general) exitosa: candidato a vice presidente de Ricardo Balbín, precandidato a presidente de la Nación en 1983, senador nacional y diputado nacional (uno de los mejores legisladores de la historia), jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (de correcta gestión), presidente de la Nación (con una gestión y final difícil a seguir evaluando). Claro, el último paso, el más importante podemos considerarlo un fracaso, una frustración para todos los radicales, para todos los argentinos. La historia se encargará de analizar los pormenores de su gobierno. Aquí su visión del tema. Espero sus comentarios. Son necesarios para el debate. Un fuerte abrazo radical.

Hugo Turrini


—¿Sigue pensando que Duhalde fue uno de los principales culpables de su caída?
—Esto lo organizaron, no fue casual. Desde la provincia de Buenos Aires se organizaron los levantamientos. Y Duhalde lo anunciaba con anticipación, le voy a citar un testigo insospechado que es José María Aznar: estuve con él el año pasado y me contó que meses antes de mi renuncia, Duhalde fue a pedirle ayuda porque él se iba a hacer cargo del gobierno, y Aznar le dijo: “Pero ¿cómo? Si el Presidente es amigo mío y está en funciones todavía”. A lo que Duhalde respondió: “Sí, bueno, pero yo me voy hacer cargo”.


—Es muy serio lo que usted dice que le dijo el Presidente español.
—Nadie discute que ese golpe civil existió, sumándose a lo que quería el FMI con Keller y Anne Krueger.


—Mire, justo tengo confirmado con José María Aznar un reportaje, el próximo miércoles. Espero que su declaración no anule ese reportaje y obviamente lo que usted me está diciendo será mi primera pregunta. Veremos qué responde. Sigamos con los protagonistas locales, ¿cuál fue el papel de Ruckauf?
—Era el gobernador de la provincia que anunciaba que quería irse lo antes posible. Cuando Alfonsín me cuenta que viene de estar con Duhalde y que Duhalde le dice que el gobierno lo tiene que terminar la Alianza porque ganó las elecciones, pero eso sí, con otro presidente, me pregunté: “¿Quién es para decir que el presidente electo por el pueblo tiene que irse?”. Alfonsín lo rechazó, pero me parece que debió poner más énfasis y creo que estaban en eso, en ese plan. Le gustaba hablar de que yo parecía enfermo, que estaba medicado, cosas así se le ocurrían. ¿Y qué nos decían de los organismos financieros internacionales? Que nuestro problema era político. Y es cierto, era político, teníamos ahí un germen de rebelión. Yo nunca me imaginé que juzgaran esta desgracia de lanzar a la gente, estos ataques insensatos que provocaron los 30 muertos, no en la Ciudad de Buenos Aires como dice el presidente Kirchner, fueron en la provincia de Buenos Aires, en Entre Ríos, por la forma en que actuó la Policía. Y en la Plaza de Mayo tampoco fue por la represión policial, ésa es la investigación que se está llevando a cabo. Por lo pronto, el día 19 de diciembre, en que hay un cacerolazo, Ruckauf manda a retirar la custodia de la residencia de Olivos confiada históricamente a la Policía de la provincia. Intendentes amigos de él están filmados orientando a la gente a asaltar negocios. Quisieron provocar lo mismo que le hicieron a Alfonsín.


—¿Usted se queja de Alfonsín?
—No voy a incurrir en responsabilizar a Alfonsín de aclarar mejor ese diálogo con Duhalde. Pienso que él estaba muy incómodo con Cavallo, pero yo decido renunciar cuando ya desde la casa de Alfonsín me llama el presidente del bloque de senadores para decirme que a juicio de ellos no había nada que hacer, que consideraban conveniente mi renuncia. Lo que se produce después de que hablaron con Duhalde.


—Reitero: ¿usted acusa a Alfonsín de haber hecho poco?
—No sé si podía más. Sé que hubo un grupo de radicales de la provincia que estaban felices, que son los que han pactado siempre con Duhalde en la provincia.


—¿Se arrepiente de haber renunciado?
—En ese momento se había diluido el poder político, con violencia en la calle, y sin mayoría parlamentaria como para aprobar las medidas necesarias y recuperar la situación financiera; mi decisión frenó la violencia, salvó las instituciones, evitó que fuera un derrocamiento, y lo facilité a través de mi renuncia.


—¿Qué habría pasado si no hubiese renunciado?
—Habría continuado la violencia porque estaba muy alimentada y planificada. Un solo caso ya es penoso.


—¿No tiene la obligación el Presidente de resolver la situación sin renunciar?
—Depende de cómo se mire. Para mí, la vida es un bien superior.


—¿En estos años no dudó?
—Nunca he dudado, he examinado a ver si había un resquicio, algún camino, pero teniendo en contra la mayoría parlamentaria justicialista, que empujaba para la caída del gobierno... Teniendo en contra a los líderes de mi partido que alentaban también la renuncia y pensaban que les iba a ir mejor con el peronismo y que se recuperarían...


—¿Fue un error haber declarado el estado de sitio?
—Sí, y lo declaré por un clamor de Ruckauf que me fue transmitido por Cristian Colombo y el ministro del Interior Mestre. Ellos (los bonaerenses) iniciaron los hechos violentos pero después la situación se nos iba de las manos. Entonces nos pedían apoyo de la gendarmería y después pidió que declarásemos el estado de sitio para que la gente reaccionara y me fue pedido que se declarara en todo el país porque también lo pedían los gobernadores del interior. Luego yo lo derogo, al día siguiente, porque tras mi renuncia se pacifica levemente la situación. Pero al asumir Puerta dice que ha sido un error derogarlo y lo restablece.


—¿Cree que fue un error?
—Fue un error porque nos indujeron a error, porque no se utilizó.


—¿Los piquetes fueron un tipo de protesta que el Estado en 2001, no estaba preparado para responder?
—Nosotros no tuvimos mayor problema con los piqueteros, salvo el último día que vinieron estos grupos. En el Conurbano fueron los intendentes, como el intendente West que aparece filmado encabezando la marcha de la gente que va a los negocios, y eso produce violencia, pero no habíamos tenido problemas. Juntos teníamos buen trato con los piqueteros porque tenían reclamos de asistencia social que satisfacíamos. El fenómeno piquetero se acentúa después, en 2002, y son los que marchan por Avellaneda cuando se produce la tragedia de Kosteki y Santillán.


—¿Y los cacerolazos, al tratarse de la clase media y su propio electorado, emocionalmente le afectaron más?
—Desde luego es penoso un cacerolazo pero Menem tuvo varios bocinazos, cacerolazos y por eso no cayó el gobierno. En Uruguay hicieron cacerolazo pero el Frente Amplio no estaba en derrocar al gobierno, no por eso caían. Sólo acá, porque había un justicialismo y un sindicalismo ambiciosos que querían tumbarnos.


—¿Cuando vio por televisión la caída de las Torres Gemelas de Nueva York el 11 de septiembre de 2001, percibió que se trataba de un hecho contraproducente para la eventual ayuda de Estados Unidos ante la crisis financiera de la Argentina?
—Lo vi como un hecho de gravedad para el mundo y me acuerdo de que de Cancillería me hicieron llegar un texto de solidaridad que consideré inaceptable porque a veces Cancillería redacta como tomando recaudo y cuidado. Yo lo deshice y lo reformulé de manera explícita y franca. No lo pensé así como usted lo plantea, porque el día anterior nos había llegado el primer libramiento de un apoyo del FMI que lo había conseguido personalmente luchando con el presidente Bush, con Tony Blair, con todos los líderes, que el apoyo es fundamental ya para salir, lo que sí vi fue que el episodio de las Torres Gemelas cambiaba los ejes. Supuse esta situación superable. Lo de las Torres Gemelas trajo una retracción de la economía, hizo que bajara la recaudación fiscal, entonces los directivos del Fondo, Keller y Anne Krueger, dijeron: “Si no vuelve a los niveles de recaudación anteriores a septiembre, le cortamos y no le damos el segundo libramiento”. Y qué íbamos a alcanzarlo si lo de las Torres Gemelas significó una parálisis en el mundo.


—¿Qué siente cuando ve la repetición de la imagen de usted dejando la Casa de Gobierno en helicóptero?
—Que están utilizando una imagen que han querido crear como símbolo. En el fondo, ésa ha sido la rutina de los 600 días de mi presidencia. Lo tomaba a cien metros en la plataforma, ese día me dijo el jefe de la Casa Militar: “Mire, lo hemos puesto acá para evitar desplazamientos, para que no haya necesidad de tomar otros resguardos”. Yo pensé en el riesgo del edificio, y me dijo: “No pero está sostenido, y hay que subir ya porque no se puede quedar más tiempo. Le hice caso”. Pero me hubiera fotografiado lo mismo si me hubiera ido de la plataforma. Ahora, le venía bien para la foto, yo seguía siendo presidente. Además yo no huía, yo me iba a la sede del gobierno que era también la residencia de Olivos, yo no me fui ni a un cuartel, ni a un hotel ni al interior.


—Usted acababa de renunciar.
—De mandar la renuncia. Pero al día siguiente volví, derogué el estado de sitio y recibí a Felipe González.


—Pero en ese momento acaba de renunciar y ese vuelo desde un punto de vista visual era asociable al de Isabel Perón.
—Era, pero no estaba yo en plantearme temas de imagen.


—¿En ese último vuelo a la residencia de Olivos qué pensó?
—Estaba muy convencido.


—Pero esa mañana, cuando salió para la Casa de Gobierno, ¿no pensaba en renunciar?
—No, porque la noche anterior hubo una reunión de dirigentes justicialistas y radicales y había coincidido en hacer un gobierno de alianzas, satisfacer las exigencias del justicialismo que ya tenía mayoría parlamentaria, revisar cuatro o cinco puntos que ellos habían planteado... Al correr la mañana vi que eso parecía no cumplirse. Entonces fue cuando hablé por radio, hice un llamado a la pacificación, y la respuesta fue pedirme juicio político, un gesto del presidente, lo dijo Roggero. De modo que lo mío era un gesto de renunciamiento, yo lo veía como patriótico, algo que estaba convencido que era la legitimidad institucional del presidente, entonces no me sentía vencido, yo pensaba que la patria a veces necesita de esos gestos y yo lo había dado sin dudar y con firmeza, así que no me sentía ni deprimido ni me escapaba. Pienso que la noche anterior había sido de riesgo porque al retirar Ruckauf la policía de la provincia, había algunos grupos que avanzaban sobre Olivos, sobre la tapia. Me enteré al otro día que tuvieron que reforzar la presencia policial adentro, me da la impresión de peligro, pero a mí no me arredraba la sensación de peligro para nada, así que yo estuve ahí, no me moví para nada, me fui luego a la Casa de Gobierno, cuando vi que ésa era la situación, que habían impulsado esa violencia en la calle. Piense que esa violencia estaba digitada por grupos políticos que tenían mayoría parlamentaria. ¿Qué hacía yo? ¿Convocar a las Fuerzas Armadas?


—Mi pregunta es emocional, ¿cómo se sentía en ese viaje de retorno final a Olivos, qué pensó en el trayecto?
—Pensé que haber sido presidente había sido un gran destino para mí, que había hecho todo lo posible, había hecho la máxima dimensión del sacrificio para superar las dificultades que encontré. De modo que yo no estaba amargado ni deprimido. La verdad, después me he sentido peor, cuando vi que como estrategia los autores impulsaron en ciertos medios el desgaste permanente, la burla, la ironía, y el echarme las culpas de todo, que era un modo de justificarse. Por ejemplo, la apropiación de los depósitos se hace durante el gobierno de Duhalde, lo que se llamó “corralón”. Pero ellos hacían hablar sólo del “corralito”, cuando éste había sido una bancarización que permitía la disponibilidad de los recursos de los depósitos con instrumento bancario.


—Pero la gente tenía sus dólares o pesos convertibles en el corralito.
—Es el corralón el que produce el despojo.


—Usted se refiere a la ilusión de que todavía sus pesos eran dólares porque aún no se había devaluado.
—Claro, eso es lo que produce el despojo. Con Inés (Pertiné, su esposa) vendimos el departamento de la calle Montevideo y el importe de la venta había sido depositado. De modo que ahí quedó, ¿devaluado por quién?, por la devaluación de Duhalde. Así que ahora me encuentro con que tengo mucho menos de lo que tenía porque perdí aquel departamento, que era bastante grande, y hoy tengo un “pañuelito” que es lo único que me pude comprar.


FUENTE : DIARIO PERFIL

UN VOTO REPUBLICANO


Una sensación de tranquilidad inundó el espíritu de los argentinos en las últimas horas del domingo(28 de junio). No respondía a entusiasmos ideológicos, ni a pasiones desatadas que hubieren logrado concretarse. La sensación era de desahogo, distensión, liberación.Tampoco fue una expresión “antiperonista”, como lo intentó instalar, voz en cuello, el ex presidente Kirchner durante la campaña. Numerosos dirigentes peronistas ganaron en sus distritos y provincias, sin participación del presidente del Partido Justicialista, invitado a no acercarse por su negativo efecto electoral.


Por el contrario, lo mejor de la Argentina histórica habló en este comicio. Como si el eco del bicentenario, al que nos acercamos, amplificado por el mensaje republicano de nuestro último muerto ilustre, Raúl Alfonsín, hubiera impregnado la decisión ciudadana superando barreras de identificaciones partidarias, sociales, regionales, educativas.La Argentina habló con voz republicana. El setenta por ciento de los compatriotas, una mayoría de dimensión realmente “constitucional”, puso en caja la tendencia al desborde autoritario, al mandonaje y a la falta de respeto del poder hacia los ciudadanos. Pidió diálogo, generación de consensos, patriotismo, humildad.


Esa mayoría es la base de la reconstrucción de la Argentina exitosa. Un país que con este pronunciamiento se reencauzará en sus valores históricos retomando el camino iniciado hace dos siglos cuando decidió darse a la tarea de construir una Nación sobre la base de principios fundacionales expresados magistralmente en los documentos iniciales.“Mayo, progreso, democracia”, sintetizaba con visión el Dogma Socialista, instrumento canónico dela “Generación del 37”. Un país “republicano, representativo y federal”, sentenciaba, a su turno, la Constitución Nacional.


No son palabras vacías. Mayo es el autogobierno, la autodeterminación, la libertad para decidir el destino común. Progreso, que significa acrecentar la riqueza, mejorar la calidad de vida, incluir cada vez a más cantidad de compatriotas en los frutos del crecimiento. Y democracia, que califica la independencia y el progreso con el requisito ineludible del respeto a los ciudadanos, que en conjunto y conformando el “pueblo”, son la justificación última de cualquier poder.Ese fue el sentido del voto. Ni oficialista, ni opositor. Republicano. Porque fue oficialista en algunos distritos y opositor en otros. Pero en todos los casos, atravesado por la decisión de erradicar este reverdecer de la intolerancia, del “anti-mayo”, del “anti-progreso” y de la “anti-democracia” enseñoreado en el país a partir de la última y dolorosa crisis de cambio de siglo.


Republicano es también volver al Preámbulo. Es curioso percibir cómo aquellos objetivos diseñados a mediados del siglo XIX como justificación de la decisión de darle una base normativa a la vida en común mantienen, entrando el siglo XXI, cuando cambian los paradigmas, se cosmopolitiza el mundo, se globaliza la economía, se universalizan los reclamos de dignificación de los excluidos y se extiende la protección de los derechos humanos más allá de las fronteras, aquel rezo laico recitado por tantas generaciones de argentinos sigue siendo la brújula que reorienta a la opinión nacional en cada momento de conmociones y crisis.


Un voto republicano de ciudadanos que no han dejado de serlo y que hace reverdecer el íntimo orgullo de ser argentinos.


RICARDO LAFFERRIERE
Abogado, Ex Senador y Diputado Nacional, ex Embajador argentino en España. Autor de varios libros
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domingo, 19 de julio de 2009

LA UNIÓN CÍVICA Y LA REVOLUCIÓN DEL PARQUE

Comenzamos una semana muy especial para todos los radicales, para todos los "cívicos". Es la semana que culmina el 26 de julio , en que conmemoramos 119 años de la "Revolución del Parque". Aprovecho la ocasión para dejarles este recuerdo que armé caseramente, con la música de fondo del tango de Domingo Santa Cruz, titulado "UNIÓN CÍVICA" (un clásico de la "guardia vieja"), a través de una genial recreación del maestro OSVALDO PUGLIESE.
Este es mi regalo por el día del Amigo y como inicio de la emblemática semana. Un abrazo a todos mis correligionarios!!!
Hugo Turrini

jueves, 16 de julio de 2009

RADICALES: POR LA UNIDAD Y CON LA MÍSTICA MILITANTE


Comenzamos a trabajar por un Radicalismo participativo, que sea una verdadera opción de gobierno en el 2011.

Un grupo de radicales de la provincia de Buenos Aires hemos decidido trabajar mancomunadamente por sobre líneas internas para "construir" a partir de la doctrina, la mística y la historia: la Esperanza. Solo competiremos en elecciones internas. Antes y después desarrollaremos en unidad los puntos en común.

Somos militantes que oscilamos entre los 35 y 45 años. Muchos vivimos la "primavera democrática" siendo adolescentes. Hay muchos de estos "jóvenes" que participaron plenamente en aquel proceso y vivieron a "full" la militancia. Con el tiempo (y las necesidades domésticas...) se fueron apagando. Muchos formamos nuestro hogar. Desarrollamos nuestro trabajo. Tuvimos hijos. Pero esos "radicales latentes" volvimos a despertar a partir de la mezcla entre nostalgia y Esperanza. Con los veinticinco años de Democracia. Con la desaparición física de Raúl Alfonsín. Alfonsín duerme y muchos radicales despiertan. La Democracia despierta en su "último milagro político". Ha vuelto la pasión en muchos de nosotros. Hemos recomenzado a andar las calles. A abrir los comités. A predicar a los jóvenes ese credo laico que bebimos de Alem, Yrigoyen, Illia, Crisólogo Larralde, Balbín, Alfonsín...

Hay que transmitir ese fuego a las nuevas generaciones, apartadas de la política, al semillero que necesitamos para seguir adelante. El Radicalismo debe revitalizarse.

Hay que recobrar a aquellos, nuestros "viejos radicales" que se quedaron en sus casas o se van a jugar a la bocha, pero un día reventaban los ateneos.

Hay que reinstalar el aprendizaje doctrinario e histórico del Radicalismo, el debate político y estudio de propuestas de cara a la sociedad.

Anoche nos reunimos en Avellaneda: los locales, gente de Morón, Haedo, San Martín, Lanús, Quilmes y otros puntos de la provincia. Las líneas internas?? No sé. Las suponemos y sabemos que somos distintos. Pero no hablamos de eso. Hablamos del pasado. Hablamos del presente. Sobre todo : del futuro. Elaboramos mínimas estrategias para trabajar juntos.

POR UN RADICALISMO GRANDE QUE HAGA GRANDE A LA ARGENTINA!!!!!!

Dr Hugo Turrini

lunes, 13 de julio de 2009

LOS DOLORES ARGENTINOS NO TOLERAN MÁS NEGLIGENCIA NI SOBERBIA


Negligencia, impericia, ignorancia cuasi criminal, cálculo electoral mezquino, muchos pueden se los calificativos que pueden caer sobre el manejo que las autoridades han llevado a cabo en torno a la gripe A.


Desde la presunta manipulación de datos o números de la epidemia hasta la inobservancia de las recomendaciones o protocolos de organizaciones internacionales.


Asimismo, mientras el país conocía de boca del nuevo ministro la existencia de 100 mil infectados, la Presidenta lisa y llanamente se escapaba disfrazando esta conducta en una gestión protagónica internacional, acompañando al Presidente Hondureño derrocado Zelaya a la vuelta a su tierra.


Lo mismo que el viaje por la selva colombiana de Néstor, o el viaje a Cuba el mismo día que asumía Obama, una paparruchada.


En unos meses, no hablaremos más ni de barbijos ni de oseltamivir, y volveremos con los primeros calores al repelente y la descacharrización, pero hay tragedias Argentinas que no son estacionales, por ejemplo que uno de cada tres salteños menores de seis años está desnutrido. “Ni repelente, ni oseltamivir, a estos chicos les falta olla”, explica Gladys Pernas, la jefa del Servicio de Recuperación Nutricional del Hospital de Niños Jesús de Praga de la ciudad de Salta.


Hace 46 años triunfaba en las elecciones presidenciales Arturo Illia, como médico había realizado investigaciones con el doctor Salvador Mazza sobre paludismo y mal de chagas en la provincia de Córdoba. Durante su gestión se sanciono la Ley 16.462, también llamada Ley Oñativia en homenaje al Ministro de Salud. La misma establecía el carácter de los medicamentos como un bien social es por ello que fijaba una política de precios y de control de medicamentos. Esta ley surge, a partir de un estudio realizado por una comisión creada por el Presidente Illia sobre 300.000 muestras de medicamentos. Muchos de estos medicamentos no eran fabricados con la fórmula declarada por el laboratorio y su precio excedía en un 1000% al costo de producción.


Un estado presente, con políticas activas, no un grupo de advenedizos mesiánicos e intolerantes que agravan día a día los dolores argentinos.


DR GUSTAVO ARAMBURU