Una de las primeras decisiones de Raúl Alfonsín, al asumir la presidencia en aquellos días de diciembre de 1983, fue la de esclarecer el pasado inmediato de horror, que había vivido la Argentina desde la negra noche del 24 de marzo de 1976. Para ello se formó una comisión investigadora, integrada por personalidades reconocidas y presidida por el escritor Ernesto Sábato.
La Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas entregó el resultado de su trabajo al Presidente de la Nación, el 20 de setiembre de 1984, tras poco más de diez meses de intensa labor investigativa.
El Informe suministrado daba cuenta de 8.961 personas desaparecidas. Casos comprobados. Con nombre y apellido. Ese informe de la CONADEP se transformó en el libro: "Nunca Más", en donde consta todo lo investigado y las atrocidades de los secuestros, de los centros de detención, las torturas.
La ardua tarea de la también llamada "Comisión Sábato" fue la plataforma, la base en la que se sustentaron los posteriores juicios a las Juntas Militares, que terminaron con las sentencias de fines de 1985 contra los principales responsables de la violencia esgrimida desde el Estado.
El gobierno de la Democracia recibía las carpetas escalofriantes en la Casa Rosada.
Los Kirchner se jactan de su labor para dilucidar el terrorismo de Estado, de su preocupación por los derechos humanos (para atrás) y se han animado a vociferar que nada se había hecho al respecto desde el retorno de la Democracia.
A dicha mentira le anteponemos la decisión política de Raúl Alfonsín, quien antes de ser presidente había abogado por el respeto de la vida y los derechos fundamentales, mientras otros se dedicaban a amasar fortunas sin oponer resistencia alguna a los dictadores y , luego, apoyando el desmantelamiento social del menemismo.
Dr Hugo Turrini
No hay comentarios:
Publicar un comentario