Hoy, 12 de octubre, recordamos las asunciones de los presidentes radicales: Hipólito Yrigoyen (1916 y 1928), Marcelo Torcuato de Alvear (1922) y Arturo Umberto Illia (1963).
Pero también queremos evocar a un trovador moreno de nuestras pampas. Aquel especialista en el arte de improvisar con su canto sobre las temáticas que se le plantearan. Gabino Ezeiza, a los 58 años, murió "el día que más hubiese anhelado vivir...", el día que su referente político, Don Hipólito, asumía la Presidencia de la Nación. Allí se fue, en su humilde vivienda del barrio de Flores. Pobre, como todos los grandes juglares del pueblo.
Les comparto una milonga que, con justicia, evoca al autor de "Heroica Paysandú".
Gabino: payador y radical.
Hugo Turrini
El adiós de Gabino Ezeiza
Buenos Aires de mi amor,
¡oh, ciudad donde he nacido!
No me arrojes al olvido
yo, que he sido tu cantor.
De mi guitarra el rumor
recogió en sus melodías,
el recuerdo de otros días
que jamás han de volver,
los viejos cantos de ayer
que fueron las glorias mías.
Esperanzas que ya no hay,
coplas y cielos ardientes,
La diana de los valientes
volviendo del Paraguay.
Cantos de patria, pero ¡hay!
que en la guitarra argentina,
que en la guitarra argentina
melancólica se inclina
para decirles adiós,
mientras se apaga la voz
de las milongas de Alsina.
Por eso vengo a cantar
mi trova de despedida,
que hoy la tarde de la vida
mi alma ya empieza a nublar.
Nadie volverá a escuchar
de mi guitarra el rumor,
de mi guitarra el rumor,
cantos de gloria y de amor
de la ciudad en que he nacido,
no me arrojes al olvido
yo que he sido tu cantor.
Milonga 1933
Música: Enrique Maciel.
Letra: Héctor Pedro Blomberg
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