miércoles, 4 de noviembre de 2009
MOISÉS LEBENSOHN POR ALFONSÍN
LEBENSOHN Y LA ACTUALIDAD
Por Raúl Ricardo Alfonsín
Decía Moisés Lebenshon, al inaugurar un Congreso Juvenil en 1952: "Salvemos a la Argentina…liberando a nuestra patria de la presión internacional y de los factores económicos y sociales que la configuran. Si logramos hacerlo, veremos entonces cómo en la Argentina no habrá más fraude, ni dictadura, ni iniquidades que se cometan contra la dignidad del hombre y del pueblo. Este es el gran programa del radicalismo y de la juventud: liberar a la patria. Debemos cumplir esta misión en momentos en que cruje la estructura del mundo;… en que las fuerzas del privilegio internacional luchan por mantener el "status quo" en todas las áreas que controlan y sin reparar en medios ni formas. Debería ser éste el momento en que los argentinos habláramos el idioma de San Martín y conquistáramos nuestra independencia total ante todas las naciones del mundo, repitiendo palabras de Irigoyen, según quien la vida de los hombres debe ser sagrada para los hombres y para los pueblos."
Estos pensamiento de ese extraordinario luchador por la democracia, la justicia social y la lucha contra la presión internacional que fue Lebenshon, cobran en la actualidad más fuerza que nunca, ante los desmanes imperiales del gobierno de los Estados Unidos y las presiones inadmisibles que vienen sufriendo los países que se oponen a su oprobiosa política.
Desde luego, después de la invasión a Irak y el consecuente inicio de una guerra sin tiempo y sin códigos, no podía esperarse que las presiones desaparecieran y, sobre todo, que no recayeran con más fuerza en nuestra América Latina, luego de advertirse las primeras consecuencias del desastre ocasionado.
Sucede que ahora se nos pretende vincular a tareas que logren impidir cualquier tipo de acción de lo que han dado en llamar la democratización de Irak para regresar a la normalidad institucional, claro está, después de transcurrido el tiempo necesario para llevar a cabo todos los negocios.
Se nos ha pedido que enviemos a la gendarmería para garantizar la seguridad. Yo no sé bien, cual es exactamente la posición del nuestro gobierno. Pido disculpas si estoy equivocado, pero creo haber entendido de la lectura de los diarios que existe cierta desorientación, a juzgar por declaraciones que me parecieron distintas. Según creo recordar el Presidente de la Nación, en un primer momento, se refirió a la necesidad del requerimiento del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Posteriormente, luego de su muy buen discurso sobre las Malvinas, el Ministro Rafael Bielsa fue categórico en el sentido de que no se enviarían tropas, pero señaló un tanto confusamente que le expresó a Kofi Annan que la posición argentina se establecía en el marco de la resolución 1483 de colaborar en las tareas de la paz bajo el mandato de su delegado. Aunque agregó con gracia lo que interpreto como una fina ironía sumamente expresiva: "La oferta la tiene Annan y él nos tendrá que decir qué necesita, por ejemplo, instructores para la formación de la policía de tránsito de Bagdad."
Desde luego, queda claro que no lo harán si están a las órdenes de los invasores, pero observo actitudes más oscuras si llegara a tratarse de una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, aunque no corresponde tener dudas acerca de que el Canciller siguió instrucciones del Presidente.
Además, el propio Consejo de Seguridad ha actuado de manera que a mí entender le resta confiabilidad. Una vez que el gobierno de Estados Unidos advirtió las enorme dificultades con que se encontraba en Irak, decidió recurrir a las Naciones Unidas, a la que con anterioridad había despreciado y humillado. A partir de la resolución del 22 de mayo, la ONU y los invasores trabajan juntos en ese país. Dicho en otras palabras, el delegado del Secretario General, debe reconocer a "la autoridad", término con el que se define a las fuerzas de ocupación.
Nuestra posición es que desde ningún punto de vista y bajo ninguna circunstancia debemos enviar ninguna fuerza de seguridad. Conociendo lo que está sucediendo en Irak, donde la enorme mayoría del pueblo, sin distinción de religiones o partidos reclama cada vez con más ira que se retiren los estadounidenses. No puede caber duda que, estén a las órdenes de quien sea, su misión última será la de reprimir, y a esto, como lo decía Lebenshon, no lo podemos hacer, si queremos liberar a nuestra patria de presiones internacionales en momentos en que la estructura del mundo cruje más que en su época.
Si de ayuda humanitaria se tratara, la Argentina debiera echar mano a la organización de los Cascos Blancos, que esperamos que el gobierno no haya olvidado en su pertinaz búsqueda de originalidad.
Pero el Secretario general de la ONU ha tenido una idea peregrina: la de enviar fuerzas de paz a Irak, como si no supiera que los cascos celestes actúan cuando dos países en pugna lo solicitan, ya sea para garantizar la paz, o para resguardar las condiciones que dieron motivo a la terminación de la guerra. Desde luego, el caso de Irak nada tiene que ver con estas situaciones.
Decía Lebensohn que en cualquier otro sitio la Patria puede ser una mera expresión geográfica, pero en la Argentina es, no una porción de tierra, sino un contenido moral y un sentido histórico ligado a la idea fundamental de la libertad…los forjadores de nuestra libertad no quisieron crear un país más. Cuando el Gran Libertador descendió con sus tropas en las playas de Pisco, dijo una frase que es el lema de los argentinos: "Nuestra causa es la causa del género humano."… quienes se alzan contra el sentido de libertad y contra los contenidos profundos que dieron nacimiento a nuestra Patria, son perjurios del sentimiento de la Argentina."
Así ocurriría si alguien pensara en enviar nuestras fuerzas armadas a una mascarada del poder con el propósito de esconder la verdadera naturaleza de una guerra sin sentido, la masacre de civiles, las mentiras que embaucaron a los pueblos, y de esta manera convertirnos en complacientes seguidores de un oprobio histórico.
Es mi deseo que sirvan mis modestos pensamientos para poner de relieve la importancia y actualidad de los de Moisés Lebenshon y rendirle un homenaje sentido a quien considero una de las figuras preclaras de nuestra Nación.
Raúl Alfonsín, Junio de 2003.
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