miércoles, 25 de marzo de 2009

MEMORIA COMPLETA PARA CRECER


Recordamos una fecha terrible de nuestro calendario: el 24 de marzo. Aquellos días de marzo de 1976 se instauraba el “proceso militar” luego del golpe de Estado. Esta nueva , y para siempre última, dictadura cívico-militar cometió las más graves violaciones a los derechos humanos. Ya teníamos una larga historia de violencia encarnada en : guerras civiles, persecuciones, proscripciones, golpes, fraudes, censura, bombardeos sobre Plaza de Mayo, fusilamientos, etc.
Hacia fines de la década del `60 irrumpieron las organizaciones guerrilleras entre las que, lamentablemente, se destacarían el ERP y MONTONEROS. Estos grupos estaban integrados por muchos jóvenes que decía luchar por un mundo mejor y cometían actos “en nombre del pueblo”, poniendo bombas y asesinando a niños, mujeres y hombres inocentes, curiosamente, del pueblo. La locura terrorista se extendió y profundizó tras la muerte de Perón. También apareció la Triple A, dirigida por el Ministro López Rega, que también introdujo su cuota de muerte y sangre derramada.
El 24 de marzo se instauró la dictadura o el “proceso”. Cuando en 1983 Raúl Alfonsín se transformó en el primer presidente votado por el pueblo, en la restauración democrática definitiva del país, decidió la derogación de la ley de autoamnistía firmada por los dictadores antes de abandonar el poder.El Presidente Alfonsín creo la CONADEP (Comisión Nacional para la Desaparición de Personas) que, encabezada por el célebre escritor Ernesto Sábato, investigó los horrores cometidos por Videla y sus secuaces, volcando sus conclusiones en el libro: “Nunca más”, dando cuenta de secuestros, centros clandestinos de detención, torturas y desapariciones forzadas de al menos nueve mil personas.La Justicia de la Democracia condenó a los principales responsables de las Juntas Militares. También hizo lo propio con los otros hacedores de la violencia de los setenta: condenó a los principales cabecillas terroristas y extraditó a López Rega, que moriría en la cárcel. Lógicamente estos temas tuvieron avances y retrocesos, que culminarían con los indultos menemistas, pero son un símbolo de un Estado Democrático soberano que juzga y condena a través de su Justicia los delitos contra los Derechos Humanos.Es importante reflexionar en esa jornada especial de la “Memoria”.

La memoria es un baúl de nuestra mente donde guardamos recuerdos hermosos, tristes, alegrías, muertes. No sirve revisarlo para “volver a vivir” lo que nos dañó y volver a recrudecer odios, rencores y revanchismos. Sirve para revisarlo y actuar de otro modo. Priorizando , en este caso, el diálogo y la convivencia democrática en lugar del derramamiento de sangre o la persecución de los que piensan distinto.Asegurar los derechos humanos para atrás es importante. Pero también es fundamental ocuparnos de los derechos humanos en la actualidad y para el futuro. Falta mucho por hacer, a pesar de lo avanzado desde aquellas jornadas dolorosas. Aún no se respetan los derechos humanos cuando niños mueren por desnutrición o por enfermedades totalmente curables. No se respetan los derechos humanos cuando el paco o distintas drogas invaden las familias. No se respetan los derechos humanos cuando los niños son abortados sin ver la luz. No se respetan los derechos humanos cuando el padre de familia no puede llevar el pan a su mesa, cuando no puede acceder a un trabajo, a un salario o a una vivienda digna. No se respetan los derechos humanos cuando hay exclusión social y falta de educación. No se respetan los derechos humanos cuando cualquier loco “al volante” atropella y mata impunemente. No se respetan los derechos humanos cuando cualquier delincuente jala del gatillo en medio de una grave ola de inseguridad.... y la lista sigue.

Que esa bendita memoria nos sirva para sacar lo positivo y profundizar los valores democráticos. Para recordar como se violaron y como no deben volver a violarse los derechos humanos básicos, trabajando por asegurar la mayor cantidad de derechos humanos hacia el futuro.

Que sea utilizada con inteligencia para unir fraternalmente nuestras manos y alzar en alto la Celeste y Blanca y, juntos, poder construir en Paz, una Argentina grande y para todos.

Hugo Turrini

3 comentarios:

  1. Hola Hugo: Como expectador de la dècada del 70, y si bien no dejo de reconocer que es necesario, SENTAR JUSTICIA, me parece que hacerlo como en la actualidad, en que se JUZGA a solo un sector de los terroristas, los militares, es COMETER VENGANZA de uno sobre otro sector. Su Majestad La Justicia, serìa mejor servida, si ambos conten
    dientes RECIBIERAN DIGNO CASTIGO. Y con esto no pido beneficiar a nadie, sinò JUSTICIA EN VEZ DE
    REVANCHA. Es mi opini+òn. Gracias.- Jorge Hugo Ganduglia.-

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  2. la teoria de los dos demonios, solo permite justificar la matanza feroz. No exisitieron dos bandos enfrentados, sino un ESTADO que utilizó todos sus recursos para matar. Si bien nadie puede negar la exisitencia de gurpos guerrilleros, el ERP por ejemplo, estaba casi desarmado para los inicios del 76'

    disculpeme que discrepe, pero no es lo mismo la violación de los derechos humanos perpetradas por el poder del estado, durante la dictadura militar, que el asesinato fruto de la delincuencia o las conductas delictivas al volante. Son categorias que no se pueden igualar, sino se estaría cometiendo un grave error, ya que la persona que delinque, no selecciona sus victimas por cuestiones políticas, religiosas o culturales.

    saludos

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  3. Gracias Jorge Hugo por tu comentario.
    Gracias Gonzalo Agustín. Claro que no suscribo la teoría de los dos ( o de los tres!) demonios.
    En el párrafo que hablo de la memoria paso al final al indicar todo lo que nos falta realizar en el tema de Derechos Humanos. No estoy comparando el terrorismo de Estado con el accionar aislado de los delincuentes de la ola de violencia que vive el país. Estoy indicando que la noche pasó, pero aún no tenemos un sol refulgente. Por otro lado : la Vida es Vida y punto. Sabemos cuales fueron los hechos más graves, pero los actuales no dejan de ser graves como cuando un niño muere de hambre en uno de los países más ricos (e injustos) de la tierra.
    Abrazo a ambos.

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