ALFONSÍN EN TODAS PARTES???

Agradezco las múltiples invitaciones que he recibido, por distintas vías, para concurrir el martes a la investidura "Honoris Causa" del Dr Raúl Alfonsín en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UBA, en la facultad que me formó como abogado. Es volver a casa.
Sé que en los últimos tiempos Raúl había podido volcar gran parte de su conocimiento y experiencia en el ámbito del Derecho Político, en su rol docente, como escritor, a través de conferencias. Su vinculación con la facultad se fortaleció la última década.
Mi pregunta (que también me hice ante idéntico suceso respecto de la Universidad de La Plata), es si no hubo demasiado tiempo para haberlo hecho en vida del doctor. Alfonsín fue Presidente MC (mandato cumplido, porque para mí no existen los ex-presidentes) por veinte años.
Me parece merecido y excelente que el martes cumplamos con esta responsabilidad histórica pero: tuvieron que esperar que se muera??
Reproches o dudas aparte: estaremos; nos emocionaremos; nos ofreceremos a colaborar voluntariamente con la cátedra; aplaudiremos; acompañaremos a nuestros jóvenes de la Franja; vivaremos el eterno: "Alfonsín, Alfonsín"...
Raúl Alfonsín estará presente en la sangre, en los genes de Ricardo que, en nombre de su padre, recibirá el título.
Otro reproche, o disparador para reflexión puesto que soy docente también: calles, avenidas, posiblemente algún pueblo, plazas, escuelas, homenajes como éste, etc... Raúl Alfonsín por todos lados. "Está bueno".... Mi intención, más allá de ese reconocimiento general post mortem, es que vivamos, y la UCR principalmente, el Raulismo. En nuestra honradez; nuestra sinceridad; nuestra vocación política sin intención de enriquecernos sino de "construir" el bienestar general; sin andar saltando de un partido político a otro; conociendo y venerando nuestra historia; estando decididos a "poner el cuero" por la paz; debatiendo constantemente; entregándonos al otro; defendiendo, practicando y enseñando los valores democráticos y muchos etcéteras... de nuestro comportamiento, si lo cumplimos, será, sin descartar los hermosos homenajes públicos, la mejor forma de reivindicar al viejo líder, al Padre de la Democracia.
Soy radical y alfonsinista no por una vieja foto o la nostalgiosa evocación del 83 o un busto. Lo soy por los valores que representa el nombre de Raúl Alfonsín. Esos valores, adaptados a los tiempos que corren (distintos a la salida de aquella dictadura) deben reivindicarse y ponerse en práctica cada día para terminar de reconstruir el Radicalismo. Para construir un país serio, sin exclusión, donde reine el respeto mutuo y el apego a la ley, con su correlato de paz social.
Hugo Turrini