Como Raúl Alfonsín era un gran patriota y, además, un caballero, estaría atento a la salud de la Presidente y hubiese ido a visitarla en cuanto sus médicos se lo permitieran. Ese debe ser el ejemplo de los radicales.
Debemos dejar definitivamente atrás las antinomias y los rencores personales, pensando en el país. Aquel vergonzoso "viva el cáncer" de antaño, renovado con algún aislado "vivan las carótidas" de hace unos cuatro años, me parece venido de verdaderos criminales que desean la muerte de un ser humano y, si se extiende a Cristina, como algunos me hicieron entender, sería, además,de antiargentinos que quieren ver "muerta" a su Presidente. A la Presidente elegida dos veces con el voto popular. Un absurdo. Por lo menos, que no se digan radicales, menos, argentinos. Que no digan que son seguidores de Alfonsín.
El estilo de gobierno, el mayor o menor apego a las leyes, la mayor o menor calidad republicana, las sospechas de corrupción, la discusión de las ideas, etc, no deben darse en forma personal y llenas de odio o pasiones dañinas sobre un ser humano. Antes bien debemos orar los creyentes y proclamar sus buenos deseos aquellos que no practican ninguna religión. Me preocupa la salud de la Presidente ,fundamentalmente, por tres motivos. Primero, como ser humano (que adhiere al mensaje de Cristo); segundo, como argentino que quiere un país mejor (deseando que su gobierno llegue a buen término cumpliendo el lapso constitucional); tercero, como agradecido porque cuando Raúl Alfonsín estaba muy mal, muchos hombres de distinto signo político, entre ellos muchos kirchneristas me hablaron y me escribieron dándome ánimo y fuerza, como si se tratara de mi propio viejo. Desde lo político, Raúl es un verdadero padre para los radicales. El Padre de la Democracia.
Por eso mis deseos de pronta recuperación. Por eso mi anhelo de que vuelva pronto a ocupar el sillón de Rivadavia para trabajar por un país mejor hasta el 2015. Se acuerdan de la frase para la posteridad de Raúl: "Tenemos que querernos más los argentinos".
Las ideas, se debaten. Las personas, son sagradas para los hombres. Nadie deja de ser radical, al contrario, lo reafirma, como lo hizo Balbín con un Perón que , incluso lo había encarcelado, porque había algo superior: la República Argentina.
Los radicales seguiremos exponiendo propuestas superadoras al kirchnerismo que llega a su etapa final, con logros y fracasos, con el desgaste propio de una década. Cualesquiera sean las vicisitudes políticas, los radicales estaremos apoyando la gobernabilidad y la profundización democrática. Hemos aprendido mucho. Hemos vivido saqueos orquestados, golpes económicos, paros generales políticos, entregas anticipadas del poder. No queremos nada de eso para la Argentina. No ocurrirá.
Deseamos construir ese país donde los argentinos podamos mirarnos a los ojos y desearnos lo mejor, sabiendo que cada uno interpreta lo que considera mejor para el conjunto, aunque no sea nuestra misma idea. Debemos crecer en la diversidad.
Adelante radicales!! Adelante Argentina!! Fuerza y salud Presidente Cristina!!!
Hugo Turrini
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