Si tuviera que recordar el momento en que me volqué definitivamente al ideario radical debo decir que fue en 1983. Esto no sorprende a nadie. Fue un año emblemático. El año del regreso a la Democracia. El año de la gesta de Raúl Alfonsín junto al pueblo argentino.
Pero debo aclarar algo. Me "hice radical" ese año, pero mucho antes de la campaña de Alfonsín.
Asumí terminantemente esa bandera partidaria el 18 de enero de 1983. El día del fallecimiento de Arturo Illia.
Mi padre (balbinista, que jamás se afilió pero a los ochenta años sigue "predicando" el ejemplo radical), mis tíos (todos peronistas de la primera hora), mi maestra de 6º grado: todos me habían hablado de la honestidad cabal de ese presidente argentino, en ese momento un hombre mayor, canoso, muy delgado, austero, republicano.
En casa tenía las dos vertientes: papá que admiraba la verba de don Ricardo Balbín, que acompañó y siempre fomentó el voto radical aunque no era "practicante"; mamá, de la primera tanda de afiliadas a la juventud de Evita y de las primeras mujeres que votaron al establecerse el voto femenino. Los dos habían venido del campo, de distintas culturas, de distintas regiones del país. Se conocieron en una fábrica textil. Ambos fueron obreros, con todo lo que significó Perón en ese ámbito.
Siempre valoré el ejemplo de mi padre: había entrado en los ferrocarriles pero le faltaba un requisito. Le dijeron : "Está todo bien. Vaya y traiga el carnet de afiliado peronista y mañana empieza". Se "retobó" y nunca volvió a esa oficina. Raras veces pisó un comité. Pero su "fe" la llevaba, y hoy la lleva, muy adentro. Votó cuatro veces por Balbín, sin el éxito en las urnas pero por convicción.
Ese 18 enero de 1983, ATC transmitía en directo la llegada de los restos del viejo líder en avión (único cordobés nacido en Pergamino!!!). Haciéndose larga la espera se reproducían noticias y reportajes al dr Illia. Hubo una frase clave. Illia dijo: "A los 18 años me afilié al radicalismo. Hoy tengo 82 y lo volvería a hacer. Estoy orgulloso de mi partido...." Esa frase me impactó. Me dije: "Algo debe tener esa fuerza, para que uno de los presidentes y de los hombres más honestos de la historia haya mantenido su militancia en la UCR. Pensé: "Quiero pertenecer al Radicalismo y seguir orgulloso cuando sea anciano. Poder recomendárselo a mis hijos y nietos". Ese fue el "click".
Luego vino la epopeya alfonsinista. Mi ideario, mi filosofía se afirmó con todos esos sucesos del 83. La Vida triunfaba sobre la muerte. En todos los episodios, muchos discutibles, apoyé al presidente Alfonsín, ese por el que no pude votar al tener solo 15 años pero al que votaron mi padre y, curiosamente, mi madre que hasta hoy lo defiende. Mis dos viejos lloraron, como su hijo, con la partida de Raúl este año.
Esa fue la fecha crucial: 18 de enero. Se iba un gran radical, un gran argentino. Llegaban otros nuevos atraidos por su ejemplo.
Pero finalmente llego a una conclusión: por mis valores, mis principios, mi defensa a ultranza de las instituciones de la República, mi admiración a muchísimos hombres y mujeres del Radicalismo, ese día "no me hice radical". He nacido radical. Moriré radical.
Hugo Turrini
Hola. Soy Licenciada en Historia. Me hice Radical gracias a la Historia. En 5º año del Secundario, nos mandaron a hacer un trabajo sobre Historia de los Partidos Políticos, y yo elegí la UCR. Y me enamoré de la valentía, el coraje y la convicción de Alem. En 1997 (al cumplir los 18 años), me afilié al partido. Y estoy orgullosa de haberlo hecho.
ResponderEliminar