miércoles, 21 de enero de 2009

ESE ORADOR LLAMADO RAÚL ALFONSÍN (NOTA Nº 8)


Un 5 de mayo. Frío, muy frío. Me dirigí a la Rotonda de Villa Ballester. Hablaron algunos de los candidatos a concejales, a consejeros escolares, a intendente y, por fín, el que no era candidato. El mismo ex presidente . O Presidente. En eso apoyo a los estadounidenses. Alfonsín sigue siendo: el presidente Alfonsín. Entre cuarenta millones, solo uno. El destino de unos pocos (aún en un país en donde hemos tenido demasiados, por crisis constantes). Lo ví pasar frente a la "Farola" y allí me extendió un saludo con su mano, a lo lejos, rodeado de gente. Cuando comenzó a hablar: lo hizo pausado, lento, con debilidad. Fue subiendo la temperatura. Fue creciendo en pasión. Con maestría. Habló de muchos temas. Dijo que la industria se había destruído. Nombró a un oyente diciendo: "como la tricota que usa ese señor, ya no se hace más aquí"... Una mujer comenzó a gritar: "la desocupación es terrible, mi hija hace años no consigue nada....". Alfonsín piloteó la situación: " Desde ya disculpo esta amable interrupción..Tiene razón la señora....." Siguió discurseando. Había pasado la hora y cuarto. Seguía y seguía. Ya no sentíamos el frío. Había fuego en sus palabras y en su voz, a esa altura, sonora, estridente que, de pronto, bajaba su intensidad hasta tornarse casi inaudible, para volver a crecer y planear en las alturas de nuestras almas. Todos queríamos que siguiera. Llegó al fin. Se fue victoreado por el pasaje Esmeralda, que conduce a la salida del túnel de la Estación Ballester donde, presumo, lo esperaba un auto. Todos se fueron tras él, por la estrecha callecita, como si entraran por un embudo. Como siempre, Alfonsín, con paso rápido entró primero en ese embudo para volver a su hogar y descansar. Para seguir su discurso en otro lugar del país al día siguiente.Nuestros corazones salieron henchidos, como si hubiésemos escuchado a un predicador que habló de Salvación y Esperanza.

Esa fue la primera vez que con mis ojos veía a un presidente argentino. Veía a Raúl Alfonsín. El que, con la ayuda de todos, consolidó la Democracia.

Dr. Hugo Turrini

1 comentario:

  1. Hugo, comparto lo que sentís en referencia al discurso del Dr. Raúl Alfonsín. Lo comparto porque yo también viví esa experiencia en 1986, en el acto de inauguración de un hospital en San Isidro, donde me llevaron con el colegio. Yo en ese entonces tenía 16 años, pero me alcanzaban para darme cuenta que estaba frente a un gran hombre, sus palabras resonaban en mi cabeza adolescente y me hacían estremecer. Seguirá siendo siempre mi referente en lo que es la verdadera política y un ejemplo de vida republicana, algo que lamentablemente nos hace tanta falta.

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