Queridos correligionarios y amigos de la "Antorcha Radical", hoy quiero dejarles un excelente artículo del Dr. Javier Pablo Marotte (abogado y doctor en Ciencia Política). Trata acerca de un gran argentino. Un hombre de las filas radicales que llegó a vicepresidente: Pelagio Luna. Se los recomiendo y espero sus comentarios . Un fuerte abrazo.
Dr . Hugo Turrini
Del primer vicepresidente radical fallecido en 1919 en el ejercicio de su cargo, se rescata su austera modestia y su figura moral (Goyeneche, 1920 p.58), que en el desempeño de la segunda magistratura puso en notoria evidencia todos sus valores (Ferrari, 1920 p. 62). La recta fue la norma invariable de su conducta pública y privada, reafirmando con el alto concepto de magistrado intergérrimo sus condiciones de ciudadano probo e impoluto.
Dr . Hugo Turrini
Del primer vicepresidente radical fallecido en 1919 en el ejercicio de su cargo, se rescata su austera modestia y su figura moral (Goyeneche, 1920 p.58), que en el desempeño de la segunda magistratura puso en notoria evidencia todos sus valores (Ferrari, 1920 p. 62). La recta fue la norma invariable de su conducta pública y privada, reafirmando con el alto concepto de magistrado intergérrimo sus condiciones de ciudadano probo e impoluto.
Fue un ejemplo de virtudes ciudadanas (Pueyrredón, 1920 p.81; La Época, 25/06/1919) “acrisoladas” (La Razón, 25/06/1919); espíritu ecuánime (Villanueva, 1920, p. 82). Perteneció a las filas de la Unión Cívica Radical, sin ningún desfallecimiento en las épocas difíciles o en los contrastes, revelando una unidad de conducta, una consecuencia y una lealtad que fueron reconocidas por sus amigos y respetadas por sus adversarios. Poseía esas virtudes, esas abnegaciones, esas energías que han sido el cimiento de nuestra nacionalidad y que han contribuido a organizar, construir y consolidar instituciones (Idem).
Ante su tumba, el Nuncio Apostólico monseñor Vasallo de Torregrossa destacó su honradez e hidalguía en una vida que se vio desenvuelta sin transacciones que manchan ni debilidades que deshonran. El deber y la conciencia han sido en todo momento la norma constante e inmutable de todos sus actos. “Nadie ha podido poner en duda la rectitud de sus miras y la altura de su conciencia, que no ha sacrificado jamás ante ninguna conveniencia personal. Hombre de carácter y convicciones profundas, no ha conocido las claudicaciones que envilecen, ni las cobardías que descalifican” (Vasallo de Torregrossa, 1920, p. 85-86).
Pelagio Luna poseía un espíritu sereno y previsor, ajeno a intereses accidentales; permanentemente imbuído de un real sentimiento patriótico, todo ello realzado por una palabra suave y persuasiva que alejaba toda idea de malevolencia (Puig Lómez, 1920, p. 89). Luchó sin vacilaciones por el triunfo definitivo de la libertad y la justicia (Gómez, 1920, p. 91); “para reconquistar con fe conciente el libre ejercicio de los derechos de sus conciudadanos, el imperio de la Constitución y de las leyes, el resurgimiento de la gran Nación Argentina” (de la Vega, 1920, p.115).
“Fue vicepresidente de la República y no de una colectividad determinada” (La Nación, 26/6/1919), caracterizado por su don de gentes, flexibilidad de buen político. No dejó recuerdo de ningún agravio. Para resolver los problemas del país, lo hizo pensando en los valores intelectuales y científicos, sin cuidarse de la opinión de los comités, ni de las propias simpatías cívicas. Los enemigos del partido radical no olvidaron los respetos que valían la integridad y prestigios de Luna (La Prensa, 26/6/1919).
Llegó a las altas esferas del poder, por la fuerza de sus merecimientos, más que por la obra de sus ambiciones (La Razón, 25/06/1919). Fue aupado a la vicepresidencia en honor a su lealtad, la pureza de sus propósitos (La Montaña, 25/6/1919) y la serenidad de sus juicios (Las Noticias, 25/6/1919). Su entereza cívica no claudicó jamás (El independiente, junio de 1919). El presidente Yrigoyen, en el decreto de honores señaló que debe honrarse la memoria del esclarecido ciudadano, cuya consagración ejemplar al servicio de la Nación lo ha hecho acreedor a su mayor gratitud (25/6/1919).
Para que pueda primar la ética en la política, poner límites a los abusos del poder, transformar las instituciones vendidas al mal en otras orientadas al bien común; con Rocco D´Ambrosio (2005) sostenemos la imperiosa necesidad de educar al hombre para ser ciudadano, que Dios es la fuente del poder, que el bien común debe ser el fin, tener a la Justicia como regla, al amor como estilo y a la paz como clima.
Han de redefinirse los conceptos de vocación, competencia, participación y colaboración. El diálogo debe ser tomado como desafío y corresponde que los ciudadanos vigilen a quienes gobiernan. Nuestros políticos, deben volver a ser hombres que sientan a la cosa pública, bajo la especie de actuante probidad (Mallea, 2001:31). Así se restaurará la ligazón entre ética y política en las instituciones de la Nación en el presente siglo veintiuno.
Si ello no acaece, correremos el riesgo de que la ética se transforme en la predicción de Jacques Attali (2007:135):
“Si, como parece verosímil, el derecho prevalece sobre la ley y el mercado sobre la democracia, la ética se convertirá en el principal aglutinante social. A falta de moral colectiva, se establecerán ciertas reglas de comportamiento necesarias para la vida en sociedad. Se reemplazará el sentido del interés colectivo por la moralización del comportamiento individual. Se transformarán los deberes de ciudadano para con la colectividad en restricciones impuestas a los consumidores con respecto a otros consumidores. Cada uno tendrá que ser honrado y transparente para no tener que ser fraternal o solidario. Los vértigos de la amoralidad se reservarán para el mundo virtual. Todo esto sin perder la esperanza de que, un día, la menguada exigencia de la ética quede reemplazada por las exigencias y ambiciones, más amplias de la fraternidad.”
Dr. Javier Pablo Marotte
cuando falleció se creó la liga patriotica = fachos. Ocurrió la SEMANA TRÁGICA y se editó el primer nº de "EL GRAFICO".
ResponderEliminar