martes, 24 de febrero de 2009

AMADEO SABATTINI HOMENAJEADO POR RAÚL ALFONSÍN (NOTA Nº 17)


Un autor decía que Amadeo Sabattini eran tan humilde que murió un año bisiesto para que no lo recordaran tan seguido. En la noche del 29 de febrero de 1960, cuando descansaba (o pensaba en su país o su querida Córdoba), su corazón dijo basta. Hoy quiero evocarlo a través de las palabras del Padre de la Democracia: el Dr. Raúl Ricardo Alfonsín. Recordemos a Don Amadeo: gobernador progresista, de una honestidad cabal.

Dr Hugo Turrini


"Córdoba es una provincia cuyo espacio político ha estado marcado por una tensión constante entre la tradición y la modernidad. Es el territorio de la Reforma Universitaria del 18, que produjo un núcleo de intelectuales en los sesenta cuya influencia aún subsiste, la del sindicalismo democrático y combativo de los setenta. Con el golpe del 30 el país comienza una larga y lenta decadencia que lo marcará por más de cincuenta años. En la misma época, Córdoba se transforma en una suerte de isla democrática. El Sabattinismo, bajo la dirección de don Amadeo, gobernará la provincia desde 1936 a 1943 y lo hará con una profunda transparencia administrativa, impulsando reformas fiscales y crediticias dirigidas a los sectores populares.Grandeza es una palabra impresionante que con frecuencia se encuentra en el lenguaje de los argentinos, sobre todo cuando se busca justificar lo que es difícil de explicar en los hechos: ¿Qué era la grandeza para Sabattini? Era la modernización, pero modernización que tenía como destinatarios al hombre y a la mujer concretos. Modernización basada en la equidad y la libertad. Modernización, independencia, honestidad, transparencia, equidad y libertad. Ese era el credo de Amadeo Sabattini y el único camino para construir una identidad nacional. Le tocó vivir en una época donde estaba ausente un sistema político legítimo en el país. Donde la sociedad no tenía un consenso básico sobre las reglas de juego político y se había acostumbrado a las políticas de opresión, las proscripciones, los planteos militares, la inestabilidad.

Seis años después de su muerte, el golpe de 1966 abre la puerta para que los argentinos entremos en los años ciegos. Ese golpe militar expresaba la vitalidad de la Argentina corporativa, contradictoria con la precaria Argentina Republicana por la que luchaba Sabattini. Por ese entonces, el rostro de la Argentina corporativa se manifestaba sin arrugas. Sabattini fue uno de los pocos que tuvo cabal comprensión del alto costo que se pagaría por priorizar una alianza de intereses que hipotecaba el futuro de las generaciones argentinas".
DR RAUL ALFONSÍN

domingo, 22 de febrero de 2009

EL ALMA SOCIAL DEL RADICALISMO (NOTA Nº 16)



El 23 de febrero de 1962, en Berisso, un orador se desplomó. Moriría diciendo su último discurso. Era el candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires por la Unión Cívica Radical.
Podríamos decir solamente su nombre de pila para que todos descubriesen inmediatamente al personaje: CRISÓLOGO. Si, Crisólogo Larralde. Un radical venido de abajo. Nacido en un barrio obrero de Quilmes. Con una madre dedicada a trabajar en tareas domésticas, con un padre muerto en un accidente. Con cinco hermanos en una habitación de un conventillo. De esa pobreza, de esa vida difícil, de esa escuela provenía este muchacho que tuvo que trabajar de muy joven ingresando en una imprenta a los trece años. Ese jovencito que bebió en la militancia anarquista de su padre y en las características de una vida de escasos recursos, sería el alma social del radicalismo.
Se afilió a los 14 años, en épocas en que aún se usaban pantalones cortos a esa edad. Fue atraído por la imagen silenciosa, misteriosa pero ejemplar y contundente de Hipólito Yrigoyen.
Su vocación social no lo enfrentó al peronismo. Se opuso al "engendro" de la Unión Democrática en 1946. Fue leal y confesó que el 17 de octubre fue un movimiento popular auténtico y espontáneo, a diferencia de lo narrado por la prensa y los sectores tradicionales , unionistas, de su partido.
Junto a Balbín y Frondizi fue promotor de la "Declaración de Avellaneda".
Una y otra vez: candidato. Siempre derrotado en las urnas pero con la convicción del triunfo de sus ideas sociales, aunque las llevaran a la práctica otros.
Luchó para mantener unido al radicalismo. Cuando no pudo lograrlo se quedó junto a Balbín en la UCRP.
Le tocó presidir el Comité Nacional y participar de la Convención Constituyente de 1957. Allí dejaría para la posteridad su mayor obra por la justicia social: el artículo 14 bis de la Constitución Nacional.
Esa primera frase pone en cabeza del Poder Legislativo, y del gobierno en general, la responsabilidad de tutelar la actividad laboral: "El trabajo en todas sus formas gozará de la protección de las leyes, las que asegurarán al trabajador.....". Existe en esa redacción una imperatividad insoslayable: el Congreso debía actuar y con premura, para asegurar la gama de derechos allí enunciados. Por ello, coincidiendo con el maestro constitucionalista Bidart Campos, me atrevo a decir que existe "inconstitucionalidad por omisión" en todos los aspectos que en estos cincuenta años no fueron contemplados por las leyes, frustrando el goce de los derechos enumerados.
Seguramente en su larga etapa laboral Crisólogo había sufrido explotación de todo tipo, comenzando por el trabajo infantil. Pudo haber pensado: "si yo pude, que otros puedan..." Pero no. Su solidaridad lo llevó a luchar por los pobres, los excluídos, los explotados, haciendo práctica esa vieja premisa de Leandro Alem cuando afirmó que "la Unión Cívica Radical es la causa de los desposeídos...".
Dr Hugo Turrini
"El peronismo dice 'La libertad no sirve para comer'. Nosotros decimos que la libertad es lo único que sirve, que hay derecho de comer por el hecho de haber nacido; que hay derecho de comer para conservar la vida; para ennoblecerla con los actos de cada mañana y de cada tarde; pero no vivimos para comer, si no a la inversa". Crisólogo Larralde

César Jaroslavsky: a 7 años de su fallecimiento (Nota Nº 15)


Quiero compartir con ustedes esta muy buena nota de mi colega Javier Marotte. De mi parte puedo decir que hablé una sola vez con el "Chacho" al encontrarlo en una carpa gigante, que albergaba a varios miles de personas, con motivo del centenario del pueblo entrerriano de Lucas González (año 1988). Allí fuí como trompetista junto al Coro de Bronces de Villa Ballester y fuimos "la banda" para los actos oficiales. Estaba saboreando un rico "asado con cuero entrerriano" cuando ví que se levantó la lona de la carpa en un costado y "se metió", ya pasado el mediodía, el mismísimo Chacho!!! Le grité desde mi mesa y se acercó a saludar y conversar. Un hermoso recuerdo, y justo, en su provincia.

Hugo Turrini


El pasado 7 de febrero se cumplieron siete años del fallecimiento de César "Chacho" Jaroslavsky.

Había nacido en Entre Ríos el 3 de mayo de 1928; hijo de un acopiador de cereales miembro de la gran comunidad rural judía localizada en Entre Ríos. Su familia se mudó a Buenos Aires y a los 13 años, cuando murió su padre y siendo el mayor de cuatro hermanos, tuvo que trabajar de cadete en una fábrica de ladrillos y boletero de un cine para ayudar a mantener a su familia.

Fue una persona que apostaba a la concertación social, y su tarea y esfuerzos se dirigieron en líneasclaras y determinantes respecto de la democracia y el bienestar de la República. Su figura es reconocida y respetada por todos los partidos políticos de nuestro país. Su actividad política no tiene fechas de comienzo y fin, sólo recordaría que se afilió a la UCR en diciembre de 1945, pese a que el 17 de octubre del mismo año estuvo en la Plaza de Mayo “porque creía en Perón y consideraba a ese momento histórico”.

Vivió en Victoria, Entre Ríos, donde fue empleado bancario y dirigió después el diario partidario “LaMañana”. Ocupó diversos cargos políticos tales como: presidente de la Juventud Radical de Entre Ríos (1948), secretario de Eduardo Laurencena, que fue designado director del Banco Central por la Revolución Libertadora (1956), diputado provincial (1958 y reelegido en 1963), diputado nacional y presidente del bloque de la UCR (1983-1991); convencional nacional constituyente por la capital (1994), y jefe de la campaña presidencial de Horacio Massaccesi y Antonio M. Hernández en 1995.

En su paso por el Congreso anotaba, como satisfacciones, la aprobación del Tratado de Beagle, la Ley de Divorcio, la Patria Potestad, la Ley de Defensa de la Democracia y las reformas a la Ley de Defensa y al Código Militar.

Fundador del Movimiento de Renovación y Cambio, y como decíamos más arriba, con la vuelta a la democracia en 1983 es elegido diputado nacional por su provincia y reelegido en 1987. Experimentado parlamentario y hombre de confianza del presidente radical Raúl Alfonsín, preside el bloque de la UCR de diputados durante todo el mandato de aquel y hasta 1991. Fue uno de los apoyos políticos más importantes de Raúl Alfonsín durante su presidencia.

Sin dudas fue un luchador con mayúscula, no sólo en el área política, sino también luchó incansablemente para ganarle a la enfermedad y salir adelante. Chacho Jaroslavsky y su trayectoria hicieron mucho bien a la política argentina; pertenecía a la clase política, la misma que hoy continúa siendo denostada.

"Los últimos años lo encontraron recluido en su departamento de Palermo, cada vez más enfermo y alejado de la actividad política. Sólo hablaba, cada tanto, con su amigo Alfonsín, con quien compartía una idea básica, que lo acompañó a lo largo de su extensa carrera y que guió cada uno de sus pasos: la noción de que la política argentina debe basarse en un juego de equilibrio y negociación permanente entre radicales y peronistas" (Página12, 8/2/2002).

Vaya nuestro homenaje sincero a un político con mayúsculas, sin dobleces, honesto, leal a ultranza que supo dirigir con pasión la bancada radical de diputados luego de la recuperación de la democracia en 1983. Chacho Jaroslavsky dio un invalorable aporte a la política argentina.

Dr Javier Pablo Marotte

miércoles, 11 de febrero de 2009

EL ÁGUILA RADICAL (NOTA Nº14)



Un domingo fuí invitado a ser el orador en mi iglesia. Recurrí a una ilustración que habla de una de las aves más majestuosas: el águila. En ese entonces utilicé esa imagen para referirnos a nosotros mismos. Es aplicable además a las organizaciones. También al radicalismo.
A los cuarenta años, el águila, se encuentra con que sus uñas son inflexibles y débiles, su pico se encorva hacia su pecho y su plumaje se vuelve pesado, dificultando su vuelo. Pareciera que le llegara el fin.
En esas críticas circunstancias, el águila vuela a un alto peñasco y se queda allí. Primero se dará su pico contra las rocas hasta romperlo. Esperará que nazca un nuevo y filoso, perfecto, pico. Con éste se arrancará las garras, que también se renovarán. Con ellas arrancará sus viejas plumas, que serán reemplazadas por plumas más livianas. En ciento cincuenta dias será transformado en un nuevo ser, rejuvenecido, y podrá vivir treinta años más. Asombroso: a los cuarenta años estaba prácticamente muerto , pero vivirá hasta los setenta con nuevas fuerzas.
Uno puede cambiar la cerámica de la cocina porque su esposa se lo pide insistentemente (¡!), porque hay modelos nuevos, colores nuevos. El águila no cambia solo para sentirse renovado. Lo hace para no morir. El cambio es necesario. El cambio significa la Vida.
Pienso que con la Unión Cívica Radical pasa lo mismo. Necesita un cambio, una renovación. No de los principios y valores directrices que deben ser revitalizados, pero sí de propuestas, estrategias, formas de comunicación e incluso dirigentes.
Ese cambio es fundamental para ser la pieza clave en el desarrollo de un nuevo proyecto de país y lo es , cronológicamente en primer lugar, para ganar las elecciones.
Un cambio no es fácil. El águila se rompió el pico, sangró. Hay cambios que duelen, pero nos aseguran una mayor vitalidad.
Debe prevalecer una nueva forma de hacer política: con consensos básicos, con reglas claras para el diálogo y el debate racional de las ideas (en el seno del partido para aplicarlas luego en la relación con las demás agrupaciones políticas), sin agravios e insultos, con un afán de construcción, con una visión positiva y con los ojos puestos en nuestras propias potencialidades y no en los errores de los adversarios. Los dirigentes que "conservan su quintita" dentro de la institución, pero ya no están en la consideración popular, deben "dar un paso al costado". Un paso al costado es eso: no hacia atrás, no abandonando la lucha. Acompañando a los nuevos valores. Aportando desde otro lugar al crecimiento cualitativo y cuantitativo del Radicalismo. Desde el asesoramiento, la contención , la grandeza y la humildad. Muchos fueron claves en las difíciles horas de la restauración democrática. En esas horas en que fue decisivo que la Vida le ganara a la muerte. Por eso son valiosos. Deben seguir estando y apoyando, pero seguramente desde otro lugar y otra mirada. Cada uno tiene que hacer su aporte, sin pretensiones personalistas, para favorecer al conjunto.
Hay un detalle en esa ilustración del águila: el pico se le encorva. No puede cazar. Al contrario: lastima su propio pecho. Si nuestro "pico" está torcido y herimos con agravios y calumnias al correligionario y al hermano, indefectiblemente lastimamos al conjunto y nos lastimamos , obviamente, a nosotros mismos.
Hay cambios que no son estéticos, son fundamentales para ser protagonistas de la historia otros cien años. Ocurrió en la historia del radicalismo: superó la muerte de Alem, la de Yrigoyen, a los personalistas y antipersonalistas, a la aparición del peronismo y la ida de Quijano y Forja, a la UCRP y la UCRI, a las difíciles circunstancias de 1989, aún a las del 2001. El Radicalismo está de pie.
Con ese cambio positivo, como el águila, volará con majestuosidad , planeando en las alturas para construir una nación grande, con justicia e inclusión social. Fuerza radicales!!!!!
Dr. Hugo Turrini

sábado, 7 de febrero de 2009

VOLVER A PELAGIO LUNA: UN NUEVO RADICALISMO QUE HONRE A SU HISTORIA (NOTA Nº 13)


Queridos correligionarios y amigos de la "Antorcha Radical", hoy quiero dejarles un excelente artículo del Dr. Javier Pablo Marotte (abogado y doctor en Ciencia Política). Trata acerca de un gran argentino. Un hombre de las filas radicales que llegó a vicepresidente: Pelagio Luna. Se los recomiendo y espero sus comentarios . Un fuerte abrazo.
Dr . Hugo Turrini



Del primer vicepresidente radical fallecido en 1919 en el ejercicio de su cargo, se rescata su austera modestia y su figura moral (Goyeneche, 1920 p.58), que en el desempeño de la segunda magistratura puso en notoria evidencia todos sus valores (Ferrari, 1920 p. 62). La recta fue la norma invariable de su conducta pública y privada, reafirmando con el alto concepto de magistrado intergérrimo sus condiciones de ciudadano probo e impoluto.

Fue un ejemplo de virtudes ciudadanas (Pueyrredón, 1920 p.81; La Época, 25/06/1919) “acrisoladas” (La Razón, 25/06/1919); espíritu ecuánime (Villanueva, 1920, p. 82). Perteneció a las filas de la Unión Cívica Radical, sin ningún desfallecimiento en las épocas difíciles o en los contrastes, revelando una unidad de conducta, una consecuencia y una lealtad que fueron reconocidas por sus amigos y respetadas por sus adversarios. Poseía esas virtudes, esas abnegaciones, esas energías que han sido el cimiento de nuestra nacionalidad y que han contribuido a organizar, construir y consolidar instituciones (Idem).

Ante su tumba, el Nuncio Apostólico monseñor Vasallo de Torregrossa destacó su honradez e hidalguía en una vida que se vio desenvuelta sin transacciones que manchan ni debilidades que deshonran. El deber y la conciencia han sido en todo momento la norma constante e inmutable de todos sus actos. “Nadie ha podido poner en duda la rectitud de sus miras y la altura de su conciencia, que no ha sacrificado jamás ante ninguna conveniencia personal. Hombre de carácter y convicciones profundas, no ha conocido las claudicaciones que envilecen, ni las cobardías que descalifican” (Vasallo de Torregrossa, 1920, p. 85-86).

Pelagio Luna poseía un espíritu sereno y previsor, ajeno a intereses accidentales; permanentemente imbuído de un real sentimiento patriótico, todo ello realzado por una palabra suave y persuasiva que alejaba toda idea de malevolencia (Puig Lómez, 1920, p. 89). Luchó sin vacilaciones por el triunfo definitivo de la libertad y la justicia (Gómez, 1920, p. 91); “para reconquistar con fe conciente el libre ejercicio de los derechos de sus conciudadanos, el imperio de la Constitución y de las leyes, el resurgimiento de la gran Nación Argentina” (de la Vega, 1920, p.115).

“Fue vicepresidente de la República y no de una colectividad determinada” (La Nación, 26/6/1919), caracterizado por su don de gentes, flexibilidad de buen político. No dejó recuerdo de ningún agravio. Para resolver los problemas del país, lo hizo pensando en los valores intelectuales y científicos, sin cuidarse de la opinión de los comités, ni de las propias simpatías cívicas. Los enemigos del partido radical no olvidaron los respetos que valían la integridad y prestigios de Luna (La Prensa, 26/6/1919).

Llegó a las altas esferas del poder, por la fuerza de sus merecimientos, más que por la obra de sus ambiciones (La Razón, 25/06/1919). Fue aupado a la vicepresidencia en honor a su lealtad, la pureza de sus propósitos (La Montaña, 25/6/1919) y la serenidad de sus juicios (Las Noticias, 25/6/1919). Su entereza cívica no claudicó jamás (El independiente, junio de 1919). El presidente Yrigoyen, en el decreto de honores señaló que debe honrarse la memoria del esclarecido ciudadano, cuya consagración ejemplar al servicio de la Nación lo ha hecho acreedor a su mayor gratitud (25/6/1919).

Para que pueda primar la ética en la política, poner límites a los abusos del poder, transformar las instituciones vendidas al mal en otras orientadas al bien común; con Rocco D´Ambrosio (2005) sostenemos la imperiosa necesidad de educar al hombre para ser ciudadano, que Dios es la fuente del poder, que el bien común debe ser el fin, tener a la Justicia como regla, al amor como estilo y a la paz como clima.

Han de redefinirse los conceptos de vocación, competencia, participación y colaboración. El diálogo debe ser tomado como desafío y corresponde que los ciudadanos vigilen a quienes gobiernan. Nuestros políticos, deben volver a ser hombres que sientan a la cosa pública, bajo la especie de actuante probidad (Mallea, 2001:31). Así se restaurará la ligazón entre ética y política en las instituciones de la Nación en el presente siglo veintiuno.

Si ello no acaece, correremos el riesgo de que la ética se transforme en la predicción de Jacques Attali (2007:135):

“Si, como parece verosímil, el derecho prevalece sobre la ley y el mercado sobre la democracia, la ética se convertirá en el principal aglutinante social. A falta de moral colectiva, se establecerán ciertas reglas de comportamiento necesarias para la vida en sociedad. Se reemplazará el sentido del interés colectivo por la moralización del comportamiento individual. Se transformarán los deberes de ciudadano para con la colectividad en restricciones impuestas a los consumidores con respecto a otros consumidores. Cada uno tendrá que ser honrado y transparente para no tener que ser fraternal o solidario. Los vértigos de la amoralidad se reservarán para el mundo virtual. Todo esto sin perder la esperanza de que, un día, la menguada exigencia de la ética quede reemplazada por las exigencias y ambiciones, más amplias de la fraternidad.”

Dr. Javier Pablo Marotte

jueves, 5 de febrero de 2009

RADICALISMO REVOLUCIONARIO (NOTA Nº 12)

Marcha de revolucionarios amnistiados, en 1906


En estos días de febrero recordamos el último intento armado del radicalismo, con motivo de su lucha en pos de la pureza del sufragio. Todos los caminos institucionales parecían definitivamente cerrados por lo que el nuevo intento se enmarcó en la resistencia a la opresión, figura que nos viene de los derechos consagrados durante la Revolución Francesa.
Una vez más, la revolución fue vencida. Aunque, fue una situación definitiva para el cambio de mentalidad del grupo gobernante y el viejo roquismo, que se fracturó. Los nuevos autonomistas como Roque Sáenz Peña, acompañados por personalidades como el mismo Carlos Pellegrini, vieron la necesidad de transitar por el camino de las elecciones libres.
Manuel Quintana, un presidente legalista y anciano, no toleró en lo más minimo las presiones (como la amenaza sobre el vicepresidente Figueroa Alcorta o Julito Roca , hijo del general, que habían sido tomados prisioneros por los revolucionarios), defendiendo a rajatablas la "institucionalidad" (que no contaba, claro, con la decisión del pueblo!, que era un convidado de piedra). Se castigó con dureza a los "cabecillas", enviando a varios a la prisión de Ushuaia y reprimiendo, por las dudas, a los obreros (socialistas y anarquistas) a tiros y sablazos, y cerrando sus medios de difusión. Aunque este levantamiento era netamente radical sin participación de dichos sectores. Al año siguiente Quintana falleció. José Figueroa Alcorta declaró la amnistía de Yrigoyen y su gente. Los hechos se precipitaron hacia 1912 en que se sancionaría la Ley Sáenz Peña.
La "Revolución de 1905" fue un punto serio de inflexión. Alli muchos tomaron conciencia de la necesidad de profundizar las libertades democráticas sobre todo en lo que respecta a los derechos políticos, sumamente restringidos.
La Unión Cívica Radical debe seguir siendo hoy "REVOLUCIONARIA". La violencia no es el medio para cambiar las cosas. El contexto histórico es sumamente distinto al de aquel entonces. Hace veinticinco años que se restauró el sistema democrático en forma permanente, para siempre. La Revolución Democrática debe seguir adelante: no debe haber vestigios de fraude, pretensiones hegemónicas, violación a la división de poderes. Pero debe comenzarse con una revolución de valores y principios, de los que se ha vaciado la sociedad (no tan solo la actividad política).
En lo que respecta a la Unión Cívica Radical es necesario profundizar los canales de participación interna partidaria, aceitar y democratizar (no porque no lo sean sino porque son susceptibles de ser mejorados) los órganos de decisión en el seno del partido.
Debemos trabajar en base a consensos que coadyuven a la construcción de una Argentina grande, a partir de esos valores y principios directrices y comunes (entre los que tienen un lugar fundamental la libertad, la tolerancia, la justicia, la paz y la solidaridad), con desarrollo económico (no solo crecimiento), que no sea incompatible con la inclusión social. Todo ello, en el marco de la profundización de la Democracia.
La verdadera "Revolución" no está constituída por proclamas, bombas, trincheras o barricadas sino con un largo proceso educativo y cultural a partir de una visión profunda.
La verdadera "Revolución" debe comenzar en el corazón del hombre...
Dr. Hugo Turrini

lunes, 2 de febrero de 2009

HOY HACE OCHENTA AÑOS... (NOTA Nº11)

JUAN ZACARÍAS AGÜERO VERA
Poema ilustrado, de corta extensión, dedicado al viñedo y al paisaje rural. Firma manuscrita del autor al final de la obra.. Revista Nativa, Mayo de 1924, Año I Nro.5 (agrandar imagen para leer)





Hoy quiero evocar a un radical riojano, al conmemorarse ochenta años del triunfo electoral que lo llevó a la gobernación de su provincia natal. Se trata del Dr. Juan Zacarías Agüero Vera.
Ese 3 de febrero de 1929, durante el segundo mandato del Dr. Hipólito Yrigoyen, la fórmula Agüero Vera-Armando Ocampo tuvo el apoyo popular en las urnas.
Me ha llamado poderosamente la atención este riojano muy rico en inquietudes, muchas semejantes a las mías (perdón por la pedantería!!!). Uno se asocia con aquellos que tienen gustos similares. Seguramente hubiésemos tenido mucho para compartir en uno o, mejor dicho, muchos cafés. O varias mateadas.
Estudió en la Escuela Normal de Catamarca. Se dedicó a la docencia en la provincia de Córdoba, al mismo tiempo que estudió Derecho, recibiéndose de abogado. Le agradaba mucho escribir e indagar en esas viejas costumbres e historias de su querida tierra riojana. Esos simples, pero profundos, cuentos populares que nos ayudan a comprender a una región, a su gente, sus vivencias. Pero, ante todo, tuvo ese don , del que no cualquiera es investido, el de poeta. De esa mezcla rara, para el hombre común pero no para ciertos escogidos, de docencia, derecho, poesía, surgía una pasión muy grande: la política y no en cualquier espacio, sino en la Unión Cívica Radical. Y no al lado de "cualquiera", sino fiel a Hipólito Yrigoyen.
Ya había sido legislador cuando en 1916 el flamante presidente, primero en ser elegido en un sufragio limpio, lo convocó para trabajar a su lado en Buenos Aires. Juan Zacarías Agüero Vera se desempeñó en la Secretaría del Ministerio del Interior. A fines del año siguiente se transformó en Ministro de Hacienda y le tocó ser interventor federal en la provincia de Corrientes.
Volviendo a la fecha histórica que nos compete: Agüero Vera propuso un gobierno progresista en La Rioja a partir de 1929 ordenando las cuentas públicas; construyendo diques para vencer la profunda sequía; creando el Banco de La Rioja y la Caja de Jubilaciones y Pensiones; terminando con el sistema de propiedades comuneras; proyectando asfaltar ciudades. Todo lo hizo en dieciséis meses agitados, superando enormes dificultades.
Pero el 6 de setiembre de 1930 el primer golpe de Estado terminó con la presidencia de su líder. También fue el fin de su breve gobernación.
Este hombre, que hoy evocamos, había nacido el 27 de mayo de 1886 (en los meses finales de la primera presidencia de Julio Argentino Roca) y falleció el 28 de febrero de 1943, durante la presidencia de Ramón S. Castillo que presenciaría el segundo golpe de Estado.
Faltaría decir mucho de Agüero Vera: de la fundación de un ateneo y una revista en Catamarca; de la fundación del diario "Libertad" en Córdoba y la dirección de una biblioteca allí.
Un hombre, un radical de los de antes. Completo, con un número de vocaciones muy rico para servir a su partido. Sobre todas las cosas, para servir a su amada Argentina. A nuestra amada Argentina que espera a los "nuevos Agüero Vera" que la refunden con esos mismos principios directrices y valores, para construir un futuro de grandeza.
Dr. Hugo Turrini