domingo, 26 de junio de 2011
Los 120 años de la UCR
Hace cuarenta años Félix Luna escribió: “tener un partido como la Unión Cívica Radical es un lujo. Ningún país de América Latina y muy pocos en el mundo pueden jactarse de contar, dentro de su espectro político, con un partido cuya antigüedad exhiba una continuidad tan impresionante”.
Podemos ratificar esa afirmación con orgullo con motivo de cumplir la UCR 120 años de vida ininterrumpida al servicio de las mejores causas nacionales y democráticas, ya que una fuerza así que ha sido mayoritaria en muchas ocasiones históricas y cuando no lo fue ha sabido atesorar un significativo caudal de voluntades, que practica una razonable metodología de democracia interna y está organizada hasta en el último y más recóndito pueblito del país, constituye un importantísimo factor de estabilidad institucional y un canal insustituíble de pacífica transferencia de valores políticos y culturales.
Hemos sostenido en reiteradas oportunidades lo preceptuado por la Profesión de Fe Doctrinaria en el sentido que “el radicalismo es la corriente histórica de la emancipación del pueblo argentino”, entendiendo por ello que la UCR es una permanencia y no depende de circunstancias. La trayectoria centenaria de este partido en una nación de apenas doscientos años de vida independiente denota una profunda y arraigada tradición que merece ser exaltada, porque si un partido político puede exhibir semejante récord es porque ha sido y es modelo y paradigma para buena parte de la sociedad que representa.
El radicalismo tiene por razones morales un peso cualitativo igual o superior que el número de sus seguidores. Un ejemplo de la incidencia de la UCR en la vida cívica de los argentinos es que cada vez que aquella ha sufrido una crisis o una división sus secuelas han causado daño no solamente al propio partido sino al funcionamiento mismo de las instituciones democráticas del país.
Así fue como a lo largo de más de un siglo de vida, cada catarsis de los radicales aparejó rupturas y discontinuidades en el orden constitucional, poniendo en emergencia la gobernabilidad y acrecentando los riesgos de la vida democrática y en libertad.
En efecto, la UCR puede demostrar la solidez de su permanencia en la historia argentina sobre la base de una doctrina y unos principios que han sido el eje central de su acción política: el respeto por la Constitución Nacional, la defensa de la soberanía nacional, la lucha por el sufragio popular, el ejercicio efectivo del federalismo, la reivindicación de la autodeterminación de los pueblos, el reconocimiento a la autonomía universitaria, la promoción de los derechos sociales y la concepción humanista de la política.
Pero también y fundamentalmente el radicalismo se ha ganado un lugar en la consideración social a partir del reconocimiento de la conducta ética, digna y austera de sus principales referentes históricos quienes, comprometidos con el ideario, han sido y son ejemplo e inspiración de buena parte de nuestra sociedad.
Lo más valioso de este 120° aniversario de la colectividad política más antigua de la Argentina, es que sus principios han dejado de pertenecer con exclusividad a los radicales para ser consideradas por el pueblo argentino en su conjunto como valores y presupuestos irrenunciables en el ejercicio legítimo de la acción política integrándose así al acervo cultural del pensamiento democrático argentino.
Vaya pues el reconocimiento y salutación a todas y todos los radicales de cada rincón de la república en este cumpleaños, formulando votos porque nuestra Patria pueda seguir viviendo cada día una nueva aurora de libertad y justicia inspirada en ideales nobles como los que transmitió y transmite desde 1891 la Unión Cívica Radical.
Diego Barovero
Instituto Nacional Yrigoyeneano
sábado, 25 de junio de 2011
120 AÑOS DE RADICALISMO
Con Ernesto y amigos radicales
Decir que el tiempo y la antigüedad dan derechos es algo que en la vida y en política lo escuchamos mucho. Si fuera por eso, hoy tendrían que sentarse todos a escuchar al radicalismo. El partido, la UCR, cumple 120 años. También es común escuchar anécdotas y relatos épicos de allá a lo lejos, cuando las cosas eran distintas. Si fuera por eso, hoy el radicalismo podría completar páginas de diarios, horas de radio y televisión, y opiniones y posteos en la red. También es común escuchar anécdotas y relatos épicos de allá a lo lejos, cuando las cosas eran distintas. Si fuera por eso, hoy el radicalismo podría completar páginas de diarios, horas de radio y televisión, y opiniones y posteos en la red.
Pero más allá de los recuerdos, anécdotas y valoraciones, estas fechas sirven para inquietarnos un poco y evaluarnos con espíritu crítico: ¿Por qué el radicalismo sigue ahí después de 120 años? Tal vez, ese ejercicio inquisidor puede ayudar a examinarnos como militantes y dirigentes políticos.
Cada uno tendrá su respuesta. Yo tengo la mía. La UCR sigue ahí porque, aunque con un origen lejano, con ciento veinte años de historia nacional a cuestas, con golpes de Estado, guerras, liderazgos, elecciones, conquistas y derrotas de por medio, el radicalismo sigue vigente.
Como dice una frase del Manifiesto Universitario del '18, "no es el tiempo el que nos da derecho a permanecer, sino muchas de las injusticias que nos dieron origen y que aún hoy siguen vigentes".
Es sorprendente y exige cuestionarnos la actualidad que 120 años después tienen los postulados con que surgió el radicalismo. La honradez en la administración estatal, el ejercicio efectivo de la soberanía popular, la idea de igualdad ante la ley, el federalismo y la opción por la educación pública como instrumento de movilidad social son algunos de esos valores que más de un siglo después siguen vigentes.
La administración pública no da pruebas de honradez; el ejercicio del voto a menudo se condiciona clientelismo mediante; la concentración de poder en la Presidencia ha vuelto a las gobernaciones meras delegaciones; y la educación está hoy peor que ayer pero mejor que mañana. Estos desafíos exigen más y mejor radicalismo.
Si paramos a cualquier compatriota por la calle, no creo que haya uno que niegue que el país que quiere para el futuro incluye un Estado eficiente y transparente, ciudadanos participativos y respetados, federalismo real con transferencia de recursos a las provincias y, sobre todo, educación pública de calidad y para todos.
Sin dudas, no son sólo las injusticias que mantienen vigente al radicalismo. La vigencia radical no se entiende sin el arraigo popular y sin los desafíos pendientes.
Es por eso, que 120 años después los radicales redoblamos esfuerzos y renovamos ilusiones que sostenemos en ideas.
Es por eso, también, que 120 años después le pedimos a la Argentina una oportunidad. Con las injusticias vigentes y 120 años a cuestas, el radicalismo está dispuesto a tomar el desafío.
Decir que el tiempo y la antigüedad dan derechos es algo que en la vida y en política lo escuchamos mucho. Si fuera por eso, hoy tendrían que sentarse todos a escuchar al radicalismo. El partido, la UCR, cumple 120 años. También es común escuchar anécdotas y relatos épicos de allá a lo lejos, cuando las cosas eran distintas. Si fuera por eso, hoy el radicalismo podría completar páginas de diarios, horas de radio y televisión, y opiniones y posteos en la red. También es común escuchar anécdotas y relatos épicos de allá a lo lejos, cuando las cosas eran distintas. Si fuera por eso, hoy el radicalismo podría completar páginas de diarios, horas de radio y televisión, y opiniones y posteos en la red.
Pero más allá de los recuerdos, anécdotas y valoraciones, estas fechas sirven para inquietarnos un poco y evaluarnos con espíritu crítico: ¿Por qué el radicalismo sigue ahí después de 120 años? Tal vez, ese ejercicio inquisidor puede ayudar a examinarnos como militantes y dirigentes políticos.
Cada uno tendrá su respuesta. Yo tengo la mía. La UCR sigue ahí porque, aunque con un origen lejano, con ciento veinte años de historia nacional a cuestas, con golpes de Estado, guerras, liderazgos, elecciones, conquistas y derrotas de por medio, el radicalismo sigue vigente.
Como dice una frase del Manifiesto Universitario del '18, "no es el tiempo el que nos da derecho a permanecer, sino muchas de las injusticias que nos dieron origen y que aún hoy siguen vigentes".
Es sorprendente y exige cuestionarnos la actualidad que 120 años después tienen los postulados con que surgió el radicalismo. La honradez en la administración estatal, el ejercicio efectivo de la soberanía popular, la idea de igualdad ante la ley, el federalismo y la opción por la educación pública como instrumento de movilidad social son algunos de esos valores que más de un siglo después siguen vigentes.
La administración pública no da pruebas de honradez; el ejercicio del voto a menudo se condiciona clientelismo mediante; la concentración de poder en la Presidencia ha vuelto a las gobernaciones meras delegaciones; y la educación está hoy peor que ayer pero mejor que mañana. Estos desafíos exigen más y mejor radicalismo.
Si paramos a cualquier compatriota por la calle, no creo que haya uno que niegue que el país que quiere para el futuro incluye un Estado eficiente y transparente, ciudadanos participativos y respetados, federalismo real con transferencia de recursos a las provincias y, sobre todo, educación pública de calidad y para todos.
Sin dudas, no son sólo las injusticias que mantienen vigente al radicalismo. La vigencia radical no se entiende sin el arraigo popular y sin los desafíos pendientes.
Es por eso, que 120 años después los radicales redoblamos esfuerzos y renovamos ilusiones que sostenemos en ideas.
Es por eso, también, que 120 años después le pedimos a la Argentina una oportunidad. Con las injusticias vigentes y 120 años a cuestas, el radicalismo está dispuesto a tomar el desafío.
ERNESTO SANZ
Presidente Comité Nacional UCR
COBOS: FIEL A LA CONSTITUCIÓN NACIONAL
“Hoy se ha dado un paso más en la construcción del relato oficial, que es parcial y subjetivo; pensar distinto dejó de ser un atributo democrático para tener una connotación negativa y al parecer, las únicas convicciones válidas son las del Frente para la Victoria", arrancó diciendo Cobos en un comunicado enviado a MDZ.
"Estoy tranquilo -agregó- porque cumplí lealmente con la Constitución Argentina, con los ciudadanía, con el rol de Vicepresidente, con mis principios y aporté a la gobernabilidad en un momento difícil donde había que priorizar la paz social y ese es un valor irrenunciable, no solo para un hombre del radicalismo sino también para un hombre de la democracia”.
GONZÁLEZ FRAGA EN BOULOGNE
Presentando el evento
González Fraga y su impecable disertación
Martín Ferreres, organizador del evento
El pasado 16 de junio en el coqueto salón "María del Pilar" de Boulogne (San Isidro), hemos asistido a la presentación del candidato a Vicepresidente de la Nación por la UDESO (UNIÓN PARA EL DESARROLLO SOCIAL), JAVIER GONZÁLEZ FRAGA.
El evento fue organizado por el joven dirigente sanisidrense MARTÍN FERRERES, abogado,ferviente militante radical, con capacidad y conducta ejemplar. Una verdadera promesa para el Radicalismo local y, por que no, nacional.
He tenido el honor de ser el conductor del acto, al que concurrieron destacados dirigentes y muchos militantes seguidores de Ferreres. Luego de anunciar a los asistentes, hice una referencia a un sueño que tengo desde adolescente. Una parte de ese sueño se concretó durante la Presidencia de Raúl Alfonsín (el retorno a la Democracia, la libertad y el fin de las desapariciones, intervenciones y proscripciones) y la otra, la parte aún trunca, la de terminar con la pobreza y garantizar igualdad, tal lo expresé esa noche, se concretará en la gestión RICARDO ALFONSÍN-GONZÁLEZ FRAGA a través de la construcción de un país con valores, desarrollo económico y justa distribución de la riqueza.
González Fraga manifestó su agradecimiento por todas las muestras de afecto recibidas por los radicales en las distintas reuniones de las que participó, desde la aceptación que le hiciera Ricardo Alfonsín a integrar la fórmula.
Habló de todo. De política, de la necesidad de recuperar la República y la asociación de ese concepto a la historia del Radicalismo. Por supuesto, expresó su visión de construcción económica y desarrollo respecto de un mundo que seguirá siendo favorable a la Argentina, pero reclama seguridad jurídica para inversión. Reconoció el problema de la inflación y la necesidad, tal lo hiciera Chile luego de Pinochet, de reducirla gradualmente sin "enfriar la economía" sino en pleno auge productivo, ya que esa vieja teoría, perimida, perteneció a tres décadas atrás.
Vio con buenos ojos el "despegue" de Brasil al que debemos brindarle importaciones con alto valor agregado, en tal sentido hizo una comparación con Estados Unidos, y nos propuso ser a Brasil como lo es Canadá para la potencia del Norte (y sin ser peyorativos, no su "México").
Presenté esa noche como una noche de Esperanza.
La imagen y el mensaje que dio Ricardo a través de la elección de González Fraga, la de un país que va hacia el desarrollo y mejor calidad de vida para todos los argentinos, me terminó de "cerrar" al escuchar al candidato a la Vicepresidencia, pero también al charlar informalmente algunos temas mano a mano con él. Si me quedaba alguna duda, hoy estoy absolutamente convencido de la gran elección de Alfonsín.
La noche continuó compartiendo un lunch y amenos diálogos.
Felicitaciones a los organizadores de este evento. Gracias al Ateneo 24 de Setiembre de Boulogne
http://www.4comunas.com.ar/2011/05/se-inauguro-en-boulogne-el-ateneo-24-de.html
Hugo Turrini
jueves, 23 de junio de 2011
LA POSTULACIÓN DE CRISTINA
NO ES EL LUTO NI LA CADENA NACIONAL: SON LAS POLITICAS
Por Hernán Rossi, candidato a Diputado Nacional por la UCR capital
En cadena nacional, con voz entrecortada por el llanto y de un riguroso luto fue el escenario y la forma elegida por Cristina Fernández de Kirchner para hacernos saber a los argentinos un secreto a voces: Irá por su reelección.
Nadie se “hizo los rulos” por la noticia, ni sorprendió a la audiencia. Lo hizo a “su estilo”, primero trató de desmarcarse de todos aquellos que pretendieron “poner la fecha”. Moyano, Kunkel o Zanini, como para que quede claro que los tiempos y las formas se manejan en soledad (como se toman casi todas las decisiones en el gobierno). Después montó un escenario ideal: Cadena nacional, con voz entrecortada, y sin decir efectivamente que quiere 4 años más en el cargo, sino a través de una fórmula elílptica: “nos someteremos nuevamente”. El “nos” resulta por demás llamativo, dado que aún no confirmó su compañero de fórmula y pareciera apuntar a incluir en la gesta heroica a “EL”.
Huelga decir, que la utilización de la cadena nacional, o la prolongación del luto como estrategia comunicacional para provocar empatía, nos generan un profundo rechazo. Sin embargo, no son los puntos más importantes que queremos discutir en el balance de porqué estamos trabajando para que Ricardo Alfonsín pueda sucederla el 10 de Diciembre de 2011. Queremos discutir, y esta enumeración no es taxativa ni tiene un orden de prioridades, acerca de:
- En primer lugar, hay que decir que luego de casi 8 años de “crecimiento a tasas chinas” no se ha derrotado a la pobreza. Las cifras de inequidad social siguen siendo altísimas y según el INDEC se necesitan $1.265,25 para no ser pobre y $580,14 para no ser indigente en una familia de 4 personas con dos chicos en edad escolar. La Argentina sigue teniendo chicos desnutridos, tasas altísimas de fallecimientos en recién nacidos y uno de los datos de desempleo en jóvenes más altos de América Latina. Esto para un país que se da el lujo de pagar anticipadamente al FMI, que tiene superávits gemelos y que ostenta más de 32 trimestres de crecimiento sostenido es realmente ESCANDALOSO.
- Por otro lado y con respecto a la educación; no hemos avanzado en calidad, hemos abierto Universidades Nacionales sin ningún tipo de criterio y como “pago político” a gobernadores e intendentes afines. Hemos asistido impávidos a retrocesos en materia de garantización del laicismo que nos legase la Ley 1.420, ya sea de manera directa, como es el ejemplo de la Provincia de Salta (donde se instauró la eneñanza obligatoria de un culto específico), o por los constantes y crecientes subsidios a las entidades privadas. Ni hablar que los sueldos de los docentes son paupérrimos y que el grandilocuente plan de construcción de escuelas brilla por su ausencia.
- No menos importante, es el tema de la seguridad, uno de los grande flagelos de la Argentina. Sin embargo el gobierno nacional y los gobiernos provinciales se pierden en tecnicismos, se derrochan recursos como parte de confrontaciones políticas y cada vez se cometen más asesinatos, violaciones, hurtos y violencia urbana. Tampoco se ataca frontalmente la trata de personas, el crimen organizado, el juego ilegal y el narcotráfico (más allá de los últimos operativos de incautación que se dan solamente en el marco de un proceso electoral).
- Pero la seguridad no sólo tiene que ver con los hechos delictivos, tiene que ver también con el resguardo, (entre otros) a los niños, los jóvenes y los jubilados. Grandes olvidados del sistema, los jóvenes que sufren múltiples problemáticas, como acceso al primer empleo, créditos para vivienda, falta de oportunidades. O los adultos mayores que sufren prestaciones desastrosas en un PAMI que se da el lujo de presentar superávit (contradicciones del modelo) o con el veto del 82% móvil, que ajustaba automáticamente las jubilaciones y no por el designio populista y demagógico de presentar actualizaciones como logros del modelo “Nacional y Popular”.
- Por otro lado, quisiera hablar del medio ambiente: el veto a la Ley de Glaciares, el mal manejo de Botnia, la inoperancia para resolver el tema del Riachuelo y los negocios con la megaminería a cielo abierto, dan una pauta del interés de este gobierno en la temática. En esa senda, podría enumerar muchísimas políticas erráticas, como la de Vivienda, que no logra paliar los cada vez más numerosos asentamientos precarios, o la de Salud, que es un negocio manejado por las obras sociales sindicales con prestaciones deficientes y un bajísimo control público.
- Finalmente, la corrupción y el autoritarismo, creo que son de las peores facetas de éste régimen. La vocación de controlar todo y a todos, el constante personalismo y el uso y abuso de los medios estatales son sólo algunas características que tienen nombres propios: Ricardo Jaime, Julio de Vido, Antonini Wilson, Mafia de los troqueles, Sergio Schocklender, por citar sólo algunos (la lista se haría extensísima).
Por todo ello, y porque creemos que 8 años son suficientes, estamos trabajando miles de militantes de toda la Argentina para construir un #FuturoConIgualdad. Encolumnados detrás de la figura de Ricardo Alfonsín y defendiendo las históricas banderas de la UCR.
Hoy más que nunca, tengo la plena certeza que vamos a dar vuelta la página de estos últimos años, porque en definitiva: no es el luto ni la cadena nacional, son las políticas. Y vamos a transformar a fondo a la Repúbica Argentina, porque en ello nos va la vida.
martes, 14 de junio de 2011
LA CONVENCIÓN: OTRA VERSIÓN
El siguiente comunicado no refleja la visión del editor de "La Antorcha" pero es nuestro deber transmitir la opinión de un grupo de jóvenes, y no tanto, que tienen su versión del Acuerdo y la Convención. Nobleza obliga. La DEMOCRACIA, también. Que cada uno saque sus propias conclusiones.
EXTRAÍDO DEL BLOG "HISTORIA Y DOCTRINA DE LA UCR"
http://historiaydoctrinadelaucr.blogspot.com/
AUTOR: ALAN PAVÓN
COMUNICADO CON RESPECTO A LO SUCEDIDO EN LA CONVENCIÓN PCIAL DE BUENOS AIRES
No es estilo de la página entrometerse en los sucesos partidarios ya para mantener la objetividad y los fines de la página de HISTORIA Y DOCTRINA DE LA UCR.
Pero lo que paso este sábado en la Convención Pcial. refuta toda nuestra identidad radical y las declaraciones del candidato a presidente de la nación por la UCR Ricardo Alfonsín fue algo desacertado.
Además mandar patotas como fuerza de choque para reprimir a jóvenes correligionarios, ¿Ó me equivoque de partido?, ya que nos jactamos de tener una democracia interna intachable en donde cada correligionario puede expreser su opinión y ser escuchado.
Además desde cuando hay que ser "Invitado Especial" para entrar a la Convencion Pcial. cuando tengo entendido es de libre acceso presenciar la sesiones de la Convención.
Acá hay una dirigencia que no acepta críticas y prefiere una JR "manejable" a sus intereses y no una JR activa militante que este inspirada en los principios radicales que dieron a origen a nuestro partido.
No nos olvidemos que la UCR fue formada por jóvenes disconformes con la política del servicio personal y los acuerdos electorales.
Muchos nos venden que la INTRASIGENCIA RADICAL y EL ANTIACUERDISMO ELECTORAL es cosa del pasado y que la UCR debe aggiornarse a los nuevos tiempos, gravísimo error.
Esto es cosa de las fuerzas antiradicales que se infiltraron en nuestras filas y nos quieren hacer creer que lo que importa es la imagen y no el contenido.
Por eso me solidarizo con estos correligionarios de la JR en Lucha que bregan por los principios radicales que nos dieron origen.
La Unión Cívica Radical no vive de anécdotas electorales ni de días burocráticos, sino de ideales heroicos y de lustros históricos. Nuestro es el porvenir, porque la juventud y el pueblo están con nosotros." Ricardo Rojas
¡Ah, cuánto bien ha podido hacer este partido, si no hubiesen promediado ciertas causas y ciertos factores! ¡No importa! Todavía puede hacer mucho. Pertenece principalmente a las nuevas generaciones. Ellas le dieron origen y ellas sabrán consumar la obra: ¡deben consumarla!
Leandro Alem
Adelantes Radicales
LA CONVENCIÓN PROVINCIAL APROBÓ EL ACUERDO
Buenos Aires (NA) - La UCR bonaerense aprobó ayer orgánicamente su acuerdo electoral con Francisco de Narváez luego de una férrea defensa del candidato presidencial Ricardo Alfonsín, quien criticó al GEN y al socialismo, y dijo que "nadie tiene derecho" a exigirle "una demostración de progresismo".
Fue a través de la Convención de la UCR de la Provincia de Buenos Aires, donde Alfonsín tuvo a cargo el discurso de apertura, que aprovechó para responder a las críticas de sus ex socios extrapartidarios, pero también las propias de las bases radicales.
"Sé que lo que estamos proponiendo es una movida audaz y atrevida que puede traer problemas a la UCR y al peronismo. Pero no estamos dispuestos a dejar de hacer lo que creemos mejor para el país", sostuvo Alfonsín al tomar la palabra en el teatro Ramínez Faure de la ciudad de Avellaneda.
Ante unos 290 convencionales de todos los puntos de la provincia, el hijo del ex presidente Raúl Alfonsín sostuvo que Hermes Binner y Margarita Stolbizer, que rompieron con la UCR tras el acuerdo con De Narváez y formaron el Frente Progresista, "desisten de plantear lo que creen positivo para el país por miedo a pagar los costos".
"Un político de raza jamás actúa con reserva. Hace lo que debe hacer", dijo el diputado nacional y agregó que "nadie tiene derecho" a atribuirle "intenciones espurias o decir que no se está trabajando por el país".
Además, les pidió a ambos dirigentes que "juzguen con la misma vara" el acuerdo con De Narváez con respecto a otras estrategias electorales tanto en Santa Fe y en Buenos Aires, y en un duro mensaje a Stobizer recordó que en las legislativas de 2009 "algunos dirigentes no querían que vaya de segundo en la lista de diputados, sino que (el dirigente agropecuario) Mario Llambías ocupara ese lugar".
"Esos dirigentes hoy hablan con Felipe Solá", cuestionó Alfonsín y agregó: "Nadie tiene derecho a exigirme demostraciones de progresismo. Mi trayectoria y formación acreditan de manera suficiente que soy coherente con los valores radicales. ¿Por qué nos exigen a nosotros cosas que no se exigen ellos mismos?".
jueves, 9 de junio de 2011
RAÚL: SIEMPRE PRESENTE!!!!!!
Que el mensaje de unidad y construcción colectiva de Raúl Alfonsín guíe los pasos certeros del Radicalismo.
Que tomemos las decisiones correctas para el triunfo electoral.
Que tomemos las decisiones correctas para el engrandecimiento del país y la drástica reducción de la pobreza.
Adelante Radicales!!!!!!
jueves, 2 de junio de 2011
CARTA DE RICARDO ALFONSÍN
Nuestro decidido apoyo al candidato de la UCR. Aquí con Ricardo en Villa Ballester.
Foto: Nancy Godoy
Foto: Nancy Godoy
POR LA UNIDAD DE UNA FUERZA PROGRESISTA NACIONAL, POPULAR Y CON VOCACIÓN DE TRIUNFO.
Amigas y amigos de las redes sociales:
Vivimos tiempos decisivos. Un triunfo electoral del partido de gobierno profundizaría sus pretensiones hegemónicas. Se acentuaría el ataque al federalismo a través de las políticas de ahogo económico de las provincias. Continuaría el sometimiento del Congreso y de la Justicia. Se seguiría minando la cultura democrática que alienta el debate, la deliberación y el diálogo. Asistiremos a continuidad de la intolerancia, los agravios y la prepotencia causantes de las divisiones que paralizan las capacidades nacionales. Se agravaría el deterioro de las instituciones de las República, la confianza de la ciudadanía y de los agentes económicos. Continuaríamos desaprovechando una oportunidad excepcional no solo para el crecimiento, sino para el desarrollo social y económico. Se postergaría por cuatro años la construcción de un Estado decente, moderno, transparente y eficaz. Seguiría vigente la perversa noción del ejercicio del poder como un fin en sí mismo. Seguiría negándose el problema de la inflación, se seguirían falsificando las estadísticas públicas, continuaría confundiéndose el Estado con el gobierno y los medios comunicación se consolidarían como agentes de propaganda al servicio del gobierno. Se seguiría limitando las capacidades innovadoras y emprendedoras por el afán centralizador y vigilante.Evitar esto es una obligación de las fuerzas progresistas. La voluntad de cambio requiere una firme voluntad de ganar, y para ganar son necesarios el diálogo y la capacidad de acuerdos. Resistirnos a la construcción de la gran alternativa nacional, popular y progresista, sería una forma imperdonable de conservadurismo. El camino no es encerrarnos en los distritos que gobernamos, sino llevar nuestro programa a todo el país, e integrar las demandas de nuestra militancia en un proyecto mayoritario. Hay que ampliar la base de sustentación económica y social, y asumir que hay muchos empresarios capaces de acompañar y comprometerse con un proyecto progresista.
El triunfo electoral de 1983 no hubiera sido posible si nos hubiéramos dado por vencidos de antemano, o si Raúl Alfonsín se hubiera preservado para el mediano plazo. Y razones no faltaban: muchos (como sucede hoy) creían invencible al justicialismo. El resultado de esa defección hubiera sido el triunfo de la autoamnistía y del pacto sindical-militar. Y nuestra democracia carecería de su cimiento moral, el NUNCA MAS que honraron todos los pueblos del mundo. Algunas de las fuerzas que hoy convocamos acompañaron entonces al justicialismo, y a la más cruda y grotesca expresión populista en la Provincia de Buenos Aires. Es necesario aprender de la historia.
Estamos por la articulación de electorados diferentes, y su síntesis en un programa que asuma las necesidades de unidad en la heterogeneidad. El primer antecedente de nuestra propuesta es lo que ocurrió en Santa Fe. Allí el radicalismo y el socialismo, con amplitud y en nombre de un interés superior supieron articular tradiciones políticas y electorados diferentes. En 1995, Estévez Boero, Usandizaga y Natale conformaron el embrión de lo que sería el Frente Cívico, que luego sumaría sectores del peronismo y expresiones religiosas, y con ello se garantizó el triunfo de Hermes Binner. Socialistas, radicales y demócrata-progresistas son pilares de las políticas de gobierno. La integración al frente santafecino de diferentes tradiciones políticas no puso en riego el contenido programático del gobierno. Un proceso similar fue el de Lula en Brasil con Alencar como Vicepresidente, el del Frente Amplio en Uruguay, y el de la Concertación chilena y muchos otros ejemplos en Europa llevaron al gobierno a partidos socialdemócratas.Para llegar al gobierno nacional desde un frente programático progresista es necesario que seamos capaces de representar no solo a quienes comparten nuestra identidad, sino a todo el bloque social que se identifica con una visión antihegemónica y republicano. Si para ello es necesario incorporar, en niveles provinciales y municipales, sin sacrificar nuestro programa nacional, a fuerzas sociales y políticas que no necesariamente poseen identidades como las nuestras, no debemos vacilar en hacerlo. Con este espíritu debe entenderse la propuesta de la UCR de la Provincia de Buenos Aires. Dicho sea de paso, estrategias como estas han sido aceptadas, en otras provincias por el partido socialista. Una valoración equilibrada de la propuesta debe asumir la fragmentación política y social en la que devino el proceso neoliberal de la década de los 90. Hay que enfrentar este dato de la realidad con inteligencia y confiando en nuestras propias convicciones. La reparación no la podemos realizar solos. Y es claro que para emprender tareas como esta se necesitan, además de inteligencia, coraje y valor cívico.
La fragmentación es un drama nacional. Nuestro partido convoca a la unidad de un bloque progresista y a todos los sectores democráticos y antihegemónicos para conciliar objetivos en todo el territorio nacional, bajo la bandera del desarrollo económico-social, la transparencia y la democratización de todas las esferas sociales. Todo este movimiento debe estar cimentado en un programa que genere la esperanza capaz de movilizar toda la energía social. Que los nombres propios no sean una excusa para no enfrentar a un adversario que de vencer en octubre agravará los problemas y alejará las soluciones.
Oponerse a una estrategia electoral, que en función de su capacidad de representar electorados diferentes y sin sacrificar nuestra idea acerca de los que es necesario hacer en el país, nos permitiría triunfar en octubre, invocando el argumento de que eventuales acuerdos circunscriptos a territorios específicos podrían desperfilar el programa del frente nacional, es dudar de la capacidad de socialistas y radicales de mantenerse fieles a sus convicciones. Que no fuéramos por esa razón juntos, sería un error histórico. Que nos enfrentemos, sería imperdonable.
RICARDO ALFONSÍN
Vivimos tiempos decisivos. Un triunfo electoral del partido de gobierno profundizaría sus pretensiones hegemónicas. Se acentuaría el ataque al federalismo a través de las políticas de ahogo económico de las provincias. Continuaría el sometimiento del Congreso y de la Justicia. Se seguiría minando la cultura democrática que alienta el debate, la deliberación y el diálogo. Asistiremos a continuidad de la intolerancia, los agravios y la prepotencia causantes de las divisiones que paralizan las capacidades nacionales. Se agravaría el deterioro de las instituciones de las República, la confianza de la ciudadanía y de los agentes económicos. Continuaríamos desaprovechando una oportunidad excepcional no solo para el crecimiento, sino para el desarrollo social y económico. Se postergaría por cuatro años la construcción de un Estado decente, moderno, transparente y eficaz. Seguiría vigente la perversa noción del ejercicio del poder como un fin en sí mismo. Seguiría negándose el problema de la inflación, se seguirían falsificando las estadísticas públicas, continuaría confundiéndose el Estado con el gobierno y los medios comunicación se consolidarían como agentes de propaganda al servicio del gobierno. Se seguiría limitando las capacidades innovadoras y emprendedoras por el afán centralizador y vigilante.Evitar esto es una obligación de las fuerzas progresistas. La voluntad de cambio requiere una firme voluntad de ganar, y para ganar son necesarios el diálogo y la capacidad de acuerdos. Resistirnos a la construcción de la gran alternativa nacional, popular y progresista, sería una forma imperdonable de conservadurismo. El camino no es encerrarnos en los distritos que gobernamos, sino llevar nuestro programa a todo el país, e integrar las demandas de nuestra militancia en un proyecto mayoritario. Hay que ampliar la base de sustentación económica y social, y asumir que hay muchos empresarios capaces de acompañar y comprometerse con un proyecto progresista.
El triunfo electoral de 1983 no hubiera sido posible si nos hubiéramos dado por vencidos de antemano, o si Raúl Alfonsín se hubiera preservado para el mediano plazo. Y razones no faltaban: muchos (como sucede hoy) creían invencible al justicialismo. El resultado de esa defección hubiera sido el triunfo de la autoamnistía y del pacto sindical-militar. Y nuestra democracia carecería de su cimiento moral, el NUNCA MAS que honraron todos los pueblos del mundo. Algunas de las fuerzas que hoy convocamos acompañaron entonces al justicialismo, y a la más cruda y grotesca expresión populista en la Provincia de Buenos Aires. Es necesario aprender de la historia.
Estamos por la articulación de electorados diferentes, y su síntesis en un programa que asuma las necesidades de unidad en la heterogeneidad. El primer antecedente de nuestra propuesta es lo que ocurrió en Santa Fe. Allí el radicalismo y el socialismo, con amplitud y en nombre de un interés superior supieron articular tradiciones políticas y electorados diferentes. En 1995, Estévez Boero, Usandizaga y Natale conformaron el embrión de lo que sería el Frente Cívico, que luego sumaría sectores del peronismo y expresiones religiosas, y con ello se garantizó el triunfo de Hermes Binner. Socialistas, radicales y demócrata-progresistas son pilares de las políticas de gobierno. La integración al frente santafecino de diferentes tradiciones políticas no puso en riego el contenido programático del gobierno. Un proceso similar fue el de Lula en Brasil con Alencar como Vicepresidente, el del Frente Amplio en Uruguay, y el de la Concertación chilena y muchos otros ejemplos en Europa llevaron al gobierno a partidos socialdemócratas.Para llegar al gobierno nacional desde un frente programático progresista es necesario que seamos capaces de representar no solo a quienes comparten nuestra identidad, sino a todo el bloque social que se identifica con una visión antihegemónica y republicano. Si para ello es necesario incorporar, en niveles provinciales y municipales, sin sacrificar nuestro programa nacional, a fuerzas sociales y políticas que no necesariamente poseen identidades como las nuestras, no debemos vacilar en hacerlo. Con este espíritu debe entenderse la propuesta de la UCR de la Provincia de Buenos Aires. Dicho sea de paso, estrategias como estas han sido aceptadas, en otras provincias por el partido socialista. Una valoración equilibrada de la propuesta debe asumir la fragmentación política y social en la que devino el proceso neoliberal de la década de los 90. Hay que enfrentar este dato de la realidad con inteligencia y confiando en nuestras propias convicciones. La reparación no la podemos realizar solos. Y es claro que para emprender tareas como esta se necesitan, además de inteligencia, coraje y valor cívico.
La fragmentación es un drama nacional. Nuestro partido convoca a la unidad de un bloque progresista y a todos los sectores democráticos y antihegemónicos para conciliar objetivos en todo el territorio nacional, bajo la bandera del desarrollo económico-social, la transparencia y la democratización de todas las esferas sociales. Todo este movimiento debe estar cimentado en un programa que genere la esperanza capaz de movilizar toda la energía social. Que los nombres propios no sean una excusa para no enfrentar a un adversario que de vencer en octubre agravará los problemas y alejará las soluciones.
Oponerse a una estrategia electoral, que en función de su capacidad de representar electorados diferentes y sin sacrificar nuestra idea acerca de los que es necesario hacer en el país, nos permitiría triunfar en octubre, invocando el argumento de que eventuales acuerdos circunscriptos a territorios específicos podrían desperfilar el programa del frente nacional, es dudar de la capacidad de socialistas y radicales de mantenerse fieles a sus convicciones. Que no fuéramos por esa razón juntos, sería un error histórico. Que nos enfrentemos, sería imperdonable.
RICARDO ALFONSÍN
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